Hamlet (Act I, scene IV) W.Shakespeare.
La Asociación Nacional de Informadores de la salud (ANAIS)
publicó recientemente nada menos
que un “Manifiesto por una comunicación responsable en vacunación”. Si uno
quiere hacerse una idea sobre su objetividad no tiene más que echar un vistazo a su página web y ver sus socios
“protectores “ y “ colaboradores”. De la misma forma que, si revisan las
entidades que avalan y colaboran el citado manifiesto, puede comprobar que no
son otras que Sanofi Aventis MSD y GSK ( fabricantes de Gardasil y Cervarix,
las dos presentaciones comerciales de la vacuna contra el virus del papiloma
humano, VPH). En este sentido no estoy más que cumpliendo una de las
recomendaciones de su “manifiesto” , que anima a “conocer los vínculos entre
las fuentes de información y quienes las promueven, así como desvelar su
identidad si fuera pertinente para su correcta interpretación”. Y mi interpretación
al respecto es que la presencia de ambas empresas invalida la posible
fiabilidad del manifiesto, simplemente por sus evidentes conflictos de interés.
Pero eso no parece que preocupe lo más mínimo a la ANAIS.
Otra de sus recomendaciones habla de “lograr altas coberturas en vacunación
entre los profesionales sanitarios constituiría un ejemplo para la población”.
Parece deducirse que de lo que se trata es de que los profesionales se vacunen,
da igual de qué. Implícitamente da a entender que las vacunas son
siempre buenas, efectivas y seguras. La cuestión del coste no debería tenerse en cuenta,puesto que “los argumentos de tipo clínico deben diferenciarse de otros como los
económicos para evitar la confusión en la audiencia”.
Sin embargo las autoridades sanitarias españolas si han
empleado con reiteración estos argumentos (económicos) para justificar la
entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2012 (que modifica radicalmente los
sujetos con derecho a prestación sanitaria y la cartera de servicios a la que
éstos pueden tener acceso) , así como todas las medidas de recorte y
racionamiento que han ido introduciendo los diferentes servicios de salud. Parece
que las vacunas quedan fuera del debate político, admitido de manera unánime que siempre son seguras y efectivas, y que en estos
casos “el dinero no importa” .
Como ejemplo de ello el último Consejo Interterritorial aprobó un nuevo calendario de vacunación unificado para todas las comunidades autónomas, que
incluye la vacunación a todas las adolescentes españolas contra el VPH.
En el lejano noviembre de 2007 se constituyó una plataforma
de profesionales sanitarios, promovida por Carlos Alvarez- Dardet , a la que se
adhirieron más de 8.000 ciudadanos, ( entre los que se encontraba más de la
mitad de los catedráticos de salud pública de España), y en la que se solicitaba
una moratoria en la inclusión en el calendario de vacunaciones de la citada
vacuna, ante la ausencia de evidencias indiscutibles respecto a su efectividad,
seguridad y coste-efectividad. De las autoridades sanitarias solo se obtuvo silencio. La industria farmacéutica por su parte utilizó una interesante campaña publicitaria (con la ayuda cómplice de algunas
sociedades científicas) , para fomentar su uso, a
través de las redes sociales , la difusión viral en Internet y la comunicación
boca-oreja ( formapartedelahistoria.org y cuentaselo.org) , cuyo cenit (muy a
lo Bigas Luna en Huevos de Oro) fue la construcción de un monumento que
representaba el fin del cáncer de cuello de útero.
Las razones para aquella solicitud de moratoria siguen
estando presentes. La revisión que sobre el tema realizó Juan Gervas sobre la
cuestión en 2008 sestá plenamente vigente.La semana pasada Enrique Gavilán revisaba de nuevo la cuestión en el blog de Miguel
Jara. El propio Miguel publicaba hace unos días que, hasta el momento, y solo en Estados
Unidos se han pagado cerca de 6 millones de dólares en compensaciones por los
daños causados por la vacuna contra el VPH , a un total de 49 personas. Otras
92 están pendientes de resolver de un total de 200 casos presentados. En España el análisis de los efectos adversos de esta vacuna no existe. Uno no tiene más que
intentar notificar un posible caso de efecto adverso para comprobarlo.
