martes, 27 de septiembre de 2011

¿Realmente necesitas enviar ese email?

An e mail inbox has been described as a TO-DO list that anyone in the world can add to”.
Chris Anderson.

El momento de abrir cada mañana las cuentas de correo que he ido irresponsablemente abriendo a lo largo del tiempo posiblemente sea el  más deprimente del día. Sí, ya se que es cuestión de responder rápido, eliminar sin piedad y concentrar el  tiempo de atención al correo en un limitado espacio de tiempo pero, como Sísifo, cada día tengo que volver a subir la piedra que aparentemente había subido la noche anterior.
Aunque el mal de muchos ya se sabe de qué es consuelo, algo tranquiliza saber que el asunto lleva camino de convertirse en un problema de carácter mundial.
Chris Anderson, maestro de ceremonias en el TED,  escribía sobre ello el domingo en el Washington Post ( “ Do you really need to send that e mail?”). También alguien tan experto en Internet como él debe lidiar cada mañana con la colección de correos de jefes, subordinados, antiguos alumnos, invitaciones de Facebook, informaciones de Twitter y paridas diversas que atestan  las bandejas de entrada de medio  mundo.
Para Anderson una de las razones del caos estriba en que es mucho más fácil enviar un mensaje que responderlo, algo contra-intuitivo, puesto que siempre se ha considerado que leer es más rápido que escribir. Pero , lamentablemente, la lectura de un e mail no es el fin, sino el principio de una impredecible cadena (no digamos nada cuando el mensaje acaba con esa terribles preguntas del tipo “ ¿Qué pienses al respecto?”).
El asunto, parece banal, pero quizá no lo sea tanto. La primera gran amenaza que suponen los correos se relaciona con el cambio de prioridades que a menudo conlleva: todos los planes se esfuman a la misma velocidad con que comenzamos la penosa tarea de contestar cada correo que consideramos urgente. Pero a la vez, la inevitable tentación de chequear y contestar el correo cada cinco minutos (especialmente presente en los que padecemos el terrible vicio solitario de la procrastinación), a la larga representa una pérdida de tiempo y energía difícil de calcular. Al margen de la frustración que supone comprobar cada decía que buena parte de las tareas verdaderamente importantes siguen esperando ( como escribir ese artículo que llevas demorando, ayudar a tu hija con las matemáticas, o escuchar el último disco de Nick Lowe).
La desesperación ha llevado a Chris Anderson y a su colega Jane Wulf a elaborar una especie de Declaración del correo electrónico ( "The email charter") , cuyos diez puntos programáticos serían los siguientes:
1.- Respeta el tiempo.
2.- Lo corto o lo lento no es grosero. No tomes como algo personal que tarde en contestar o no responda a todo.
3.- Celebra la claridad. Ve al grano y no te andes con disertaciones, que no hay tiempo. Y si aún así eres prolijo, empieza por lo importante.
4.- Olvida las preguntas abiertas ( “¿Qué te parece?”)
5.- Evita los C/C ( con copia) innecesarias y olvida la opción de responder a todos salvo en caso de fuerza mayor ( peligro de muerte o similares).
6.- Sigue el hilo. Puede ser útil responder sobre correos previos para entender el contexto, pero sin que eso se convierta en un palimpsesto.
7.- Limita al mínimo los “adjuntos” ( attatchments), especialmente si lo único que tienen dentro es el maldito logo de tu empresa.
8.- Regala la coletilla de NNR ( No necesita responderse) o lo que es mejor, usa el "asunto” como si fuera un tweet y mete tu mensaje dentro.
9.- No envíes respuestas sin contenido simplemente por ser educado.
10.- Desconecta.
Ya se sabe la tendencia cultural americana a convertir todo en una organización de autoayuda , llena de mandamientos y buenos deseos. Pero al margen de ello , la mensajería electrónica comienza a ser, al menos para mi, una pesada molestia. Quizá la solución está en la última de las propuestas: simplemente desconectar cada vez más.
Para poner en el plato el disco de Lowe.


4 comentarios:

  1. Te voy a recomendar un verdadero genio en esto de la organización:
    José Miguel Bolivar
    Tiene este blog:
    http://www.optimainfinito.com/

    El GTD es una herramienta muy buena para autogestionarse. No pierdes nada por echar un vistazo

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  2. Muchas gracias Juana.
    Muy interesante lo que mandas. A ver si así salgo de la depresión.

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  3. Pues a mí me pasa algo parecido (Seguramente a menor escala), y creo que la cosa ya no es cuestión de organizarse, va a tener que ser más cuestión de desconectarse, ya que es dificil atender a revisarlo todo (blogs, correossss, twitter, facebook, g+,escribir post,...), y mantenerlo todo al día, cumplir con todo... incluso con herramientas portátiles estupendas como las que hay hoy en día la sensación es de preguntarme como lo hace la gente para mantener la vida virtual y real aparentemente sin stress...

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  4. Pues siendo sinceros Esteban ,creo que nadie es capaza de mantener su vida virtual y real sin estrés...suponiendo que la vida virtual no sea también real.

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