sábado, 14 de agosto de 2010

¿De qué queremos morir?

I've seen things you people wouldn't believe. 
Attack ships on fire off the shoulder of Orion. 
I've watched C-beams glitter in the dark near the Tannhauser Gate. 
All those moments will be lost in time,
like tears in the rain. 
Time to die.
 Batty. Blade Runner. Ridley Scott.

Una de las razones habitualmente esgrimidas por los defensores de los modelos de atención a enfermedades crónicas, el modelo sanitario de moda , es el hecho de que un alto procentaje de la población muere de este tipo de enfermedades. El plan de acción sobre enfermedades no comunicables de la Organización Mundial de la Salud para el periodo 2008-2013 establece que 35 millones de muertes cada año ( 60% del total de muertes) son causadas por los Cuatro nuevos jinetes del Apocalipsis: enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. Datos presentados de esta forma sin duda asustan, en especial si aparecen en los telediarios, y precisan habitualmente de una rápida y enérgica respuesta de las autoridades sanitarias, que a menudo responden al desafío con declaraciones del tipo ¡esto no puede quedar así¡.
Lo que habitualmente se ignora, sin embargo, es que la muerte es consustancial con la vida humana y que inevitablemente ( como dice el saber popular) " de algo hay que morir". La tasa  de mortalidad de una población (vista de forma global) siempre es del 100%.
Hace unos días, Iona Heath, la brillante médico general de Londres, publicaba una reflexión muy interesante sobre el tema de la muerte ( What do we want to die from?) en el BMJ, a raiz de la nueva cruzada que emprende el nuevo gobierno británico de cara a disminuir la mortalidad .
Como señala Heath, luchar de forma indiscriminada contra todas las causas de muerte no ofrece ninguna expectativa de éxito, y posiblemente debamos preocuparnos más del perfil de causas de muerte al que debamos aspirar como sociedad.
El que buena parte de la población muera a una avanzada edad de emfermedades crónicas posiblemente sea más un motivo de satisfacción que de preocupación. Sugiere probablemente que en ese país no está muriendo la gente de infecciones agudas o de malnutrición en la infancia.
En opinión de Heath, los servicios sanitarios deben afrontar con firmeza y claridad de ideas las inevitables ( y a la vez inapropiadas) acusaciones de no ser sensibles a las necesidades de las personas de edad, y concentrar sus esfuerzos en reducir la mortalidad prematura: el objetivo deberían ser esas  personas que anualmente mueren por enfermedades crónicas con menos de 70 años, y no aquellos con 80 que siguen tomando sistemáticamente sus hipolipemiantes. A pesar de las pruebas existentes de que por encima de 70 años  se reduce la mortalidad de causa cardiovascular pero no la mortalidad global, y además  al coste de aumentar las tasas de demencia y de diagnóstico de cáncer, como publicaba Manging también en el British.
Cuando alguien envejece, las enfermedades asedian al cuerpo en decadencia: si una se supera, vendrá otra después.
Iona Heath pone el caso de la demencia como ilustrativo ejemplo: podemos conseguir con las estatinas reducir los infartos en los ancianos, tal vez a costa de aumentar las tasas de demencia; que aumenta la incidencia de nuemonías por aspiración...pero que evitamos con todo tipo de intervenciones, desde antibióticos a PEG ( percutaneous endoscopic gastrostomy). En un trabajo de Ahronheim et al en los Archives of Internal Medicine , el 55% de los pacientes ingresados en un hospital de agudos americano por demencia morían con sondas de alimentación, y el24% de los pacientes con cáncer avanzado sufría medidas de Resucitación cardiopulmonar.
¿ES esto aconsejable?
La vida es así de hermosa y a la vez de cruel. Como ocurría con los replicantes de Blade Runner, tenemos un tiempo de programación, y pretender sobrepasarlo es ir contra la realidad de las cosas. Tal vez lo importante sea haber tenido una vida en que hayamos podido ver "rayos C brillar en la oscuridad cerca de las puertas de Tannhäuser"


8 comentarios:

