domingo, 27 de diciembre de 2009

Palabras en barbecho: Progreso

There's colors on the street
Red, white and blue
People shufflin' their feet
People sleepin' in their shoes
But there's a warnin' sign on the road ahead
There's a lot of people sayin' we'd be better off dead
Don't feel like Satan, but I am to them
So I try to forget it, any way I can
I see a woman in the night
With a baby in her hand
Under an old street light
Near a garbage can
Now she puts the kid away, and she's gone to get a hit
She hates her life, and what she's done to it
There's one more kid that will never go to school
Never get to fall in love, never get to be cool.
Keep on rockin' in the free world,

Keep on rockin' in the free world.
Freedom. Neil Young. 1989.


No puede negarse al Progreso buena fama. Calificar a algo o a alguien de progresista le otorga inmdiatamente una suerte de salvoconducto. Pero, de nuevo a base de usarlo hasta el agotamiento, el Progreso se convirtió en mantra, del que lo único que llegamos a decir es que es bueno. Pero, ¿ es siempre así?
El número de esta semana de The Economist lleva en portada a Adán y Eva escuchando su iPod en el Paraíso, mientras la inevitable serpiente acecha. Sirve de reclamo al tema principal de la revista en este número: el concepto de Progreso y sus peligros.
El concepto de progreso forma parte del telón de fondo de nuestra cultura desd el siglo XVII. La revolución francesa primero,y la industrial después, formularon la utopía de que sería posible construir un futuro en la tierra lleno de felicidad, sin tener que recurrir a promesas inciertas en el más allá.
Posiblemente sea cierto que vivamos en el mejor de los mundos, como señala el libro de dos relevantes pensadores de Tha Cato Institute (una de las organizaciones liberales americanas más influyentes), Julian Simon y Stephen Moore: nunca la esperanza e vida fue tan alta en tantos países, nunca el analfabetismo fue menor, ni mayor la extensión de la democracia. Pero a la vez, la realidad es que por todas partes se encuentran escenarios como el que retrata el clásico de Neil Young ( " gente arrastrando sus pies, gente durmiendo en sus zapatos..."). En nombre del progreso de la humanidad se desarrollaron gran parte de las aberraciones históricas del siglo XX , del nazismo al estalinismo.
Hasta una revista tan liberal como the Economist acaba reconociendo que el Progreso no puede medirse solo a través del crecimiento del PIB o de la demostración diaria del progreso tecnológico. Y requiere una reflexión en profundidad respecto a lo que realmente aporta ese progreso y las implicaciones que tiene en la vida de las personas.
Hoy gran parte del Progreso es entendido exclusivamente por Progreso material, siendo su fuente de alimentación fundamental la Ciencia. Pero ésta puede emplearse bien, pero también emplearse mal: la electricidad, la energía nuclear, internet y las grandes aficiones de nuestros políticos sanitarios ( genómica, biología molecular,,,) pueden tener usos muy beneficiosos y otros francamente perjudiciales. Y de forma similar a los "mercados", otro de los dogmas indiscutibles hasta hace poco, la Ciencia ( incluso para The Economist) precisa de dos elementos de control indispensables: gobernanza por un lado, sensibilidad moral por otro.
Hay que reconocer, en cualquier caso, que nuestro destino tal vez hubiera sido diferente de disponer de iPod Adán y Eva ( aunque Neil Young no hubiera nacido)

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