Se desconoce cual es la relación entre coste y efectividad
de la vacuna entre otras razones porque desconocemos la efectividad de la misma
a largo plazo, la duración de la inmunidad que pudiera producir y la historia
natural de la enfermedad. Brisson en el CMAJ estimaba que a partir de una
efectividad inicial del 95% , con solo una disminución de un 3% anual de la
protección vacunal se precisaría vacunar a 9080 mujeres para prevenir un caso.
Dadas las dudas sobre su necesidad, efectividad, seguridad y
elevado coste, en pocas intervenciones estaría más indicada la retirada de la
cartera de servicios y su financiación pública. Si embargo el acuerdo de las
autoridades al respecto es total. La repercusión y debate sobre la decisión del Consejo Interterritorial de una decisión de esta importancia, nula. Algo huele a podrido en el negocio de las
vacunas.
Fotografia: "hermoso" Monumento que celebra el fin del cáncer de cervix ( Diario Las Provincias)
Fotografia: "hermoso" Monumento que celebra el fin del cáncer de cervix ( Diario Las Provincias)
Sergio,
ResponderEliminarLo del monumento me ha impactado. Sabía de monumentos erigidos para honrar a personajes egregios reales o mitológicos. Monumentos arquitectónicos, históricos, funerarios, simbólicos, religiosos... Pero lo de un monumento al fin de una enfermedad es algo realmente simpático, por no decir claramente estúpido, especialmente cuando ese fin no parece haberse dado. Entra en la dinámica de los días dedicados a enfermedades. En la práctica, tenemos ya un "santoral" de enfermedades. Hoy, 24 de abril, sin ir más lejos, la Iglesia celebra la festividad de San Fidel, San Gregorio y unos cuantos más, a la vez que es el día nacional de la fibrosis quística.
Nada peor que pasar de una hipótesis a un dogma. Ocurrió con la de "un gen - una enzima" y ocurre en términos más generales y más difundidos como la creencia de que "más vale prevenir"; en tu blog has comentado ampliamente sobre el tema y sería redundante y superfluo tratar de hacerlo por mi parte.
Me parece muy necesario, incluso en publicaciones médicas, dejar de hablar de riesgos relativos y ceñirse a riesgos absoluto y atribuible con los que mostrar mejor la dimensión real de un problema. Aquí lo muestras con esas 9080 mujeres que habría que vacunar para prevenir un caso... por no hablar de los efectos secundarios potenciales para toda esa gente.
Me consta que Miguel Jara, a quien aprecio, es un noble batallador en este campo (aunque en otros estemos más enfrentados).
Sin duda alguna, el conflicto de intereses ha de resaltarse. Lo de "socio protector" tiene gracia cuando se habla precisamente de vacunas. Es la protección de la protección. Podríamos proseguir ad infinitum en esta obsesión higienista que tiene su rentabilidad asociada.
Pero, insisto,aunque sea algo colateral, este post me induce a indagar en este mundo de internet sobre los monumentos estúpidos que en nuestro mundo hay. En Galicia tenemos uno inacabado y probablemente inacabable, dedicado a la cultura.
un abrazo,
Si Javier.
ResponderEliminarLo del monumento es increíble. Afortunadamente no parece que haya cundido el ejemplo, como cundió el del santoral paotológico que comentas y que tanto publicta la radio cada mañana.
El post solo pretendia poner énfasis en dos cuestiones: la priemar tiene que ver con la sospechosa invisibilidad de los efectos adversos de determinadas intervenciones clínicas, y de forma especial las relacionadas con la prevención y el diagnóstico. parece que en estos dos ámbitos los falsos positivos y ls efectos secundarios sencillamente no existen.Y por supuesto, como con cualquier otra intervención médica, los tienen.
