¿Es lo mismo tener padecer una enfermedad que tener riesgo de contraerla? En principio no debería ser así, pero las cosas distan de estar claras. En el último número del Milbank Quarterly, Robertz Aronowitz, profesor del Departamento de Historia y Sociología de
la Ciencia de la Universidad de Pennsylvania publica un interesante artículo respecto a la convergencia creciente entre las Enfermedades y el Riesgo de padecerlas.Tradicionalmente la Enfermedad( “ Disease”) se entendía como el proceso patológico capaz de producir síntomas y a menudo amenazar la vida del paciente; el Riesgo ( Risk) , en cambio, hacía referencia a la probabilidad estadística de que pueda producirse una enfermedad determinada.
Pero esa diferenciación cada vez es menos nítida, existiendo un “continuum” entre las enfermedades y
sus riesgos, que se extiende como un chicle.
Aronowitz identifica algunas causas de ello: por una parte, las nuevas intervenciones clínicas han cambiado la historia natural de las enfermedades ( al bajar el dintel la diabetes se solapa con su prediabetes); por otra , el aumento del conocimiento biológico, clínico y epidemiológico de las enfermedades aumenta el número de personas que son conscientes de padecer algún tipo de anomalía, durante cada vez más tiempo; finalmente ,se produce una captación de cada vez más personas en las categorías diagnósticas a través de los nuevos métodos de screening, el arsenal de pruebas diagnósticas existente y los procedimientos de Disease Management ( en la última edición del Conn los pacientes supervivientes de un tumor ya son categorías susceptibles de gestionar de forma integrada) .
Las consecuencias no son menores: como ejemplo, el número de mujeres diagnosticadas de de
cáncer en una mama y que se someten a mastectomía profiláctica en la otra mama ha aumentado
del 1.8 % en 1998 al 4.5% en 2007 según los trabajos de Tuttle; por otra parte, a
nadie se le escapan los beneficios que supone para las empresas tecnológicas ( no solo las
farmacéuticas) catalogar como enfermas a cada vez más personas. Y no se debe ignorar el
triunfo del modelo social en donde la preocupación por la salud es el “tema dominante” . En su brillante artículo sobre el entusiasmo por el screening del JAMA, el prestigioso Welch ( investigador de y colaborador habitual del New York Times ) demostraba que aquel no se atemperaba aunque los pacientes fueran informados de que el screening no era innocuo, y que debido a falsos positivos en ls pruebas podrían producirse efectos adversos graves; incluso 735 de los participantes en el estudio preferían un TAC" total body"para descartar enfermedades a 1000 $ en efectivo.
Aronowiz denomina a las sociedades occidentales “ sociedades del riesgo”; tal vez habría que hablar mejor de "Sociedades de la Enfermedad”. El sano es cada vez más raro. Vivir es patológico
Aronowiz denomina a las sociedades occidentales “ sociedades del riesgo”; tal vez habría que hablar mejor de "Sociedades de la Enfermedad”. El sano es cada vez más raro. Vivir es patológico
Bueno Sergio, manifestar que uno esta sano o decirle a un paciente que se encuentra sano ha pasado a constituir una autentica provocación.
ResponderEliminarParece que nuestra labor profesional debe ser llevar a los individuos neutros (sanos) hacia la existencia médica (enfermedad). No hay individuos sanos sino enfermos ignorados. Estas dos últimas frase estan extraidas de la obra "Dr. Knock o el triunfo de la Medicina" donde con una antelación de 90 años un autor francés predecía con detalle cual sería, en buena medida, el futuro del ejercicio de la medicina en la economíca de mercado.
Podemos llegar a un acuerdo en que los mecanismos de influencia de la industria tecnológica / farmacéutica son sutiles pero es una ingenuidad pensar en que somos inmunes a ella.
La sensación de malestar e inquietud ha triunfado cuando nunca como hoy disfrutamos de mejores niveles objetivos de salud. La medicalización ha triunfado.
La ilustració refleja con claridad el como la industria ha modificado la separación del riesgo de la enfermedad.
ResponderEliminarInteresante Sergio.
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