sábado, 6 de abril de 2013

Las reformas las harán nuestros nietos

¡Al poeta despídanlo!
Ése no tiene aquí nada que hacer.
No entra en el juego.
No se entusiasma.
No pone en claro su mensaje.
No repara siquiera los milagros.
Se pasa el día entero cavilando.
Encuentra siempre algo que objetar.

Heberto Padilla

Como respuesta al último post sobre ¿Por qué los ministros de sanidad españoles son tan incompetentes? nuestra siempre admirada Ana Rico ( imprescindible leer su trabajo sobre la complejidad del impacto de la crisis en sanidad)  envía un comentario que por su interés y extensión creo interesante comentar. Dice así:

Mis reacciones (de socióloga experta en ciencia política y economía, y doctoranda en salud publica) muy rápidas:
- La primera licenciatura (del@ Ministr@ o de quien sea) no es la clave de la cuestión.En cuanto a l@s ministr@s, en ciencia política distinguimos entre ministerios generalistas (mínimo Presidencia, Economía, Interior, Exterior y Administraciones publicas) y ministerios especialistas (los relacionados con el Estado del Bienestar). En cuanto a estos últimos, y en especial Sanidad, lo que cuenta hoy en día no es la primera licenciatura, sino la formación multidisciplinar que incluya (por ese orden) Política, Medicina y Ciencias Sociales, así como experiencia multiprofesional (haber ejercido dos o tres roles distintos en el SNS , lo que previene el corporatismo, efectivamente el mayor cáncer a neutralizar en este asunto): por ejemplo, médico, investigador y paciente(o  enfermera, servicio de reclamaciones y sindicalista),  y “multi-setting” (Atención Primaria  Hospital, Comunidades autónomas)
- Los motivos por los que los Ministros de sanidad aquí son tan malos y no son médicos (dos sucesos independientes a mi parecer) en mi opinión tienen que ver con dos hechos: 

1) Que como dicen mis amigos sudamericanos "la sanidad tumba gobiernos" en general. 
y 2) Que el riesgo de "tumba" es mayor cuando existe, como aquí, un alto consenso entre los gobiernos centrales del PSOE y del PP (y la privada) en congelar en lo posible el gasto publico, enfrentado a otro alto consenso entre ciudadanos del PP y del PSOE -y médicos y enfermeras públicas-, sobre la necesidad de aumentarlo.
- Este (en jerga) "déficit democrático con extraña polarización en los extremos de ciudadanos (y médicos y enfermeras públicos) de todo color, contra políticos (y médicos/aseguradoras privadas) de todo color", que se dan en sanidad dispara el riesgo de "tumba" e impulsa a gobierno tras gobierno a poner en sanidad a "cancerberos de confianza" muy obedientes (=sin talento) y sin escrúpulos (eg democráticos), expertos solo en echar arena a cubos sobre cualquier demanda profesional o ciudadana por justa o sensible que sea.
- Estas "bolsas" de déficit a ineficiencia democrática no suelen persistir en sociedades desarrolladas como la nuestra. Si subsisten en sanidad es probablemente porque:
A) El poder político relevante en Sanidad ya no está en el Ministerio, sino en las Consejerías/Departamentos.
B) Los médicos públicos (los actores con mas poder para sajar la bolsa) son fatales defensores de sus propios intereses (por ejemplo,  se empeñan en que no haya mas médicos públicos cuando ello disminuiría su carga de trabajo, aumentaría su eficiencia, y no afectaría su salario ni sus niveles de empleo), y por ello se han estancado en un corporatismo radical.
 y C) Los médicos y enfermeras publicas son excelentes clínicos y también excelentes autogestores, por lo que efectivamente si están bien pagados y contentos no necesitan a nadie que les gobierne lo “meso”
Disculpad que la parrafada me haya salido tan larga! Salud y gracias a todos por intentar ayudarnos a los de sociales mas vinculados a la ingrata política a sostener la motivación para seguir analizando (sabiendo que reformar-reformar lo mas seguro es que lo hagan nuestros nietos )


Como dice Ana los ministerios del Estado de Bienestar son demasiado “especializados” para que los dirijan personas sin formación y experiencia suficiente, ya sean médicos o no (aunque no deja de ser significativo que de 18 solo 2 lo hayan sido).. Pero aún peor es ese déficit democrático que lleva a los gobiernos del signo que sea a elegir “cancerberos de confianza” obedientes y sin escrúpulos para dirigir el tinglado. Nunca ha sido éste un país que tolere bien la opinión propia. Al igual que con al poema de Padilla,  no gusta nada esa falta de compromiso, de entusiasmo, ese pasarse el día cavilando para encontrar siempre algo que objetar. No es tiempo de poetas ni de gestores con actitudes de tales.

Por desgacia, como dice Ana Rico,  las reformas- reformas las harán nuestros nietos.

1 comentario:

  1. Admito que lo que más me llamó la atención de este post fue su título (repetido en la doble conclusión), y entiendo que pueda ser una declaración exagerada que quiere reflejar la temática crítica discutida en su contenido.
    Sin embargo, la frase "las reformas-reformas las harán nuestros nietos" me deja algo de amargura. Creo que es importante fomentar esa motivación, quizás romántica, que tenemos los que nos encontramos en esa fase de la vida de querer "cambiar el mundo". Es cierto que la situación es, en una palabra, desastrosa (me refiero tanto a los ejemplos que exponéis aquí, como los miles que se podrían hacer de Italia, y muchos países más). Pero esto no justifica "pasar la pelota" directamente a la generación que nos sigue (¿vuestros nietos?). Es nuestro turno de (por lo menos intentar) cambiar el mundo (con las que llamáis reformas-reformas), y necesitamos creerlo nosotros, pero también necesitamos que vosotros lo creáis, y nos apoyáis en ello con vuestra experiencia.

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