Groucho Marx
Mukherjee utiliza el aforismo de Groucho para explicar a su manera el teorema de Bayes, fundamento de su
primera ley de la Medicina: en sus propias palabras, “ necesitamos un destello
de una respuesta, antes de tener el destello de esa respuesta”. O dicho de
otras manera, un test solo puede ser interpretado sensatamente en el contexto de
las probabilidades previas de padecer un determinado proceso. Porque cualquier
prueba en medicina ( cualquier test, en cualquier campo, sea cual sea el
problema) tiene siempre falsos positivos y falsos negativos: “cada reto
diagnóstico en medicina puede ser imaginado como un juego de probabilidades. Tu
asignas una probabilidad de que el síntoma de un paciente pueda ser explicado
por alguna disfunción patológica ( una insuficiencia cardiaca, una artritis
reumatoide), para a continuación añadir pruebas que aumentan o reducen esa
probabilidad. Cada retal de evidencia ( un dato de la historia, el instinto del
médico, los hallazgos de la exploración física, las experiencias pasadas, los
cotilleos o rumores, las corazonadas), aumentarán o reducirán esa probabilidad.
Cuando ésta alcanza un determinado umbral , se ordena una determinada prueba ,
leyendo el resultado en el contexto de las probabilidades que existían
previamente”. Para Mukharjee esta es la manera en que “intuimos” el mundo: no
existe el conocimiento absoluto, sino que solo existe un conocimiento
condicional. “ La historia se repite a sí misma”.
En el editorial sobre el libro que publica en el BMJ Richard
Lehman , de la Cochrane de Oxford, se señala que Mukharjee cuestiona el
planteamiento de Francis Bacon de que el análisis de los datos y la inducción
posterior funciona mejor que el instinto adecuadamente entrenado. El
pensamiento “baconiano” está en las raíces de la Medicina Basada en la Evidencia,
que sopesa el valor de diversos
elementos antes de realizar el diagnóstico Pero en opinión de Lehman, las
reglas de decisión derivadas de la MBE
son excesivamente complejas, a menudo débiles y cuando se emplean, no
mucho más efectivas que el juicio clínico o el propio instinto.
Murkhajee ( y Lehman) se incorporan así al cuestionamiento
de un dogma ampliamente aceptado , convertido en mandamiento de la ley de la
práctica clínica: el que considera que el procedimiento intuitivo a la hora de
tomar decisiones conduce inevitablemente al error clínico a través del uso de
“trampas” peligrosas llamadas “heurísticos”, y cuya prevención pasa por protocolizar la práctica
clínica como si se ésta fuera equiparable a la conducción de aviones, la
fabricación de automóviles, o el lanzamiento de un cohete espacial. Enfoque que
tiene eminentes defensores, desde Atul Gawande o Pat Croskerry en el ámbito
médico , hasta las teorías de Daniel Kahneman en Psicología o Economía.
Pero sin embargo, otro conjunto de voces, igual de
prestigiosas cuestionan abiertamente la idea de que la intuición y el uso de
heurísticos o atajos mentales sea necesariamente equivocada. Para el que quiera
profundizar en el tema se recomienda la magnífica revisión que realizó hace
unos años uno de los máximos referentes en el estudio de los heurísticos: Gerd
Gigerenzer del Max Planc Institute for Human Development de Berlín, en
colaboración con Wolfgang Gaissmaier. Para éstos, los heurísticos son procesos
cognitivos sumamente eficientes, ya se utilicen de forma consciente o
inconsciente. Contra la opinión de los Kahneman, Croskerry y compañía, la
revisión de la literatura pone de manifiesto ( según Gigerenzer) que “ignorar
parte de la información puede llevar a juicios mucho más acertados que
analizar, ponderar y valorar toda la información, en especial cuando los
entornos son escasamente predecibles”. Lo que denominan el efecto de “menos es
más”. Esa fiabilidad depende de la estructura del entorno, la “racionalidad ecológica”. Es la experiencia la que permite a las personas
seleccionar adecuadamente sus heurísticos
Nadie niega la necesidad de utilizar nuestras capacidades
analíticas y racionales . Solo se trata de no despreciar por equivocado el uso
de nuestra intuición, imprescindible cuando el entorno es incierto. Algo que siempre
será mucho más fuerte que cualquier débil prueba
Quien no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra
ResponderEliminarEs muy oportuno, como siempre, este comentario que realza el valor de la intuición clínica.
ResponderEliminarPodría creerse que la intuición es respetable en Medicina por lo singular de la relación médico - paciente y la gran cantidad de variables no controlables que influyen a la hora de diagnosticar y tratar adecuadamente a alguien.
Pues bien. No sólo en Medicina. También en las ciencias llamadas “duras”, lo intuitivo cobra una relevancia esencial. Si un joven Einstein no hubiera imaginado cómo se vería un rayo de luz por parte de alguien que pudiera acompañarlo a la misma velocidad, tal vez aun estuviéramos esperando por la teoría de la relatividad. Y esto es extremadamente curioso: de una intuición cuasi-infantil se hace posible lo más contra-intuitivo. Por otra parte, es sabida la importancia del factor estético en el avance de la Física. Dirac, Gell- Mann y tantos otros lo atestiguan.
Bertrand Russell decía que cuando quería resolver un problema, después de pensar mucho sobre él, dejaba que trabajara su inconsciente. Al cabo de un tiempo el problema era resuelto.
Tanto algoritmo, tanto sistema experto… no sobran pero tampoco bastan. Seamos intuitivos y, si no lo somos, dejemos hacer a otros. No todo el mundo está vocado a la Medicina (y me incluyo).
Gracias Javier. Solo esta frase ("de una intuición cuasi-infantil se hace posible lo más contra-intuitivo") es en si casi un tratado.
ResponderEliminarPero a pesar de que las "evidencias" sobre la efectividad de la intuición son sólidas en casi cualquier ámbito son sistemáticamente ignoradas por nuestras organizaciones ¿No leen¿ ¿O no quieren saber?
Creo que ambas cosas: no leen porque no quieren saber.
Eliminar