Páginas

domingo, 25 de agosto de 2013

Elogio del Hombre Sin Criterio


El Hombre Sin Criterio puede que no tenga criterio, pero no es ningún tonto. Ha atravesado un largo camino en las tierras pantanosas que separan difusamente lo público y lo privado en la concepción del partido de gobierno. saliendo bien parado de las diferentes estaciones por las que ha pasado, ya sea como consultor de Arthur Andersen, parlamentario, consejero de salud, , o consejero de Bankia.
Sus reiteradas intervenciones en diferentes medios en las últimas semanas ( desde El Pais a Onda Cero) no son  casuales: además de dar la impresión de que es el único político que trabaja en agosto ( mientras sus camaradas llaman a la prensa para informar que salen de excursión), aprovecha  la ocasión para reforzar una y otra vez su mensaje, muy bien aprendido y perfectamente ejecutado.
Al Hombre Sin Criterio no le importa decir falsedades puesto que sabe que a buena parte de los que  le leen o escuchan, lo que dicen la Cochrane, los artículos en revistas revisadas por pares o los informes de entidades reconocidas les importan más bien poco. En una de sus últimas ocurrencias , asegura que en los centros privados se investiga más , los índices de satisfacción son excepcionales y se cuida mejor a los pacientes. Un hombre tan inteligente como él sabe perfectamente que basta con revisar la producción de los centros sanitarios públicos ( ya sea el Hospital Clinic, La Paz, o  el Virgen del Rocío por poner tres ejemplos ) para saber que se investiga bastante más en los centros públicos españoles que en los privados, entre otras razones porque, hasta la fecha , los centros privados han sido menores en número y capacidad que los públicos; en otras palabras, los centros sanitarios privados españoles distan bastante de ser la Clínica Mayo. Tampoco es difícil de demostrar que los niveles de satisfacción de los españoles con el sistema público  han sido tradicionalmente buenos, hasta precisamente el último año, en el que van surtiendo efecto las medidas de privatización y asfixia del sistema público. Información sobre satisfacción que , por el contrario, brilla por su ausencia en el sector privado. Y respecto a la idea sobre las ventajas de la privatización porque ésta permite incentivar a los mejores, el argumento es sencillamente hilarante, no solo porque los sistemas de incentivación a los que alude llevan empleándose desde hace décadas en el sistema público (con resultados bastante discutibles, por cierto), sino porque las pruebas científicas existentes respecto a los sistemas de retribución a los médicos son bastante poco concluyentes ( para el interesado en el tema , que obviamente no es El Hombre Sin Criterio,  le sugeriría desde la revisión de la Cochrane a la excelente revisión de Oxman  destinada a analizar los cuidados integrados ).
El Hombre sin Criterio, como el resto de sus correligionarios, utiliza bien ese mantra tan tramposo de que da igual que el proveedor sea público o privado, con ánimo o sin ánimo de lucro, propiedad de un grupo de profesionales o inversión de un fondo de capital riesgo. Sabe que la mayor parte de la gente se pierde en este tipo de debates, por lo que nuestro héroe simplifica la argumentación al mínimo inteligible, insistiendo en el mensaje de que todos los proveedores privados son iguales, argumento del mismo nivel que considerar que todas las mascotas lo son, y que da igual regalar a tu hijo una mamba negra que un lindo gatito.
El Hombre Sin Criterio hace muy bien su trabajo de portavoz. Es coherente con su ideología y como disciplinado seguidor del “maestro” Friedman, sencillamente aplica los tres mandamientos de su ideario: privatización de servicios, desregulación del sistema y recortes en los servicios que presta el estado. Los tres principios fundamentales que definió el “maestro” y que a lo largo de las últimas décadas han ido aplicando desde Margaret Thatcher a  Ronald Reagan o Augusto Pinochet ( todos ellos , por cierto, bastante amigos).
El Hombre sin Criterio hace tiempo que sabe de la importancia de contar una buena historia, alejada de pruebas y datos ininteligibles: apela a las cosas “ importantes “ (“que el médico sea bueno , la enfermera cariñosa y el tratamiento satisfactorio”).Él insiste en que nadie le ha preguntado quien dirige y quien gestiona el hospital.
El Hombre sin Criterio es sumamente efectivo. A mi madre le parece que lo que dice es muy razonable, que lo importante es que el médico sea bueno y la enfermera cariñosa. Rebatiendo el mensaje del Hombre Sin Criterio y sus correligionarios con pruebas científicas está la batalla perdida. Quizá habría que empezar por limitarse a explicar las consecuencias de su política: privatización, desregulación y recortes en lo público han implicado  siempre aumento las diferencias entre ricos y pobres (condenados  a recibir un servicio de beneficencia en el mejor de los casos),  y conversión de la salud en negocio de unos pocos ( muy cercanos siempre a los que toman estas medidas). Para todos éstos, la sanidad es el último territorio virgen que explotar por medio del mercado. Como le decía Irwin Redlener a Naomi Klein esta gente no es que utilicen la puerta giratoria para pasar de lo público a lo privado o viceversa; la sustituyen por una entrada en arco, por donde poder saquear lo que fue de todos.
 (Viñeta de El Roto en El Pais)

