En 2.009 la periodista americana de la NBC Elizabeth Bougerol iniciaba uno de sus artículos con un título provocador : ¡Buenas noticias¡ La recesión puede hacerte más sano¡. En él se hacía eco de otro artículo en la misma línea publicado en The New York Times por Tyler Cowen, profesor de Economía en George Mason University , que revisaba algunos trabajos que aparentemente ponían de manifiesto las bondades que suelen tener los periodos de crisis y recesión en la salud de un país: arruinarse y ser despedido supone un inesperado panorama de oportunidades para la salud, ya que permite quedarse en casa, no gastar el gasolina y así ahorrarse el accidente que quizá le lleve a uno a la tumba. Algunos cínicos quizá piensen que están en el fondo haciendo una buena obra estrangulando a tanta gente. Ya se sabe que no hay mal que por bien no venga.
Es un debate ya clásico discutir si la salud global de una población mejora o empeora en situaciones de crisis. Puesto que si la crisis pueden traer consigo el incremento de suicidios debido a la angustiosa situación económica, podrían estar compensados por la reducción en accidentes derivados de la falta de recursos.
Marc Suhrcke y David Stuckler realizaron una revisión recientemente respecto a los efectos sobre la salud de las recesiones. El segundo también había publicado en JECH otro interesante trabajo sobre la mortalidad durante la Gran Depresión del 29, en el que llegaba a la conclusión de que muchos de los cambios en las muertes por diferentes causas ocurridos entonces no tuvieron relación con la situación económica.
Quizá la clave de la cuestión está en el ámbito de análisis que utilicemos. Si ponemos el foco en los individuos hay un amplio cuerpo de evidencias que demuestran los efectos negativos del paro sobre la salud de las personas, en el que las limitaciones en la nutrición, el acceso a los servicios y el impacto sobre su salud mental pueden tener efectos devastadores. Paradójicamente estos efectos pueden verse compensados globalmente por los posibles beneficios que representan las épocas de austeridad para los que aún conservan sus trabajos: dietas más saludables, mayor ejercicio, menores desplazamientos...No está claro que efecto predomina, pero para Suhrcke y Stuckler es poco probable que en las recesiones se produzcan deterioros significativos en la mortalidad global o la esperanza de vida de un país en su conjunto. Sin embargo, las crisis si pueden tener un efecto devastador en aquellos grupos poblacionales que ya se encuentran en el límite, las clases medias que se convirtieron en bajas, las clases bajas que llevan ya tiempo situadas bajo el nivel de pobreza...
Ambos consideran que ciertas circunstancias pueden agravar significativamente esta situación tan "saludable" que supone una recesión; en especial si se conjugan un deterioro grave y rápido de la situación económica, una débil cohesión y protección social y una amplia disponibilidad de sustancias tóxicas ( alcohol y otras drogas). Las tres existen en España.
El actual gobierno debería andar bastante preocupado por este cóctel letal que tiene delante. Especialmente porque, como concluyen los investigadores británicos , mucho peor que la crisis son las medidas que toman los gobiernos con el objetivo de combatirla: las experiencias en otras zonas geográficas ponen de manifiesto que la repercusión para la salud de una población puede ser muy diferente en dos países similares ( Tailandia y Malaysia por ejemplo) dependiendo de las decisiones que tome el gobierno de turno.
Las medidas de austeridad no están sirviendo para mejorar la situación económica y mucho menos la situación de la salud de la población. Y en cualquier caso, al margen de los efectos que sobre ésta tenga, resulta imprescindible (como señalaron ya en 2010 Stuckler, Basu y McKee) poner el foco en aquellos que son los grandes perdedores de la crisis, y no solo en los beneficiarios de los estímulos fiscales.
Las decisiones del gobierno español ponen de manifiesto, cada vez con mayor claridad que colectivo defienden. No son responsables de la crisis que sufrimos, pero sí de la forma de afrontarla.
(Viñeta cortesía de la Dra. Sofía Cuba)
Siempre interesante, los últimos posts del blog, relacionados con la importancia médica del contexto socioeconómico en que cada cual vive, son especialmente relevantes para centrar las cosas y evitar derivas de estupidez que ya se oyen por ahí.
ResponderEliminarEl último párrafo es simplemente perfecto: Claro que hay una responsabilidad en la forma de afrontar una crisis, sea una económica como ésta, sea una epidemia o sea una guerra (recientemente se ha recordado la vergüenza de Annual, en donde la incompetencia chulesca de unos generales llevó a la muerte a muchos soldados de reemplazo; ahora les vienen con la laureada: a buenas horas mangas verdes).
Llevando al extremo la estupidez de los beneficios de una crisis, se podría aducir que en Treblinka los presos reducían su riesgo cardiovascular por colesterol u obesidad.
