Abril nos trajo unos cuantos informes interesantes sobre la situación de los sistemas sanitarios en el mundo y en nuestro país en particular: en primer lugar, la OMS publicó sus Estadísticas Sanitarias Mundiales 2010, en el que además de un enfoque basado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se revisan datos de mortalidad y morbilidad, así como sobre personal sanitario o gasto en salud. Solo un dato: en España ha aumentado casi en un 1.5 puntos el procentaje de PIB destinado a salud ( de 7.2 en 2000 a 8.5 en 2007), manteniéndose constante el porcentaje de eso gasto correspondiente al gasto público ( que no llega al 72%).
También interesante el informe comparativo entre 29 países de la OCDE publicado el 29 de abril. Ilustrativa la tendencia creciente a favorecer el papel de la primaria como puerta de entrada al sistema en aquellos países en que tradicionalmente existía capacidad de elección de especialista por parte del paciente, clamorosa la ausencia de datos sobre la calidad de la atención clínica hospitalaria en España y preocupante el mensaje dominante de considerar como elemento clave de la coordinación entre niveles la existencia de programas de Gestión de Enfermedades o Gestión de Casos.
Por último, en este ámbito de informes genéricos,es interesante el informe del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud y SESPAS, sobre España, elaborado por Sandra García,Begoña Abadía, Antonio Durán y Enrique Bernal, en donde en apenas 36 páginas se hace una buena síntesis de la situación actual de nuestro sistema, incidiendo en algunos de los temas reiteradamente comentados en este blog: desde la necesidad en mejorar los sistemas de evaluación y rendición de cuentas ,hasta el reto que supone mejorar la cohesión de un sistema formado por 17 sistemas paralelos y poco coordinados , o lla existencia de grados de variabilidad poco justificables en buena parte de los procedimientos.
¿Por qué es necesario echar un vistazo a estos informes? Pues porque es la única fuente de información para darse una idea de como estamos como país.
Richard Baron publica también en New England un trabajos obre las razones por las que están tan ocupados los médicos de atención primaria americanos. Y no trabajan poco allí: de 50 a 60 horas por semana, , en horarios de 7 a 7 . La distribución de la atención aporta datos interesantes: 18 visitas al día, 24 llamadas telefónicas, 12 cumplimentaciones de recetas, 17 correos electrónicos, 19 informes de laboratorio y 11 de radiología y 14 informes de especialistas. Su conclusión es clara : en el momento en que la Atención primaria aparece cada vez más como un elemento clave de la reforma Obama y a la vez cada vez menos estudiantes americanos optan por hacerse médicos de familia, es esencial revisar la creciente exigencia de tareas asignadas a los generalistas y buscar maneras de facilitar el trabajo.
Finalmente , y enlazando estos dos últimos trabajos Brook y Young en JAMA analizan el papel también de la Primaria en la reforma Obama ( curiosa la diferencia entre la presencia de la Atención primaria en Estados Unidos en las principales revistas y la escasa presencia de la primaria en el debate sanitario español). Y hablan de la necesidad de un pacto de obligaciones y compensaciones: el médico de familia está obligado allá a adquirir un protagonismo y responsabilidad reciente en el manejo de los pacientes crónicos y en la dismunución de la varibilidad inadecuada. Pero a cambio es imprescindible reducir la brecha entre salarios de superespecialistas y generalistas. Difícil, pero necesario.
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