Ya en
los años 80 Hannu Vuori diferenciaba las diferentes formas de entender el
término Atención Primaria; y así hablaba de las diferencias de considerarla como
un conjunto restringido de actividades dirigidas hacia los pobres (limitada a
actividades de alto impacto como la vacunación o la lactancia), la
consideración de la Atención Primaria como un nivel de atención dentro del
sistema sanitario (predominante en los sistemas sanitarios europeos) , o la
concepción como estrategia para organizar el sistema sanitario en su
conjunto (sintetizado en la famosa declaración de Alma Ata).
Han
pasado más de 30 años desde aquella taxonomía, y seguimos discutiendo sobre si son galgos
o podencos, como si ese fuera el problema fundamental de que la Atención
Primaria siga teniendo un papel residual en buena parte de los sistemas
sanitarios.
Así, en
los últimos años y auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud, se
pretende que en Latinoamérica se limite el término de Atención Primaria a
aquella que implique una “estrategia” de organización, dirigida
fundamentalmente hacia la consecución de un objetivo de mayor rango, la cobertura
universal. En ese enfoque debería sustituirse el término de Atención Primaria por el de PrimerNivel de Atención si de lo que se trata es de discutir sobre el lugar del
sistema sanitario donde se atienden la mayor parte de las necesidades de salud
cercana al domicilio del paciente.
En el
otro extremo ayer mismo el profesor emérito de Exeter, Sir Denis Pereira Gray
escribía ayer en contra del término de Atención Primaria si de lo que queremos
hablar es de servicios basados en el trabajo del médico general, puesto que en
Inglaterra el término Atención Primaria solo lleva a la confusión de estudiantes,
profesionales y por supuesto pacientes que, sin embargo, sí entienden con claridad
lo que significa el trabajo o el servicio de medicina general. No en vano, el
general practitioner británico es posiblemente el generalista con mayor
prestigio en el mundo, o al menos así ha sido hasta hace muy poco.
En
España, los “puristas” de la medicina de familia pondrán el grito en el cielo
si se habla de generalista para referirse al médico de familia, o especialista
al médico hospitalario, con el manido argumento de que “nosotros también somos
especialistas”. Mala señal que sigamos con esa matraca casi cuarenta años de la
creación de la especialidad, ignorando que lo que hace de verdad grande,
especial y compleja a la medicina de familia es su carácter de generalista y no
de especialista: Leonardo o Miguel Angel eran generalistas, hombre del
Renacimiento, y no especialistas en escultura, pintura o grabado.
Quizá la
clave para aclararnos sería volver a los orígenes y una vez más recordar lo que
formuló en su momento doña Barbara ( Starfield): la llamemos Atención Primaria,
Primer Nivel de Atención o Medicina General, lo que parece fuera de discusión
es que aquella parte del servicio sanitario capaz de ser suficientemente accesible siendo la puerta de
entrada al sistema, respondiendo a todas y resolviendo la mayor parte de las
necesidades en materia de salud y enfermedad ( como tan claramente definió Juan
Gervas), manteniendo una atención regular a lo largo del tiempo ( de la cuna a
la cuña), y coordinando la atención a cada paciente concreto se realice donde
se realice, garantizará en buena medida que el sistema alcance el tan admirado
Triple Objetivo de Donald Berwick ( mejorar la salud y la experiencia
individual a un menor coste). Y además atendiendo a la dimensión familiar,
comunitaria y cultural en la que cada persona se inserta, aunque no quiera.
Tiene
razón Pereira Gray al considerar que sin un buen médico general (se llame como
se llame) alcanzar estos atributos es imposible. Ese es el inmenso error de los
que defienden, fomentan y promocionan modelos de Atención Primaria sin médicos,
o con médicos poco cualificados, o por el contrario con especialistas en
órganos y aparatos. Como señala Pereira Gray “la teoría y principios de la
medicina general no debiera confundirse con las enfermedades más comúnmente atendidas
en medicina general”.
Pero a
la vez los desafíos que tiene planteada la atención a las personas en el medio
donde viven es de tal magnitud que sería ingenuo (además de enormemente
prepotente) considerar que es posible realizarla exclusivamente con médicos
generales: no solo es esencial el trabajo de enfermería altamente cualificada y
comprometida ( y no ese perfil de enfermería que alientan todas las administraciones
del estado , enfermeras en busca del retiro cómodo), sino de nuevos perfiles
profesionales que llevan existiendo desde hace décadas en otros países y que
aquí sigue siendo algo de ciencia ficción. Y aún va aser más importante de lo que ha sido nunca el rol que juegue en todo esto el propio ciudadano.
