martes, 18 de diciembre de 2012

¿Un partido para defender el Sistema Nacional de Salud?

Quousque tandem abutare, Catilina, patientia nostra?
Cicerón.

Como venimos comentando desde hace tiempo, la  estrategia  de demolición de los estados de bienestar tiene en el Reino Unido uno de sus bancos de pruebas, buena parte de cuyas intervenciones son seguidas diligentemente por el gobierno de Madrid en su campaña de otoño.
Las primeras Clinical Commisssioning Groups (CCG), supuestamente dirigidas por médicos generales, ya están autorizadas a comenzar sus actividades a partir del próximo abril. Inicialmente serán 34 , al que se irán incorporando las demás hasta llegar a las 211 que reemplazarán a los 152 Primary Care Trust (PCT) existentes hasta ahora.. El gobierno británico presume de que las 32 han superado un “riguroso” proceso de evaluación, pero en realidad solamente 8 parecen haber cumplido los criterios.
¿Qué diferencia existe entre un CCG y un PCT?
La primera hace referencia a la responsabilidad. Hasta ahora los PCT eran entidades del gobierno que rendían cuenta de su funcionamiento ante los electores. A partir de ahora las CCG rendirán cuentas ante un “regulador” ( llamado Monitor) que vela porque se cumplan las leyes del mercado.
La segunda diferencia tiene que ver con los criterios de utilización de los recursos públicos. También hasta ahora eran competencia del gobierno, que respondía sobre su uso ante los electores ( y los tribunales). El gran  argumento del gobierno “tory” es que a partir de ahora serán los médicos generales, los que mejor conocen a los pacientes, los que decidirán como se usa el dinero público. Dicho así parece sensato y sencillo, pero la cuestión es si los médicos  generales quieren hacerlo. Y no parece que estén muy por la labor de añadir a su trabajo habitual la nada fácil tarea de estratificar riesgos poblacionales, validar facturas , identificar tendencias en materia de gasto y salud y evaluar necesidades poblacionales .¿Consecuencia? ya lo dice el anuncio: hay cosas que el dinero no puede comprar, y  para todo lo demás MasterCard.
Es decir, como señala Colin Leys en The Guardian, los que realizarán realmente la tarea son empresas de servicios subcontratadas al efecto llamadas “commissioning  support services”. En definitiva se  transfiere la responsabilidad antes existente en el sector público (PCTs) al sector privado.
La primera de las medidas tomadas por el gobierno en la negociación de los contratos de las CCG es una señal de por donde van las cosas: los médicos generales que participen en ellas deben guardar secreto absoluto sobre el contenido  de los contratos, lo que alienta todo tipo de sospechas sobre los mismos: en definitiva, se deben más a su nueva empresa que a los ciudadanos a los que tratan. En  este sentido la mitad de los médicos generales líderes de estas nuevas organizaciones manifestaba en una encuesta reciente qsus temores de que  la iniciativa acabe en desviar los recursos de los hospitales públicos hacia la abigarrada amalgama de proveedores privados, lo que conducirá casi inevitablemente a cierre de servicios y hospitales públicos.
El propio Director del NHS actual, David Nichols, no oculta su temor de que esta reforma, como todas las reformas de “perfil alto”, dirigidas de arriba hacia abajo acabe en “fracaso y miseria
Por todo ello, no es extraño el preocupante el grado de desafección por los políticos y sus políticas abusivas que se extiende como un reguero  de pólvora por toda Europa.
La falta absoluta de confianza, no solo en el gobierno actual ( coalición de conservadores y liberales), sino también en la única alternativa real de gobierno, los laboristas ( que pusieron en su momento las bases para el proceso de demolición del NHS durante los gobiernos de Tony Blair), ha llevado a un grupo de líderes clínicos británicos a crear un partido político ( National Health Action) cuyo único objetivo es la defensa del sistema nacional de salud, como informaba recientemente The Lance Su programa de gobierno es claro: recuperar un sistema sanitario financiado por impuestos, para cualquier ciudadano, gratuito en el momento de la prestación.Señal clara de que los que exissten no los defienden.
Buena parte de los médicos ingleses están hartos del absoluto desprecio de sus gobernantes ante el rechazo generalizado a sus reformas, que con la coartada de la eficiencia , solo aspiran a convertir la asistencia sanitaria en un negocio más. Prepotencia, autoritarismo y desprecio,  cualidades en las que también destaca el gobierno de Madrid ,en su cerril  rechazo a valorar la opinión de la abrumadora mayoría de profesionales sanitarios.
Todos se lamentan de la desafección de los ciudadanos, de que los políticos sean el tercer problema para los españoles tras el paro y la situación económica. Pero,¿hasta cuando seguirán abusando de nuestra paciencia?

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