martes, 20 de octubre de 2015

El Capitalismo Filantrópico (I)

Hace menos de un mes, el 26 de septiembre de 2015, y coincidiendo con la Cumbre de Desarrollo sostenible de las Naciones Unidas en Nueva York , fue lanzada una atractiva plataforma ( Primary Health CarePerformance Iniciative), con el loable empeño de fortalecer la atención primaria de los países de escasos o medianos ingresos. Los responsables de esta iniciativa son nada menos que el Banco Mundial, la Organización Mundial de La Salud y la Bill & Melinda Gates Foundation ( BMGF). No se que sorprende más: si el hecho de que ésta última cambie radicalmente su posición estratégica ( si ha habido un promotor de modelos verticales antagónicos con la Atención primaria, y destinados a atender a enfermedades y no enfermos ha sido la BMGF), o a que la OMS vaya tan alegremente de la mano con semejantes compinches. Algo así como si Gepetto hubiera visto con buenos ojos que Pinocho se fuera de farra con Polilla en la isla de Estromboli ( ya saben, el  niño aquel que acaba convertido en burro por sus fechorías).
Bien es cierto que una de las consecuencias menos comentadas del triunfo de las grandes corporaciones multinacionales  en la batalla contras los estados ha sido la ruina de los organismos internacionales, de forma que no les ha quedado más remedio a éstas que depender del financiamiento de la “ filantropía internacional”.  Y en ese oscuro sector , la Bill Gates Foundation es el actor más determinante en ese término difuso de la Salud Global, que ha venido a destronar a la Rockfeeller Foundation en el papel de controlador de los proceso de reforma de la salud en el mundo. Como muestra, el presupuesto que maneja la BMGF ha superado al que maneja la OMS en su conjunto en los últimos años.
Si creen que estoy exagerando les recomiendo que lean elinteresante trabajo en Hypothesis Journal de Ann-Emanuelle Birn, la profesora de la universidad de Toronto, en donde compara las dos formas dominantes de filantropía sanitaria de los últimos 150 años (Rockefeller versus Gates)  , y cuya conclusión es suficientemente contundente: “ la penetrante influencia de la Gates Foundation es por lo tanto un grave peligro tanto para gobernanza mundial de la salud como para la independencia científica; urge que la comunidad científica juegue su papel a la hora de identificar alternativas al Capitalismo filantrópico de la salud global”.
¿En qué se basa Birn para semejantes acusaciones?
Quizá la primera es saber ante quien deben rendir cuentas unos u otros actores: cualquier entidad pública o institución internacional deberá en definitiva dar explicaciones ante los ciudadanos, sean de un país o de la comunidad internacional en su conjunto. Una empresa , por muy filantrópica que sea, solo se debe a sus dueños y accionistas. La información que la Fundación de Gates hace pública es ,de hecho , bastante escasa, al alcance solo de estos últimos. A la vez, esa filantropía que tanto se jalea desde ciertos sectores, tiene entre sus objetivos no disimulados conseguir exenciones fiscales, en definitiva detraer fondos que deberían haber sido destinados al erario público y cuya cuantía es incalculable,
Pero lo más peligroso de todo es la forma en que esa generosa filantropía socava los cimientos de sistemas sanitarios basados en la solidaridad, mina cualquier reforma destinada a abordar las “ causas de las causas” y fomenta solo aquellos modelos de organización y líneas de investigación que se alinean con sus intereses. Un ejemplo que cita Birn: los gobiernos subsaharianos fueron presionados para realizar recortes en educación, salud  y otros gastos sociales para poder conseguir los préstamos que necesitaban , ante la falta de fondos derivada precisamente de la caída de los precios de las materias primas acordados precisamente por las grandes corporaciones multinacionales y entidades financieras. La trampa perfecta.
Sin embargo, tanto Rockefeller como Gates han sido puestos como ejemplos de generosidad y compromiso: ambos fueron portadas de Time, recibidos por reyes y políticos de todo signo y Gates especialmente galardonado con el premio Príncipe de Asturias. Birn recuerda la agresiva campaña de autopromoción en la que la BMGF se gastó más de un billón ( americano) de dólares en actividades de política y abogacía, que incluía la cobertura de sus actividades por medios como the Guardian en Inglaterra, la NPR americana o…El País en España.


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