No deja de ser paradójico que buena parte de los programas, estrategias o planes en materia de calidad carezcan de un adecuado sistema de evaluación, y de los consiguientes resultados sobre la efectividad de los mismos, cuando uno de los elementos esenciales de cualquier círculo de mejora es el control ( la “C” o “S” del famoso círculo de Deming y Shewart).
Por mucho que aspiremos a ser uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, nos queda mucho camino por recorrer en materia de algo tan indispensable como investigación en servicios, transparencia y rendición de cuentas, dominada la agenda por la mera propaganda política.
Buen ejemplo de la distancia entre “ellos” ( los que lo hacen ) y “nosotros” ( los que no lo hacemos) es la publicación de dos estudios en el BMJ por un nutrido grupo de investigadores británicos ,respecto a la evaluación del impacto de un programa de Seguridad del paciente (Safety patient Initiative o SPI), liderada nada menos que por el prestigioso Institute for Healthcare Improvement de Don Berwick, y el correspondiente editorial en la revista firmado por Peter Pronovost, Sean Berenholtz y Laura Morlock.
El grupo de investigación responsable de los dos estudios está formado por epidemiólogos, bioestadísticas, sociólogos, y clínicos. Evalúan 9 hospitales que participaban en el programa citado comparándoles con otros 9 hospitales que hacen de control. Realizan evaluaciones cuanti y cualitativas tanto a nivel organizacional, como respecto a los resultados clínicos en los pacientes.
El diseño es un diseño controlado antes después, a los que se añaden ¡cinco¡ subestudios: una encuesta de actitudes de los profesionales, la revisión de las historias clínicas de los pacientes quirúrgicos y de alto riesgo respiratorio , la evaluación indirecta de la higiene de manos a través de la medición del uso de materiales destinados al efecto, y medidas diversas de resultados. Por si fuera poco realizan un análisis del “estado del arte” .
¿Resultados? La buena noticia es que hay pruebas robustas de que la calidad y la seguridad está mejorando en el Reino Unido, al menos en sus hospitales, como señala contundentemente Pronovost en el editorial. La mala noticia es que no se sabe por qué. Porque el SPI ( Safer Patient Initiative) no obtiene ningún efecto adicional discernible del obtenido en los hospitales del grupo control (algo que no se hubiera sabido de no disponer de controles, por cierto). Para Pronovost, Berenholtz y Morlock esto no es sorprendente, puesto que la iniciativa no está sustentada en los fundamentos teóricos del cambio organizacional: aspiran a implantar 43 intervenciones (cuando la mayor parte de los hospitales tendrían dificultades en implantar ni siquiera tres), es una iniciativa “top-down”, (en la que los clínicos apenas se sienten partícipes), , no se priorizan áreas de intervención con desempeño deficiente, las medidas propuestas no están basadas en pruebas sólidas y no existe pilotaje de las intervenciones. Entonces, ¿por qué se mejora? Posiblemente porque las políticas generalizadas en todo el NHS destinadas a fomentar prácticas seguras ( sin necesidad de programas específicos) o a la emergencia de un consenso profesional implícito sobre algunos procedimientos clínicos está generando un cambio global en el sistema.
Para los editores los relevantes trabajos del grupo de A Benning ( no confundir con la gran Annette Benning) aportan otras dos importantes lecciones : Primera, los estudios en materia de seguridad y calidad precisan de diseño robustos. Segunda, la ciencia de la mejora continua de la calidad difiere de la investigación básica y clínica: necesita de los aportes procedentes de clínicos, sociólogos e investigadores en servicios, y precisa del empleo de métodos mixtos de diseños complejos.
Mientras tanto, aquí seguimos montando unidades, lanzando proyectos y organizando congresos sin evaluar apenas lo que hacemos. Y sobre todo, sin saber la rentabilidad que tiene el dinero que gastamos en ellos.
Por mucho que aspiremos a ser uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, nos queda mucho camino por recorrer en materia de algo tan indispensable como investigación en servicios, transparencia y rendición de cuentas, dominada la agenda por la mera propaganda política.
