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martes, 8 de febrero de 2011

Hermion , Mordor y el i PAD

A social network is crucially different from a social circle, since the function of a social circle is to curb our appetites and of a network to extend them. Everything once inside is outside, a click away; much that used to be outside is inside, experienced in solitude.
Adam Gopnik. The New Yorker

La primera edición de Harry Potter apareció un año antes del lanzamiento de Google. En aquel primer libro, Hermión, la compañera de Harry, aún buscaba información sobre bebedizos de amor en la inmensa biblioteca de Hogwarts. Algo que los niños nacidos en este siglo ,posiblemente no acaben de entender bien: ¿  como es que siendo maga  Hermion no tenga  un IPad en el que trastear?
Así comienza un artículo muy interesante sobre información y tecnologías escrito por Adam Gopnik y  que publicará el 14 de febrero  The New Yorker ( cosas de la magia, vemos el futuro).
Ni la magia podía preveer que sucediera una  revolución tecnológica como la actual. Y menos aún que ésta viniera acompañada de una auténtica revolución social. De forma mordaz Gopnik pasa revista a la literatura generada en los últimos meses sobre lo que va a suponer Internet:¿ un futuro idílico o un mar de adversidades? ( en palabras de Hamlet)
En un extremo del espectro estarían los entusiastas de Internet ( lo que Gopnik llama Never Betters), el grupo equivalente a los que pensaron que el tostador inauguraba una nueva era de desayunos creativos . Estos creen que estamos en puertas de una nueva utopía, en la que “la información será libre y democrática, las noticias se generarán desde la base , el amor reinará y las galletas se hornearán solas”. Un ejemplo de ellos sería Clay Sharky, profesor de la Universidad de Nueva York. Para Gopnik sus ideas son tan simples que parecen sacadas de una caja de cereales. Al fin y al cabo, buena parte de las publicaciones difundidas tras la invención de la imprenta eran edictos reales y publicaciones de los regimenes autoritarios y no panfletos del hombre de la calle.
En el otro extremo están los alarmados ( Better Nevers) los que creen que todo hubiera ido mucho mejor si esto no hubiera sucedido nunca. En otras palabras , los herederos intelectuales de los que pensaron que con el tostador se menoscababa la armonía familiar. Gopnik elige como ejemplo de este grupo a Nicholas Carr autor de The Shallows ( Superficiales. ¿Qué el está haciendo Internet a nuestra mente?), que acaba de publicarse en España. Para él “mientras que un libro atrapa nuestra atención , aislándonos de una miríada de distracciones que llenan nuestra vida diaria, Internet hace justo lo contrario; está diseñado para dispersar nuestra atención. Sabiendo que la profundidad de nuestro pensamiento está ligada a la intensidad de nuestra atención , es difícil no concluir que adaptar el entorno intelectual de la red a nuestro pensamiento nos hace superficiales”.Ya Baudelaire se quejaba de los rumbos perniciosos que tomaba la sociedad parisina allá por finales de 1855.
En el medio andan los escépticos ( Even –wasers) los que creen que a lo largo de toda la historia de la humanidad esto ha sucedido siempre : “ por supuesto, las nuevas máquinas siempre lo arruinan todo. Pero cada generación tienen sus bárbaros, y cada generación también acaba asimilándolos”.
Para Gopnik los beneficios o perjuicios del mundo digital  no vendrán tanto de modificaciones en el comportamiento neuronal o en test de empatía , sino más bien en pequeños cambios en el humor, la vida, las costumbres o los mismos sentimientos.
El peligro no es que los usuarios de Internet pierdan su conocimiento del mundo; es que pierdan el sentido la proporción. Puedes llegar a pensar que los ejércitos de Mordor  no son solamente enormes y horrorosos ( que lo son) sino que son ilimitados e invencibles ( lo que no son)
Como siempre somos nosotros ( y no las máquinas)los que posiblemente tengamos  la solución al acertijo: simplemente apagando el ordenador se alivia bastante el problema
A pesar de las críticas,Carr comentaba ayer  de forma muy elegante el artículo de Gopnik en su propio blog: "la idea de que las redes sociales suban más que bajan el volumen de nuestra autoconciencia me parece especialmente acertada ". Lo cortés no quita lo valiente

3 comentarios:

  1. Reconozco que lo de las galletas que se hornean solas, o la tostadora como punto de partida del desayuno creativo es muy divertido. No obstante, y pese a que por mi forma de ser estoy más cerca de un grupo que de otro, creo que internet esta cambiando la forma de ver y entender muchas cosas. Aunque la revolución no se tuitee o cosas así, seguro que despues de la revolución todos actualizarán su facebook y dirán: prueba superada.

    Por cierto, ¿tu no eras muy shirkysta? El libro no esta nada mal, ese concepto de organizaciones anarquicas me gusta mucho.

    Al final lo impirtante es mover la rueda, cada uno desde su esquina.

    Un abrazo Sergio!

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  2. Muchas gracias Miguel
    Me parece que el articulo del New Yorker ( y sobre todo como lo comenta Carr) tienen mucho jugo. Porque es un tema que es fácil de llevar a los extremos: desde que esto es una moda más hasta que es la panacea que solucionará todos los problemas.A mi internet me ha abierto una caja llena de pequeños ( y grandes ) tesoros que jamás pensé conocer. Pero a la vez hay cosas que cada vez me gustan menos y en cierta forma me dan miedo
    Creo que un debate sobre ello puede ser interesante.
    Me gustó mucho el primer libro de Sharky ; no tanto el segundo. Todo iba bien entre nostros ...hasta que se metió con Tolstoi. Y por ahi no paso.
    Tolstoi es sagrado
    Un abrazo

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  3. Es que Tolstoi es intocable... tienes razón :)

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