  1. Uno de mis primos murió con sesenta y pocos años, tuvieron que trasladarlo a en helicóptero a un hospital más lejano porque el más cercano estaba lleno, otra de mis primas que trabaja en la Uvi, me decía "como tenemos la Uvi llena de ancianos no podemos atender a gente más joven con más posibilidades, esto es de locos"
    Ella solo es auxiliar, pero tiene la lógica de la gente sencilla, además ha trabajado durante años en una residencia, siempre me dice que sería más lógico que se tratasen en la residencia las patologias típicas de los ancianos en lugar de llevarlos rápidamente a urgencias ....
    El no aceptar la muerte nos trae de cabeza.

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  2. Yo no quiero morir demenciada y llena de sondas para mantener "mi vida" de forma artificial.
    Me gustaría que las personas que quiero lloraran mi muerte, no que sintieran alivio cuando suceda.

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  3. excelente comentario y muy bien traída la cita del replicante Roy Batty.
    Cada día mejor el blog ten cuidado porque "la luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo"

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  4. La pena es que todos observamos la enfermedad, la vida y la muerte con ópticas humanísticas, mientras la realidad es que cuanto más tiempo se viva más medicamentos se consumen. No somos otra cosa que mantenedores de la industria farmacéutica

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  5. El comentario es muy apropiado, pero tengamos cuidado. Efectivamente nadie desea morir "lleno de tubos", pero no es menos que nadie deseamos morir. El punto de reflexión no debe ser sólo como morir si no en que contesto vivimos. Un anciano con vida cama-sillón puede no ser igual a la hora de valorar "posibilidades,", que una persona anciana que sigue dando clases en la universidad, o continua escribiendo novelas históricas, etc. Valorar sólo en función de los años, perdonadme, pero es superficial y demasiado fácil (políticamente correcto).

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  6. Muchísimas gracias a todos por vuestros inteligentes comentarios.
    Buena parte de lo que he aprendido y se de blogs, así como el estímulo para iniciar uno procede de Rafa y de todo lo que nos lleva enseñando desde que era el único que tenía una web. Por eso su comentario es para mi un honor ( a la vez que un motivo de preocupación por lo que cuenta).
    Gemma por supuesto tiene también razón en lo que cuenta. pero el trabajo de Heath que me sirvió de esclarecedora información, lo que ponía de manifiesto es que estamos perdiendo la proporción de lo que significa la vida humana y hasta donde llega. Y aunque a todos nos gustaría vivir más, los individuos de nuestra especie ( como los de cualquier otra) tienen una duración limitada de vida. Ignorar eso y pretender luchar contra ello es hacer de Prometeos. Abrazos

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  7. Hace tiempo que las instituciones internacionales preconizan cambiar (complementar) las estadisticas de mortalidad con otras que "capturen" la calidad de vida. "Qualys" y "Dalys": años de vida ajustados por calidad de vida o por discapacidad son los intentos que más conozco. Ambos tienen limitaciones, pero suponen un progreso en aflorar otras causas de falta de calidad de vida que las que aportan las estadisticas de mortalidad.
    What do you want to die from?
    Morir de un infarto súbito masivo cuando se duerme, habiendo superado la esperanza de vida para el subgrupo de población a la que se pertenece, y habiendo mantenido una satisfactoria calidad de vida hasta el momento, no parece una mala opción.
    Pero como decía el chiste...
    -llevo toda una vida llena de desgracias, mi empresa ha quebrado, mi mujer murió tras una larga enfermedad...preferiría no haber nacido...
    -te entiendo..., pero quién tiene esa suerte, ¿uno entre mil?.

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  8. Muchas gracias Alberto. Estoy de acuerdo en que medir solo mortalidad es insuficiente, lo dificil es encontrar como hacerlo ( y sin duda Qualys y dalys ayudan posiblemente)
    No parece mala forma de morir la que plenteas.Los dakotas ( aquellos indios de las praderas americanas) ya lo tenían claro cuando decían: "hoy es un buen día para morir". ¿Quien lo diría hoy?

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