5 comentarios:

  1. Recuerdo haber leído el libro de Klein ("The shock doctrine") poco antes de que la crisis fuera una triste realidad en nuestro país y mucho antes de que ese término se convirtiera en el sagrado mantra con el que sostener todos los despropósitos a los que asistimos, entre los que es destacable el discurso de ese "hombre sin criterio". El libro en cuestión parece haber sido profético.
    Lo cierto es que el shock bajo el nombre de crisis y todo lo que la acompaña, desde el paro hasta el hambre pura y dura, se ha beneficiado enormemente de esa puerta giratoria a la que aludes. Pero no ha sido usada sólo por gestores en uno u otro sentido. Simplemente no ha existido puerta para tantos médicos a los que se les ha permitido compatibilizar asistencia pública y privada. Y sabemos que eso no sólo tiene virtudes (hay casos vocacionales ejemplares, por supuesto). También ha acarreado vicios como los inherentes a trasvases bidireccionales de enfermos.
    Los médicos de la privada en España lo son, en general, procedentes de la pública y pertenecientes a ella, formados en nuestros hospitales vía MIR, que han usado esa asistencia pública como trampolín. Es el sistema público el que ha facilitado desde siempre la privatización de la Medicina en nuestro país.
    No tenemos sólo el problema del "hombre sin criterio". También la consecuencia de la permisividad que gobiernos de izquierdas (si al PSOE se le puede dar ese término) y de derechas han tenido con la compatibilidad de funciones entre dos ámbitos claramente distintos, uno de servicio público y otro de negocio; negocio legítimo, por supuesto, pero negocio al fin.
    Durante muchos años se ha mezclado lo que debiera ser inmiscible. Sabemos qué sector será el beneficiado y cómo incidirá eso en la población. La viñeta de El Roto es, nunca mejor dicho, ilustrativa de ello. Pero también tendrá efectos en los médicos que volverán a tener que marcharse para especializarse en otro país.
    No es sólo la crisis, no es sólo la aplicación de las doctrinas de Friedman. De los polvos de tantos años de contemplaciones tenemos estos lodos de privatizaciones.

    ResponderEliminar
  2. Las decisiones de desmantelamiento de organizaciones, y de la privatización de los servicios tienen efectos no inmediatos.

    Por eso, que mejor que ir dándole a la personas la idea que lo privado es mejor, que lo estatal es siempre malo, que sus impuestos se reparten en un estado gordo que todo lo come, pero sobre todo, darle a entender (indpendientemente de su nivel de ingreso) que el está financiado a los vagos que se atienden a su costa.

    Que el modelo a seguir es el cirujano comprometido, en el block, operando, y que los negocios, y la política que marca la forma en que se brindan los servicios, que protege a la población, que define el precio de los elementos básicos, que destina recursos y que establece prioridades, es ajena a las decisiones que de las personas trabajadoras y de bien.

    Una cuestión de intereses.

    ResponderEliminar
  3. Las decisiones de desmantelamiento de organizaciones, y de la privatización de los servicios tienen efectos no inmediatos.

    Por eso, que mejor que ir dándole a la personas la idea que lo privado es mejor, que lo estatal es siempre malo, que sus impuestos se reparten en un estado gordo que todo lo come, pero sobre todo, darle a entender (indpendientemente de su nivel de ingreso) que el está financiado a los vagos que se atienden a su costa.

    Que el modelo a seguir es el cirujano comprometido, en el block, operando, y que los negocios, y la política que marca la forma en que se brindan los servicios, que protege a la población, que define el precio de los elementos básicos, que destina recursos y que establece prioridades, es ajena a las decisiones que de las personas trabajadoras y de bien.

    Una cuestión de intereses.

    ResponderEliminar
  4. Sí Javier. El libro de Naomi Klein fue por desgracia premonitorio. Y es absolutamente cierto que si hay un gremio experto en usar la puerta giratoria ese gremio es el médico. Recuerdo cuando aun estudiaba la carrera , allá por los 80, a Ramiro Rivera entonces presidente del colegio de médicos poner el grito en el cielo ante el "atropello" de las primera normas sobre incompatibilidades
    que aprobó el PSOE. Un partido con una responsabilidad enorme en la situación´n´én la que nos encontramos ahora: no se atrevió a desmantelar MUFACE ( permitiendo dos sistemas sanitarios de facto, uno especial para los más poderosos) y sin aplicar con determinación una norma sobre exclusividad que evitara ese trasiego corrupto de muchos médicos. Algo que sin ir más lejos Kaiser Permanente a la que tanto admiran todos.
    Mucho se podría contar de todo ello.
    Como de costumbre, un comentario magnífico

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias Pablo. Sí, es una cuestión de intereses
    Describes perfectamente como se fabrica la mentira. Por desgracia el mensaje de vagos a los que alimentar, impuestos excesivos para el trabajador y el oropel que envuelve a lo privado van poco a poco calando. Los efectos no son de hoy para mañana pero lo que es evidente es que avanza esa percepción de que es la única alternativa que tenemos

    ResponderEliminar