El segundo tiene que ver con la escandalosa ( para mi) connivencia entre los vendedores de tecnología y medicamentos ( en ste caso vacunas) y las asociaciones o sociedades profesionales, con el silencio cómplice de las autoridades sanitarias.
En ambos casos el plantearlo simplemente genera una respuesta furibunda por parte de algunos.
Rápidamente llega la descalificación (antivacunas). En modo alguno estoy en contra de la administración de determinadas vacunas, cuando está demostrada sin lugar a dudas su eficacia, efectividad, seguridad y eficiencia. Pero esto no se cumple en todos los casos.
Si la reacción es así de viscerales inevitable pensar que los intereses secundarios son importantes.
Un abrazo y gracias, como siempre
Hola de nuevo, Sergio.
ResponderEliminarMe parece muy oportuna tu referencia a la necesidad de distinguir el todo y la parte. Criticar unas vacunas, como has hecho, no significa hacerlo con todas. No se es "antivacuna" por ello. Del mismo modo que criticar algunos fármacos no lo hace a uno naturista radical.
Me parece también esencial esa llamada a la función de las sociedades científicas. Sería muy interesante que esas sociedades expresaran siempre potenciales conflictos de interés, precisamente con laboratorios farmacéuticos o firmas diagnósticas. Es difícil imaginar un congreso, por ejemplo, sin sponsors. Y parece absurdo negar que eso tenga influencia en "evidencias científicas" y los tan manidos protocolos. De no ser así, no habría sponsors, que tontos no son. Y claro que hay silencio cómplice de autoridades sanitarias y de colegios médicos cuando se propicia que la "formación continuada", expresión analizable ella, sea, de hecho, sponsorizada.
Y tenemos otra cuestión ligada a todo lo anterior, que contribuye a la perversión de los protocolos ¿Cuántas veces el seguimiento de uno de ellos ha sido crucial en el juicio civil o penal de un médico?
Que el laboratorio X diga que la terapia o vacuna contra la enfermedad A es buena no sería relevante, pero que una sociedad científica, respaldada económicamente por ese laboratorio, lo exprese en un protocolo va a misa, aun cuando en realidad tal protocolo sea una mera traducción de un deseo comercial a terminología científica.
Creo que los médicos deberíamos adoptar una posición anti - protocolo cuasi-radical, aun teniendo en cuenta que pueda haber guías, protocolos y algorítmos útiles. Pero una cosa es la utilidad real, instrumental, que algunos de ellos puedan tener y otra transferir la autoridad de un saber propio necesario a una autoridad biblicista.
Gracias de nuevo. Un abrazo
Me parece muy oportuna la comparación con los fármacos. Quizá así algunos entiendan mejor de que estamos hablando. Aunque haya médicos a sueldo de la industria farmacéutica, parece que cualquiera puede comprender que hay fármacos que son útiles y otrso que son absolutamente inútiles ( aunque moleste mucho decirlo).
EliminarPero algo que se acepta en este ámbito, no lo es en cambio cuando hablamos de vacunas. ¿Por qué? ¿No son también un producto capaz de producir efectos secundarios, tener interacciones y contraindicaciones? ¿No existe un abanico amplio de efectividades en ellas, al igual que pasa con los fármacos?
Para ver la realidad de las guias no hay mas que leer las tres revisiones sistematicas que hizo el grupo de la LSHTM de Helena Legido_Quigley para ver su calidad e implantación y de la que ya hablamos en su momento en el blog.
Su evidencia cientifica es discutible, no se revisan , son inaplicables y ademas apenas se implantan.
Otro motivo bueno de reflexion en el que nadie reflexiona
Un abrazo
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22939646
Más referencias sobre guias
Eliminarhttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22795610
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22940062