¿Cuántas depresiones, cuántos suicidios, está ocasionando no ya la crisis sino la incompetencia en acometerla? ¿Por qué, en vez de tanta estadística pre-electoral no salen en los periódicos esos datos? ¿Por qué tanto silencio periodístico sobre lo que realmente importa? Hay razones para ello también derivadas del modo en que se afronta la crisis, que parece ya ser un buen medio para el miedo con el que fomentar una deriva autoritaria y apoyar el sistema neoliberal asfixiante en el que estamos
¿Cuántos efectos a largo plazo derivados de recortes desproporcionados en educación sufriremos?
¿Cuánta gente morirá, sencillamente, a causa de la crisis y de su mala gestión?
¿Cuánta indignidad de no poder trabajar se seguirá soportando?
Y ¿Qué se juegan los gestores de esto? Simplemente, nada; en el peor de los casos, perder una elecciones. Como ocurrió con el caso del Prestige.
Muy interesante lo que planteas. ¿por qué la prensa apenas dedica espacio a las repercusiones de la crisis¿¿Por qué incluso aquellos que tienen posturas menos reaccionarias disimulan cuando ellos mismos recortan, despiden o precarizan?
ResponderEliminarEl papel de España en la reciente reunión de los 27 es surrealista: "nadie ha hablado ni me ha preguntado". parece el incio de una novel de Javier Marías.Así nos va.
El Prestige es también un buen símbolo: de aquella catástrofe han pasado 10 años. Siguen los mismos pero en distintas sillas. Y en este caso " si habrá paz para los malvados"
Un saludo afectuoso
No soy aficionado a los blog, pero si recibo alguno en email tipo sanitario. Todos los que llevamos muchos años trabajando para la sanidad pública sabemos de la ineficiencia de los chequeos; incluidos los de la sanidad pública que casualmente se le olvidó a algún autor. Y también sabíamos el impacto de la morbimortalidad en componentes etarias.Esto se sabe desde Alma Ata. Y sabemos como se ha salido casualmente de algunas crisis económicas: con guerras. Según el mencionado Stuckler, que en el Lancet habló del incremento de enfermedades y VIH en Grecia, la crisis tendría la culpa....pero digo yo, de momento, hasta que dentro de unos años nos digan otra cosa como en la del 29. Sabemos que la metedura de pata con las vacunas de la Gripe A, no fue nada casual, pero algún autor se le olvidó contar quienes fueron los responsables.
ResponderEliminarPero lo que no sabíamos es que además de tener un exquisito cuidado con la Administracion Sanitaria, pues puede estar sesgada por la ideología, además de los críticos que tenemos que ser con la industria farmaceutica, ahora sabemos que también nos tenemos que defender del sectarismo de algunos blogueros, incluso algunos que a base de citar artículos y autores y querer parecer serios, pues no, no son nada objetivos y hay que ser muy críticos pues pueden sembrar otra tipo de semilla no tan apropiada. Tanto es así que se promueve cierta ideología trasnochada sentida o no sentida y se alude a tópicos superados. Y, si sabemos, que la realidad es poliedrica y polisemica y por ello seamos cautos con los bloqueros y no mezclemos ciencia con ideas personales, las cuales ha veces me recuerdan al pensamiento único.
Gracias por su comentario Sr Blanco.Está en su perfecto derecho de no ser aficionado a los blogs , a nadie se le obliga a seguirlos, afortunadamente.
ResponderEliminarAhora bien, si su crítica y recriminación va dirigida contra mi en concreto, prefiero que lo diga claramente y no se ande con retóricas.
Mi blog, al igual que muchos otros, es un instrumento de opinión personal, y por tanto subjetiva. No aspiro a tener la posesión de la verdad, y puedo estar equivocado en muchas ocasiones. No pretendo enmascarar mis opiniones con "ciencia" como dice usted. Pero me parece que para establecer un debate las opiniones ( subjetivas siempre) deben estar basadas en argumentos. Y en terrenos como los que trata este blog esos argumentos creo que deben apoyarse en trabajos científicos. Eso es lo que pretendo
En este blog se lleva hablando desde el principio de la inefectividad e ineficiencia de los chequeos, lo realicen quien lo realicen, incluida por supuesto la administración.
Este blog fue de los primeros en apoyar la iniciativa de Gripe y calma que cuestionaba en su totalidad las iniciativas de la admistración en materia de información sobre la supuesta pandemia de la gripe H1N1.Puede comprobarlo en las entradas de 2009
Está usted en su perfecto derecho también de considerar mis ideas caducas y trasnochadas, basadas en tópicos superados ( aunque no se por quien están superados). Pero son las mías.Y sigo defendiéndolas aunque usted no las comparta
Un saludo