Buen ejemplo de la distancia entre “ellos” ( los que lo hacen ) y “nosotros” ( los que no lo hacemos) es la publicación de dos estudios en el BMJ por un nutrido grupo de investigadores británicos ,respecto a la evaluación del impacto de un programa de Seguridad del paciente (Safety patient Initiative o SPI), liderada nada menos que por el prestigioso Institute for Healthcare Improvement de Don Berwick, y el correspondiente editorial en la revista firmado por Peter Pronovost, Sean Berenholtz y Laura Morlock.
El grupo de investigación responsable de los dos estudios está formado por epidemiólogos, bioestadísticas, sociólogos, y clínicos. Evalúan 9 hospitales que participaban en el programa citado comparándoles con otros 9 hospitales que hacen de control. Realizan evaluaciones cuanti y cualitativas tanto a nivel organizacional, como respecto a los resultados clínicos en los pacientes.
El diseño es un diseño controlado antes después, a los que se añaden ¡cinco¡ subestudios: una encuesta de actitudes de los profesionales, la revisión de las historias clínicas de los pacientes quirúrgicos y de alto riesgo respiratorio , la evaluación indirecta de la higiene de manos a través de la medición del uso de materiales destinados al efecto, y medidas diversas de resultados. Por si fuera poco realizan un análisis del “estado del arte” .
¿Resultados? La buena noticia es que hay pruebas robustas de que la calidad y la seguridad está mejorando en el Reino Unido, al menos en sus hospitales, como señala contundentemente Pronovost en el editorial. La mala noticia es que no se sabe por qué. Porque el SPI ( Safer Patient Initiative) no obtiene ningún efecto adicional discernible del obtenido en los hospitales del grupo control (algo que no se hubiera sabido de no disponer de controles, por cierto). Para Pronovost, Berenholtz y Morlock esto no es sorprendente, puesto que la iniciativa no está sustentada en los fundamentos teóricos del cambio organizacional: aspiran a implantar 43 intervenciones (cuando la mayor parte de los hospitales tendrían dificultades en implantar ni siquiera tres), es una iniciativa “top-down”, (en la que los clínicos apenas se sienten partícipes), , no se priorizan áreas de intervención con desempeño deficiente, las medidas propuestas no están basadas en pruebas sólidas y no existe pilotaje de las intervenciones. Entonces, ¿por qué se mejora? Posiblemente porque las políticas generalizadas en todo el NHS destinadas a fomentar prácticas seguras ( sin necesidad de programas específicos) o a la emergencia de un consenso profesional implícito sobre algunos procedimientos clínicos está generando un cambio global en el sistema.
Para los editores los relevantes trabajos del grupo de A Benning ( no confundir con la gran Annette Benning) aportan otras dos importantes lecciones : Primera, los estudios en materia de seguridad y calidad precisan de diseño robustos. Segunda, la ciencia de la mejora continua de la calidad difiere de la investigación básica y clínica: necesita de los aportes procedentes de clínicos, sociólogos e investigadores en servicios, y precisa del empleo de métodos mixtos de diseños complejos.
Mientras tanto, aquí seguimos montando unidades, lanzando proyectos y organizando congresos sin evaluar apenas lo que hacemos. Y sobre todo, sin saber la rentabilidad que tiene el dinero que gastamos en ellos.
Muchas gracias por este post, y las referencias en el! Para mi, lo que caracteriza a Inglaterra en muchas ocasiones es el valor del aprendizaje continuo, a todos los niveles, para todo los miembros del equipo multidisciplinar y la reconocida necesidad de planificar y llevar a cabo la evaluacion de las intervenciones de mejora de servicio.
ResponderEliminarPara mas ejemplos, he aqui otro proyecto que se esta desarrollando en estos momentos en servicios de cancer de pulmon:
http://www.rcplondon.ac.uk/resources/clinical/quality-improvement-projects/ILCOP
Saludos,
Senai