"Érase una vez un lejano país donde la gente, cuando enfermaba, acudía a ver al Mago instalado en una humilde choza. Tal fue su éxito que, ante la muchedumbre que se agolpaba ante ésta, la Reina decidió instalarle en un fabuloso castillo construido al efecto; como aún así las colas no dejaban de aumentar, en un ataque de clarividencia encontró la forma de solucionar el problema de una vez por todas: a la puerta del castillo construyó una humilde casa para un nuevo invitado: el Portero quien, con su sabiduría, debía decidir quien accedía a la torre del castillo para ser atendido por el Mago: al fin y al cabo, habíase conocido que éste también la pifiaba a veces y entonces era mayor el daño que el beneficio; no hay que olvidar que el Mago utilizaba tecnología dura (bola de cristal, viajes astrales, conjuros, a veces magia negra…). El Sereno apenas disponía de una varita mágica: su portentosa capacidad de escuchar, de conocer a sus vecinos, de haberles visto nacer y crecer, hasta morir.
Las cosas fueron bien durante mucho tiempo, pero los éxitos de ambos aumentaron la expectación para llegar al castillo. Unos nuevos personajes, los “goblins” fueron contratados bajos los auspicios de un Canciller moderno, para controlar a ambos: el objetivo, hacer cada vez más con cada vez menos. Portero y Mago coincidían en que ambos habían perdido algo, pero no sabían como recuperarlo".
Nigel Mathers, profesor de la Medical School of Sheffield, publicó en el BMJ en 1989 con Hodgkin la primera versión del cuento “The Gatekeeper and the Wizard: a fairytale” . Wizard ( Mago) no tiene problemas de traducción, lo que en cambio sí tiene Gatekeeper: al fin y al cabo, somos más clasistas de lo que creemos, y nunca nos gustó a los generalistas ser considerados “porteros, guardeses, administradores de fincas”: todos llevan una connotación subalterna que nos repugna. Mathers publicó posteriormente dos nuevas aventuras, siempre en el BMJ: en 1992 con Usherwood y en 1995 con los Herd: eran los años del thatcherismo feroz y tenían su reflejo en la historia.
Aparte de que permite explicar muy bien el papel del médico de cabecera y el especialista a familiares y amigos cuando te preguntan a que te dedicas, el cuento de Mathers viene reflejando desde hace 20 años la historia de la atención primaria.
Hace unos días, el 7 de septiembre el editor asociado del BMJ Douglas Kamerow volvía a rescatar, el cuento, con homenaje incorporado a Mathers: los tiempos ,de nuevo, han cambiado: ahora los Porteros, antes numerosos, se han convertido casi en especie en extinción porque nadie quiere serlo, y los súbditos ya no precisan de pasar por el Portero para llegar al Mago. Los costes son enormes, la gente está insatisfecha. Hay un nuevo Príncipe que tiene intención de reconducir las cosas pero la “Casa de los Gnomos” no está por la labor…
Aunque las referencias a Obama son evidentes, el cuento refleja muchas realidades cercanas.
Muy buena metáfora.
ResponderEliminar