Uno de los principales problemas de los
sistemas sanitarios es la escasez de información fiable que permita conocer,
comparar y valorar su desempeño. Y aunque se sigue hablando por parte de todo
el mundo de la imperiosa necesidad de “rendir cuentas” ,a la hora de la verdad
seguimos estando muy lejos de ello. No hay más que buscar la información disponible
fiable ( que no propagandística ) sobre las experiencias de producción privada
de servicios sanitarios en España para comprobarlo.
De forma que al interesado en conocer el
desempeño sanitario le quedan pocos recursos a los que dirigirse para poder opinar con el mínimo
fundamento. Existen páginas de instituciones reconocidas por cualquiera que
investigue sobre servicios sanitarios. Como por ejemplo el Kings Fund británico, The Commomwealth Fund, el European Observatory on Health Systems and Policy de la OMS, o la propia OCDE. Ninguno
de ellos está completamente libre de sesgos (lo que es imposible) pero
mantienen un evidente rigor en sus procesos de análisis.
Frente a ellos están las páginas de agitación
y propaganda, destinadas a dar publicidad a determinadas iniciativas, sin
fundamento científico alguno pero envueltos en el papel adecuado para dar el
pego. Un buen ejemplo de ello lo
daba hace unos días la periodista Mónica Mullor, quien para deslegitimar las
protestas sanitarias de Madrid, se basaba en los datos aportados por el
“Eurohealth Consumer Index” (EHCI) de 2012, según el cual nuestro sistema sanitario
ocupa un discreto puesto 24 de 34 posibles, siendo el 33 de 35 en accesibilidad
a la atención especializada
¡Qué decepción¡, acostumbrados como estábamos
a presumir de nuestro sistema sanitario. Un sistema ssanitario que sigue siendo
el servicio mejor valorado por los ciudadanos, y del que se está satisfecho más
del 73% de los mismos. Un sistema que presenta algunos de los mejores
indicadores de salud del mundo.Se me dirá ( y con razón) que en éstos no
influye solamente el sistema sanitario. Pero sí se analiza la mortalidad
evitable por el sistema sanitario (como hiceron dos de los más prestigiosos
investigadores sobre servicios sanitarios del mundo en Health Affairs , Ellen Nolte y Martin
Mckee), solamente Japón y Francia superaban al sistema sanitario español en desempeño.Y todo
ello gastando solamente un 6.9 % del PIB en gasto sanitario público
Entonces ¿cómo pueden estar los datos tan
alejados de los del EuroHealth Consumer Index”?
El secreto está en que el EHCI es un producto
desarrollado por Health Consumer Powerhouse (HCP), una compañía privada , y
patrocinado por Pfizer, Novartis, EFPIA ( European Federation of Pharmaceutical
Industries and Associations ) y Medicover SA. El objetivo de los citados
informes es el de “convertirse en el estándar de la industria de los modernos
sistemas sanitarios”.En la introducción al último informe el presidente de HCP no
tiene reparo alguno en manifestar que aspiran a minar lo que llaman la actitud
del “Gran Hermano” poniendo a
disposición de los consumidores la información de las compañías farmacéuticas
que facilten la toma de decisiones sobre salud.
Si
la metodología de un estudio científico debería permitir la replicación del
estudio por cualquier otro investigador, de la calidad metodológica de éste es buen botón de muestra
la descrpción del método empleado para calcular uno de sus más pomposos indicadores ( el llamado Bang for the
Buck adjusted score): “ no es obvio como hacer tal ajuste”.
Si la fabilidad del estudio deja que desear (los
mismos autores reconocen que los resultados presentan
deficiencias de calidad de la información, e incluso reconocen haberse
inspirado en el sistema de votación de …¡Eurovisión¡), la existencia de
conflictos de interés obvios no parece representar un problema ni para HCP ni
para Mónica Mullor . La salud es un negocio más. Y en ese negocio España
pertenece al grupo de lo que HCP
llama “under-perfomance” , en contraposición a los países de gran influencia
del consumidor. En su propias palabras “ analizaremos en próximo informes si el
impacto de la austeridad fiscal ampliará
la brecha entre unos y otros o
si el crecimiento del turismo médico transfronterizo podrá arreglarlo”.
Como señalan ellos mismos “ el consumidor de salud del mañana no aceptará las
fronteras tradicionales” ( uno de sus indicadores evalua la capacidad de un
paciente de ser tratado en otro país de la Unión Europea)
En definitiva, de lo que se trata es de
convertir a Europa en un
gigantesco mercado de servicios sanitarios. Lógicamente para aquellos que
tengan dinero suficiente para jugar en ese casino. Por supuesto, el resto ( las
personas sin empleo, con empleos precarios, los pensionistas de pensiones
reducidas , los emigrantes legales o ilegales) a la Sra Mullor y a la HCP les
traen sin cuidado.
(Viñeta de El Roto en El Pais del 30 de noviembre)
(Viñeta de El Roto en El Pais del 30 de noviembre)
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