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miércoles, 22 de enero de 2020

El hueco de la ausencia


Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.
Jorge Luis Borges. Fervor de Buenos Aires.1923.

Año 2025. La mal llamada “administración paralela” andaluza ha sido definitivamente desmontada. La Escuela Andaluza de Salud Pública ha desaparecido como entidad jurídica, tras la creación del Instituto Andaluz de Investigación. Éste se ha convertido en una agencia destinada fundamentalmente a la gestión de la misma, esencialmente proyectos biomédicos, con especial énfasis en genómicas, proteómicas, medicina de precisión y demás hierbas. La salud pública como prioridad investigadora, de residual ha pasado a ser inexistente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), tras reiterar la necesidad de impulsar y fortalecer la Atención Primaria de Salud (APS) en cualquier país del mundo, acaba de reconocer en Dinamarca a un nuevo centro colaborador centrado en Redes integradas de Salud basadas en APS, ante la desaparición del centro colaborador que representaba la EASP. Eso sí, aprovechó todo el trabajo de actualización realizado en los años previos por esta institución (de hecho una de las antiguas técnicos de la EASP trabaja ahora para ellos). Health Information for Health (HIFA), portal de actualización en salud, otra iniciativa OMS, volvió dese 2020 a difundir la información únicamente en inglés, puesto que la EASP era la institución encargada de difundirla en español.
Europubhealth continua existiendo como Master europeo en Salud Pública, pero después de su XIV edición perdió su acreditación como título europeo Erasmus Plus puesto que la extinción de la EASP implicaba el incumplimiento del programa formativo que había sido aprobado y reconocido por la Unión Europea en 2019:en sus bases se establecía el requisito de que las titulaciones Erasmus Plus ofertaran su capacitación en al menos dos idiomas diferentes y fuera impartido en al menos tres países distintos; Europubhealth es impartido en 2025 por siete instituciones ( ninguna española), pero al extinguirse la EASP no se imparte formación en español, lo que ha supuesto la pérdida de esta posibilidad para todos los interesados de Latinoamérica y España que deseaban recibir la formación en su propia lengua. El proyecto se ha deteriorado significativamente, tanto por esta razón idiomática como por la mutilación del propio programa; la imagen de España,y en especial de Andalucía, como socio serio y solvente ha quedado muy deteriorada.
Los diferentes grupos de investigación existentes en la EASP hasta su disolución, en su mayor parte miembros del grupos multicéntricos, en muchos casos participantes en convocatorias internacionales se han ido disgregando, pasando a formar parte de otros grupos en el mejor de los casos. Esto ha tenido sus repercusiones también en la Universidad de Granada que se vio privada decierta producción científica de relieve; para esta universidad supuso además el tener que dejar de ofertar como títulos propios tres másteres (Salud Pública y Gestión Sanitaria, Economía de la Salud, Promoción de Salud),además de más de diez diplomaturas universitarias.Los interesados en formarse en gestión buscan asidero en san Telmo o en el instituto de Empresa ( para saber de primera mano como se gestionan  bancos); los que desean formación en promoción de salud, ética, género tendrán que buscar en otras regiones.
Manuel, Director Gerente de un gran hospital español recurrió a PWC para la elaboración de su plan estratégico, ante la imposibilidad de contar con la EASP con la que venía trabajando desde hacía más de una década. Los colegas latinomericanos que antaño buscaban en Andalucía formación continuada internacional de postgrado, se dirigen ahora a otras instituciones angloparlantes: la experiencia de visitar Paris, Roma o Amsterdam es interesante también, pero perdieron la complicidad cultural. Banco Mundial o Banco Interamericano de Desarrollo así como sistemas sanitarios latinoamericanos que invitaban a participar a la EASP en sus licitaciones competitivas para proyectos de asesoramiento en materia de reformas sanitarias, recurren ahora de forma generalizada a consultoras internacionales o instituciones públicas de países europeos y de Estados Unidos. Chile, Brasil, Colombia, Marruecos, Argentina, Uruguay, ya no realizan pasantías por la Escuela, no conocen las fortalezas del sistema sanitarios español ni visitan los centros sanitarios de Andalucía, no disfrutan la ciudad de Granada ni visitan ya la Alhambra. Reuniones científicas, congresos, jornadas, simposios, seminarios y hasta cumbres de ministros (que un día se celebraron de forma continuada en la Escuela) buscan ahora otros destinos también apetecibles. Por cierto, a cuenta de lo anterior, los hoteles,bares y restaurantes de Granada notaron un indeterminado bajón en sus ingresos en los días de mitad de la semana, días en los que tiempo atrás los alumnos de los diferentes cursos, pasantías, grupos de trabajo o talleres que acudían a la EASP, llenaban muchos de ellos en los días de actividad…Los taxis dejaron de subir al Observatorio.
En el clasíco ¡Qué bello es vivir¡ de Frank Capra, un residente de ángel de la guarda, bastante patán (Clarence Odbody), intenta evitar el suicidio de George Bailey, un bondadoso ciudadano que pretende matarse ante la ruina a la que llevará a su empresa un descubierto contable que él no ha producido. En su desesperación Odbody muestra a Bailey como sería la vida en su pueblo si él no hubiera existido. No hay que ponerse tremendos, pero sin duda un futuro sin la EASP supondría unas cuantas pérdidas notables: para la ciudad de Granada, para la salud pública, para la imagen de Andalucía como lugar confiable y solvente en materia de socio para la realización de proyectos interesantes.En el hueco de su ausencia cabe un mundo.
Escribe el Nobel de Economía Daniel Kahneman:” una forma rentable  para hacer creer a la gente en falsedades es la repetición frecuente, porque la familiaridad no es fácilmente distinguible de la verdad”. Para creer las promesas de los inductores de la proposición de Ley que lleva explícita la extinción de la EASP el camino adecuado no es repetir una y otra vez que esta proposición mantendrá su existencia tal y como es hoy, sino simplemente retirar la proposición tal y como está concebida. Y después hablar.

