sábado, 17 de septiembre de 2016

Refutar la hipótesis nula ( 2ª parte)

“Muchas cosas sabe la zorra, pero el erizo sabe una sola. Y grande”
Arquiloco.

La primera razón que apoya la hipótesis nula es la falta de voluntad para cambiar las cosas. De los tres agentes con capacidad para ello, ni ciudadanos ni políticos tienen preocupación alguna por la Atención Primaria ( salvo alguna excepción honrosa): para ninguno de los dos representa una prioridad, algo indispensable en su devenir diario; simplemente existe, no incomoda, y las cosas que no molestan es mejor dejarlas como están. Los profesionales ,por su parte, ya hemos visto que andan paralizados, aunque por razones diversas.
El segundo gran argumento que sustenta la  ausencia de futuro es la falta de un proyecto alternativo. Aunque ahora pueda parecer insuficiente, la reforma de la Atención Primaria de los años 80 suponía un cambio bastante radical respecto a lo que existía previamente: implicaba sustituir un trabajo individual centrado en el médico a un trabajo de diferentes disciplinas que aspiraban a trabajar en equipo; donde los médicos debían trabajar en exclusividad para el sistema, en horarios de 7 horas en lugar de las 2 y media de consulta tradicional. Y en el que el trabajo aspiraba a salir de la consulta para intervenir en la comunidad.
Había un modelo, que inevitablemente generó muchas resistencias. Hoy no se conoce alternativa a ese modelo a pesar de que el mundo actual es bastante diferente de los años 80 ( salvo la perenne persistencia de Camilo Sesto).
Las supuestas bondades de modelos foráneos, como el británico, el francés o el holandés se enfrentan contra un contexto profesional completamente diferente, donde la seguridad es el valor que prima por encima de cualquier otro, y en el que asumir responsabilidades individuales a la hora de gestionar una consulta ( como ocurre en dichos países) solo es atractivo para una exigua minoría. La escasa expansión del modelo de Entidades de base asociativa catalán es ejemplo de ello.
Sin embargo el modelo actual sigue sin resolver las contradicciones internas que atenazan a la Atención primaria desde hace décadas: ganar espacios de actividad clínica al resto de especialidades y pretender intervenir a la vez sobre los determinantes de la salud de su comunidad; garantizar accesibilidades máximas para su población, pero disponiendo a la vez de tiempos dignos de atención para cada paciente; mantener la actividad  habitual en la consulta sin renunciar a intervenir en el domicilio; propugnar el trabajo en equipo siendo a la vez reticentes a que otros amplíen su campo de competencia; generar en los pacientes todo tipo de necesidades absurdas y lamentarse de que después las demanden cada día; aspirar a seleccionar discrecionalmente (que no arbitrariamente)a los mejores,  en un modelo funcionarial que prima la antigüedad como vía de garantizar la igualdad. Y todo ello por parte de unos profesionales  que en su mayoría hubieran elegido inicialmente otra ocupación de haber podido hacerlo.
Isaiah Berlin en su ensayo sobre Tolstoi  oponía dos formas de comportamiento humano: los Erizos poseen una visión sistematizada de la vida, un modelo que ordena la realidad y que le da sentido, y en torno al cual se ensamblan tanto los acontecimientos históricos como los sucesos individuales. Esta visión centrípeta tiende a reducir la realidad a una explicación única., ignorando el azar y el caos. Los zorros por su parte tiene una visión dispersa, contemplan al mundo como una diversidad compleja , a menudo incoherente y contradictoria.
Los erizos tienen una teoría sobre el mundo; son renuentes también a admitir el error. Son dogmáticos y claros. Los zorros no creen por el contrario en un único modelo que lo explique todo, y se resigna a menudo a conseguir lo posible y no tanto lo ideal.

Existe la tentación de esperar la llegada de un Erizo que marque el modelo a seguir. Pero por la complejidad de los retos a los que se enfrenta la Atención Primaria probablemente  ésta necesite más de zorros que de erizos. Más de gente sin ideas clara, pero con determinación a construir alternativas entre todos , que de grandes iluminados que sepan claramente lo que hay que hacer, y lo impongan a los demás. Pero en cualquier caso, parece razonable pensar que sin afrontar esos grandes dilemas que esconde la Atención Primaria no habrá muchas opciones de refutar la hipótesis nula.

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