Uno de los artículos seleccionados para la revisión de AMF
que comentábamos ayer, es hoy de más actualidad que nunca. Lo publicaron en HealthPolicy nada menso que Aaron Reeves, Martin McKee, Sanjay Basu y David Stuckler,
posiblemente el grupo de investigadores más solvente en el análisis del efecto
de la crisis en los sistemas sanitario.
En él revisan los datos de los 27 países miembros de la
Unión Europea en el periodo comprendido entre 2005 y 2011, analizando los
determinantes políticos, y económicos de los cambios experimentados en el gasto
sanitario en dichos países.
Su análisis revela conclusiones interesantes sobre la
economía política de la asistencia sanitaria en Europa:
-
la hipótesis de que los gastos sociales (y de
forma especial los sanitarios) son protegidos durante las épocas de recesión no
se cumple. Más bien al contrario, buena parte de los recortes afectan
precisamente a este sector, y de forma muy especial a países sujetos a
préstamos del Fondo Monetario
Internacional (FMI).
-
Los recortes sanitarios no son una consecuencia
inevitable durante los periodos de recesión. De hecho hay países en que no se
producen.
-
La ideología de los partidos gobernantes no
tiene efecto en los cambios observados en el gasto de los sistemas sanitarios europeos.
- Existe poca evidencia de que el porcentaje de
deuda respecto al PIB determine cambios presupuestarios, pero sí se observa que
según se incrementa la deuda ( independientemente de su nivel) se disminuye la
financiación sanitaria.
- Al igual que en otros procesos de recesión,
recibir préstamos del FMI se asocia significativamente a la decisión de
implementar grandes recortes en los sistemas sanitarios.
- Los modelos de seguridad social son menos
susceptibles a las políticas de austeridad que los modelos de sistema nacional
de salud financiados a través de impuestos, aunque aquellos sistemas son más
susceptibles de experimentar reducciones progresivas del porcentaje de PIB
dedicado a salud.
Apenas se ha dado trascendencia a un trabajo que creo
que explica bastante acertadamente lo que está ocurriendo respecto a la
gobernanza política en Europa. La orientación política del partido que gobierna
en cada país ha dejado ya de tener relevancia. Los tiempos en que derecha e
izquierda presentaban a los electores dos alternativas
diferentes de modelo social ( una más basada en el fomento de la libertad y
responsabilidad individual y otra más centrada en la garantía de protección
social para todos los miembros de una sociedad) ha pasado a mejor vida.
Los que determina de forma principal la política
sanitaria de un estado son instituciones al margen de los estados, que no han
sido elegidas en modo alguno por los ciudadanos. El FMI deviene en el
elemento determinante de la política
que puede y debe lleva a cabo un país . Emplean como instrumento de su política
las condiciones económicas de los préstamos que otorgan, pero en su desprecio
por la voluntad de los ciudadanos, no tienen recato a la hora de exigir la
aplicación de medidas que son ( o mejor eran) de estricto carácter interno.
Podría entenderse que reclamen la devolución del dinero prestado, incluso con
intereses de usura. Pero no hay justificación alguna que determinen cual debe
ser la política interna de un país, si realmente los países de Europa fueran democracias.
En la reciente visita a España del jefe de la misión
del FMI, Helge Berger, y a pesar del supuesto crecimiento económico, se exigióprofundizar en las reformas, lo que significa abaratar aún más el despido,
reducir los salarios, implantar copagos en sanidad y educación, y fomentar el
uso de proveedores privados de estos servicios. Medidas que siempre fueron de carácter
interno, pero que el FMI utiliza no para recuperar su préstamo, sino para
forzar (al margen de cualquier proceso democrático) cambios en el modelo de
gobierno.
Lo que ocurrió ayer en Bruselas y lo que se pretende
realizar con Grecia ( y de forma
especial con su pueblo) esta semana es otra demostración de esto.
Europa es un conglomerado de intereses exclusivamente
económicos que ha subvertido, pervertido y adulterado el modelo de democracia
vigente en el último siglo. Eso sí, el jefe de misión del FMI en España no
tiene sonrojo en afirmar que “No soy experto en política”. Puede que tenga razón.
Lo que se ha llamado política en el sentido más honroso de la palabra , no la
necesitan para nada
(Foto: Aneglos Tzorzinis, AFP, publicada hoy en El Pais)
No todo lo que hace la troika lo hace mal : p.ej. en Portugal han obligado a su Muface (ADSE) a autofinanciarse y a pasar a depender del ministerio de sanidad. En España, tal cosa es anatema, mande el PP, mande PSOE,...o mande algún nuevo socio de Podemos (ICV, cuyo lider coscubiela defiende en el Congreso + dinero público para este subsistema privilegiado )
ResponderEliminar