Solo
así será posible seguir siendo accesibles, atendiendo en el centro, en el
domicilio o a través de internet, siendo sensibles no solo a los problemas
orgánicos sino también a los determinantes sociales que los generan. Garantizando
la atención a las personas como seres únicos e irrepetibles y no como ganado
pendiente de examinación.
(Foto. Sir Denis Pereira Gray)
Apreciado Sergio,
ResponderEliminarEs evidente que el problema no es el término. Tuve la oportunidad de escuchar directamente a Hannu Vuori la primera vez que vino a España su conceptualización de la atención primaria, plasmada después en uno de los primeros editoriales de la revista Atención Primaria y en el primer capítulo del libro que coordino. Siempre he defendido la necesidad de distinguir claramente entre los términos y conceptos de atención primaria y medicina general o de familia, la primera como nivel del sistema sanitario en el que trabajan médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios y no sanitarios y la segunda como rama (o tronco) de las ciencias de la salud. Como bien dices no hay que seguir discutiendo si son galgos o podencos mientras se desangran tanto la atención primaria como la medicina de familia. El problema, efectivamente, no son los términos pero sí puede serlo seguir confundiéndolos.
Muchas gracias Amando. Es cierto, es importante diferenciar con claridad de que hablamos.Porque no nos entendemos entre otras razones porque nos referimos a conceptos diferentes: el problema se acrecienta cuando además se conversa sobre sistemas sanitarios diferentes. en este caso la diferencia de concepción entre América y Europa es enorme,e incluso entre España y Reino Unido
EliminarEn cualquier caso creo que los fundamentos están suficientemente claros como para poder llegar al acuerdo de que no puede haber Atención primaria sin médicos generales o de familia, o sin enfermeras comunitarias. Y de que , lleguemos o no a un modelo más o menos cercano a Alama Ata, ser sensible a los determinantes sociales de los pacientes y actuar en su comunidad es esencial
Hola Sergio:
ResponderEliminarMuchas gracias por ser tan claro y explícito. Entre tanto ruido y problemas de conceptualización nos olvidamos del paciente concreto, completo y repleto de condicionantes familiares y sociales. Sin fragmentación, tecnologías, ni subespecialización innecesaria.
Un abrazo, miguel melguizo jiménez
Muchas gracias a ti Miguel. La clave es la que señalas tu: cada paciente es una persona irrepetible, que no vive ssupendida en el aire
Eliminar¡Así mismo es!.
ResponderEliminarOjalá el desarrollo de la enfermería de familia y comunitaria, nos ayude a todos (incluidos las enfermeras y los médicos) a entender -de verdad- el verdadero valor de "aquella parte del servicio sanitario capaz de ser suficientemente accesible siendo la puerta de entrada al sistema, respondiendo a todas y resolviendo la mayor parte de las necesidades en materia de salud y enfermedad".
...Y, si es posible, trabajemos en equipo y dejémonos de más derivaciones de unos profesionales a otros, hasta dentro de la propia Atención Primaria.
Sin duda Daniel.El desarrollo de la enfermeria comunitaria es un aspecto clave en una Atención Primaria realemnte fuerte.
EliminarEsperemos que no tarde tanto como tardó la generalización de la medicina de familia
Primer Nivel de Atención en Perú es el nivel inferior (en la distribución de recursos económicos y tecnológicos,en prestigio profesional, en capacidad resolutiva, en reconocimiento social) en una estructura sanitaria vertical; en la que no es puerta de entrada, no tiene longitudinalidad, no es polivalente, no es coordinada, caracteristicas estas últimas de la Atención Primaría de Salud como lo refrendaba Barbara Starfield y como lo explicaba siempre David Tejada de Rivero quien fuera el encargado de organizar Alma Ata. Considero que diferenciar estos términos en las distintas realidades es determinante para fortalecer nuestros sistemas sanitarios.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Gustavo
EliminarY solo prestigiando la relevancia de la Atención primaria un sistema sanitario puede avanzar. Lo contrario es abundar en desigualdades y despilfarro