viernes, 2 de septiembre de 2016

La caza del búho vago

“El infierno son los otros”
Jean Paul Sartre

La capacidad del ser humano para hacer el necio es afortunadamente ilimitada. Si ayer eran los atolondrados ciudadanos que perseguían las ilusiones visuales que generan sus teléfonos, hoy dan buena muestra de ello una especie mucho más peligrosa y dañina: los altos directivos de las empresas y los gurús que les iluminan.
La noticia más vista ayer en el diario El País es un artículo que alienta a comenzar a trabajar a las 4 de la mañana. Pero no por aplicación de nuevas normas de explotación de los trabajadores, sino por  propia elección de los directivos de las empresas más “cool”  del mundo. Según argumentan los defensores de la idea, de esta forma se es mucho más productivo puesto que ( tras arduos estudios de investigación sumamente complejos) , han descubierto que  a semejantes horas casi todo el mundo está dormido, y no molestan con sus correos, whatsapp, llamadas o verborrea vacua.  Grandes timoneles de nuestra sociedad moderna, como el jefe de Apple o de Starbucks parecen ser entusiastas seguidores de la nueva moda ( en el caso de este último tiene una cierta justificación, al tener que levantarse a preparar el café de medio mundo). Prestigiosos gurús como Daniel Ariely, el catedrático de Economía y Socielogía de Duke, (y del que hemos hablado por aquí unas cuantas veces) le da la pátina científica a la idea . Empleando la tradicional división de la humanidad en alondras ( partidarios de madrigar) y búhos ( amantes de trasnochar) , llega a la conclusión de que los búhos son mucho menos “eficientes”. "Todos los estudios indican lo mismo: que la dos horas más productivas son las primeras del día, nada más llegar al trabajo, que suele ser de 9 a 11”.
Y ya que ese tramo horario se ha convertido en un infierno de distracciones, interrupciones y propuestas de cafés con donuts, lo mejor es adelantarlo al tramo de 4 a 6. La idea debería servirle a Ariely para ganar el premio Nobel:  trabajar fuera del horario laboral, porque en el horario laboral no es posible trabajar.
La prueba del algodón  de su eficacia nos la aporta nada menos que Berto Pena ( debe ser amigo de Nestor Tilla), director de la mítica Think Wasabi ( ya saben la que tiene como lema “Con mi blog conseguirás ese plus  que te falta. Empieza con mi pack gratuito “Despega” y pin tu vida en piloto automático”). Según nos cuenta personalmente Berto, “ cuando la mayoría de la gente se incorpora al trabajo yo casi he cubierto la mitad de mi jornada”.
Uno pensaría que con semejantes nuevos hábitos la gente dejaría de trabajar a las 12 para poder volver a casa y poder dormir algo, pero adecuaciones consiguientes del horario laboral no se menciona en ningún momento.
Los grandes científicos del “Management” parece que han decidido acometer la conquista del último territorio virgen de la holgazanería humana: las horas de sueño. Es cuestión de unos años que se empiecen a aplicar reformas laborales que limiten las horas de sueño a un pare de horas con un complemento generoso de 5 minutos para dar una cabezada a medio día.
En definitiva , queda demostrado que la mejor forma de solucionar el problema de la continua interrupción en el trabajo no es otra que esconderse. Y dedicar nuestro tiempo libre a  realizar el trabajo que los demás no nos dejan hacer.  Por desgracia parece que Sartre tenía razón

Puestos a elegir necedades la de Pokemon me parece mucho menos dañina.

2 comentarios:

  1. Penosa situación, atrás quedó el chute de cortisol que ayudaba al amanecer a comenzar el día. En fin, me tendré que ir a dormir a las cinco de la tarde tras el té

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  2. Ya hace algunos años, cuando se inició un nuevo modelo de atención a las urgencias de atención primaria en mi entorno, un gestor y su subgestor, ambos médicos de familia, recién ascendidos desde su consultorio, llegaron a proponer que las horas de la noche en que no vinieran visitas (entonces sucedía, ahora prácticamente no, aunque no han aumentado las consultas por patología grave) se cobraran a un precio inferior o no se cobraran pues "se estaba durmiendo, no trabajando". Naturalmente, les respondí que a ver si a los bomberos sólo les pagarían cuando están apagando incendios. En nuestro país, con un horario de apertura de los centros de salud de 08 a 20 horas que impide la vida normal de los médicos, enfermeras y administrativos sin que se haya demostrado que mejore nada en los pacientes, sólo nos faltaría empezar a las 04. de la mañana.

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