(Fotografía: Bailey antes de tirarse al río )

jueves, 16 de enero de 2020

La pantera nebulosa de Formosa



El pasado 30 de diciembre de 2019 el Grupo Parlamentario Popular Andaluz presentó en el Parlamento de Andalucía una proposición de ley destinada a la creación del Instituto Andaluz de la Salud (registro de entrada 029609). Éste se constituye, según la citada proposición, como una Agencia Administrativa resultado de la fusión de la Fundación Progreso y Salud, la Escuela Andaluza de Salud Pública y la Secretaría General de I+D+i.
El gobierno de Andalucía tiene obviamente toda la legitimidad para aprobar y ejecutar una ley de esas características si consigue los apoyos parlamentarios suficientes, aunque eso suponga la desaparición de la Escuela Andaluza de Salud Pública o de cualquier otra institución. Si ello es posible hoy es porque otros tuvieron la posibilidad de evitarlo en su momento y no lo hicieron (hablaremos de ello en una próxima entrada). Pero sí es necesario insistir en lo que la aprobación de  una proposición de Ley como la descrita implica.
Dicha proposición no es fruto apresurado de algunas ideas desconexas, ni tampoco resultado de una declaraciones “fuera de contexto” de algún político deslenguado; más bien es la consecuencia de un proceso de análisis y reflexión detenido, bien ordenado y articulado en 5 capítulos, 3 disposiciones adicionales y 2 disposiciones finales; bastante maduro, en definitiva. En una de esas disposiciones finales se señala textualmente que “ se autoriza a la Consejería de Hacienda, Industria y Energía para adoptar todas aquellas medidas de orden económico, financiero, contable y patrimonial que procedan, y a la Consejería de Salud y familias para adoptar ,dentro de sus competencias, cuantas medidas sean necesarias para la puesta en marcha del Instituto Andaluz de la Salud y la efectividad de lo dispuesto en este Ley, incluyendo todas las operaciones jurídicas conducentes a la extinción y disolución por fusión y transformación de la Fundación Progreso y Salud y la Empresa Andaluza de Salud Pública SA”.
Sin duda alguna los inspiradores y autores de esta proposición conocen sobradamente que en la elaboración de una ley las palabras son clave, puesto que  son ellas las que realmente permiten que se pueda llevar a cabo lo que se pretende. Por eso (y al margen del pequeño borrón que supone confundir Empresa Andaluza de Salud Pública SA-inexistente,-con Escuela Andaluza de Salud Pública SA) los términos fusión, transformación, extinción y disolución no son banales, equívocos o intercambiables con otros diferentes, puesto que de ser así hablaría de una incompetencia manifiesta en el proceso de elaboración de leyes, decretos y demás normativas que suponen el esqueleto de la actividad política.
Pero además dichos términos son completamente congruentes con el espíritu y contenido de la proposición de Ley. Así, en el artículo 1 del capítulo 1 se define que el Objeto de la misma es “la creación del IAS por fusión y transformación de la Fundación Progreso y Salud, y de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Sociedad Anónima…”, aspecto que de nuevo se reitera en el artículo 2 sobre creación del IAS, en cuyo segundo párrafo se habla de “ Esta transformación implica la cesión e integración global, en unidad de acto, de todo el activo y el pasivo de las entidades transformadas, con sucesión de derechos y obligaciones”. Así mismo, ya desde la Exposición de motivos y más adelante en la definición de la “Naturaleza y consideración de medio propio” se reitera el fin al que va dirigida la creación del Instituto y que no es otro que la investigación (“El IAS es un organismo público de investigación del Sistema Andaluz de Conocimiento con carácter de Agencia Administrativa de la Junta de Andalucía”). La investigación, o mejor dicho, la gestión de la investigación aparece en la mayor parte de los Objetivos y funciones (artículo 4): de las 19 funciones especificadas 7 se refieren exclusivamente a ésta, 9 a la gestión de la calidad y la acreditación, 2 a la gestión de la formación ( que no impartición), y 1 a la evaluación de Tecnologías. Funciones que hasta la fecha venían siendo realizadas por la Fundación Progreso y Salud, La Agencia de Calidad sanitaria de Andalucía (ACSA) y la antigua Agencia Andaluza de Evaluación de Tecnologías (AETSA). La EASP por supuesto lleva a cabo proyectos de investigación, pero la esencia de su actividad la constituye la docencia de postgrado, la consultoría y la cooperación internacional, ninguna de las cuales aparece ni tangencialmente en las funciones del nuevo Instituto.
¿Olvido? Cuesta creerlo de legisladores tan competentes. Las organizaciones no dejan de ser medios para que sus dueños lleven a cabo sus propósitos, conservando siempre la capacidad de deshacerse de ellas si les resulta conveniente, sean cual sean los daños colaterales que eso suponga. Pero ese tipo de procesos tienen también consecuencias.
La extinción de la EASP como empresa pública, con su propio CIF, supone inevitablemente la pérdida de un centro colaborador de la Organización Mundialde la Salud para Andalucía, y secundariamente para España, proceso que costó varios años en obtener y que va ligado a una entidad concreta e intransferible y se basa en su trayectoria histórica; así mismo implicaría la desacreditación del Máster Europeo en salud Pública Europubhealth como título con reconocimiento Erasmus Plus ( acreditado para el periodo 2020-2025) y que la EASP realiza en coordinación con la Universidad de Granada (UGR), la École de Hautes Studes en santé Publique francesa, la Universidad de Rennes (Francia), La Universidad de Sheffield ( Reino Unido), la Liege Université (Bélgica), la Universidad de Maastrich ( Holanda), la Jagiellonian University of Kracow ( Polonia) y el University College of Dublin (Irlanda). También implicaría la renuncia a múltiples proyectos de consultoría y cooperación internacional con instituciones tan sospechosas como el Banco Interamericano de Desarrollo, o gobiernos tan bolivarianos como el de Chile o Brasil. En cualquier caso cabría pensar si esta comunidad autçonoma y este país puede permitirse el lujo de perder estos tipos de proyectos. Algunos consideran a la EASP un “chiringuito”. No digo yo que no, pero sería interesante saber cuantos chiringuitos de estas características se incluyen en la lista de centros colaboradores de la OMS o participan en máster internacionales Erasmus Plus.
La creación del Instituto Andaluz de la Salud implicará además la desaparición de un centro de conocimiento para la ciudad de Granada que se ubicará desde ahora en Sevilla, generando un nuevo caso de centralismos autonómico al que tan proclive fue la administración anterior.
Tras hacerse público el contenido de la proposición de Ley, los impulsores de la misma se han apresurado asegurar que la Escuela Andaluza de Salud Pública no desaparece ni se cierra, y que se mantendrán sus puestos de trabajo. Yo les creo. Pero para ello , o bien deberían excluir a la EASP SA de la proposición de Ley o, bien reelaborar sustancialmente la propuesta. El tiempo dirá quien estaba en lo cierto y quien miente, si la Escuela sigue formando parte de las especies agónicas en peligro de extinción o definitivamente se extingue como la pantera nebulosa de Formosa. 

Fotografía: pantera nebulosa de Formosa meditando sobre su futuro antes de eser extinguida