¿Subiría
a un avión sabiendo que el comandante y el segundo no han recibido ningún curso
de actualización desde que obtuvieron la licencia?
El
transporte aéreo es uno de los medios de locomoción más seguros del mundo a pesar
del volumen descomunal de desplazamientos que se realizan diariamente. Las
razones de ello son tan diversas como la cadena de incidentes que deben
alinearse para producir un accidente aéreo, como tan gráficamente expuso Reason.
Pero junto a la mejora de la seguridad de las aeronaves, los sistemas de alerta,
la sistematización de procedimientos , el diseño de alternativas ante cualquier
tipo de fallo en el funcionamiento o la mejora del control aéreo, sin duda la gestión
del recurso humano, el último decisor ante una emergencia, es clave.
Un
piloto no sólo debe realizar de forma regular actividades formativas de
actualización de conocimiento y habilidades, sino que periódicamente debe
realizar “cursos de refresco” para mantener actualizado su conocimiento ante
cualquier eventualidad que pueda producirse en vuelo en la aeronave que pilota,
aunque lleve años pilotando la misma.
El
ejercicio de la medicina tiene una diferencia radical con respecto a pilotar
aviones: la suerte del médico no está nunca ligada a la de sus pacientes, lo
que si ocurre entre pilotos y pasaje. Quizá por ello él es el primer interesado
o interesada en estar adecuadamente preparado, en conocer con todo detalle cada
aspecto de su funcionamiento, en haber ensayado una y mil veces la actuación
ante una incidencia.
A diferencia
de la aviación, un médico español no está obligado a mantenerse actualizado, a
pasar ningún tipo de control sobre sus conocimientos y habilidades desde que
obtiene su título de licenciado en medicina y cirugía. Algunos lo hacen, otros
no.Con mucho esfuerzo la aplicación del sistema MIR consiguió un hito
admirable: que para ejercer una determinada especialidad hubiera que haber
alcanzado el título de especialista en la misma. Parece algo de Pero Grullo pero
desde el franquismo y durante muchos años la profesión pudo realizar cualquier
tipo de actividad médica con el simple título de licenciado.
A diferencia
del transporte aéreo, donde al cambiar de aeronave un profesional debe realizar
un curso específico para poder trabajar, en el sistema sanitario público del
que tanto presumimos es posible que un profesional de enfermería comience a
trabajar en Atención Primaria sin recibir ninguna formación específica: ya se
sabe que en AP trabaja cualquiera. De la misma forma un especialista en
pediatría que lleve toda su vida trabajando en hospital puede trabajar en
Primaria sin curso de refresco alguno: no hace falta. Trabajar en urgencia solo
precisa de la titulación en alguna especialidad; la antigüedad en el sistema,
la demanda de profesionales y lo atractivo de la plaza es la que determinará
que una vacante se ocupe, no la adecuación al puesto.
Ningún
país desarrollado realmente permite que un profesional en quien se delega algo
tan importante como la atención a personas enfermas no deba someterse periódicamente
a una valoración de sus conocimientos, sus habilidades y sus actitudes para realizar
adecuadamente su trabajo. Como comentábamos en el trabajo de Glonti et al,
tanto Reino Unido como Alemania, dos países con sistemas sanitarios muy
diferentes, exigen a sus profesionales revalidar su capacidad para el ejercicio
profesional; incluso en un sistema de provisión como el alemán, donde la mayor
parte de la provisión es privada, un médico general puede ver reducidos sus
ingresos si no acredita haber realizado actividades de formación continuada
teóricas y prácticas en los últimos cinco años, e incluso perder la licencia
para poder ejercer.
Al
igual que ocurre con tantas otras miserias que se arrastran siglo tan siglo, en
España hay situaciones que nunca tendrán arreglo: de la misma forma que no es
posible (40 años después del inicio de la reforma en AP) que existan
departamentos de Atención Primaria o medicina de familia, seguiremos sin
garantizar a la población que los profesionales que les atienden se encuentran
adecuadamente actualizados. Nadie tiene interés en cambiar el status quo: ni la
administración (que mientras los barómetros de satisfacción sean aceptables,
para qué cambiar nada) , ni los profesionales (para las que el error propio no
existe), ni mucho menos para sus representantes sindicales o profesionales, incapaces
de establecer un sistema de recertificación en 40 años.
Pero
puesto que el resto de los países sí los tienen, cabría preguntarse si algún
tipo de dios magnánimo nos ha otorgado la capacidad de que carece el resto del
mundo: la de mantenernos permanentemente actualizado por abducción celestial.
Estimado maestro, de acuerdo contigo como en muchas ocasiones. Si lo único, decir que en AP somos los más adelantados en este tema (dos de las tres sociedades de Medicina de Familia tienen ya su procedimiento, en espera del "disparo de salida" del Ministerio) y que aunque lo de "mal de muchos..."no debe contentarnos, si hablar en positivo de la AP española.
ResponderEliminarMuchas gracias Francho. Es loable quye sea la AP la más adelnatada,como en muchas otras cosas. Pero el balance es muy exiguo para tantos años de recorrido. Al menos para mi
EliminarAñadir que la formación o actualización es dispar, no estandarizada ni validada y que el Estado deja la formación en manos de la lucrativa Industria Farmacéutica con todos sus conflictos de interés y estudios absolutamente sesgados. La Big Pharma se entromete en las formación continuada de los residentes en mi hospital de referencia. Así vemos nuestra actualización llena de contradicciones: la Industria nos promociona una novedad farmaceútica revolucionaria y luego las agencias tecnológicas, El BMJ o Precrire nos dice lo contrario (no aporta relevancia terapéutica y no es coste-efectivo). Qué envidia a los pilotos.
ResponderEliminarSí, da envidia. Quizá porque como diría Thaleb en nuestro caso no hay "Skin in the game", no nos dejamos la piel en el asunto como si les pasa a los pilotos si lo hacen mal
EliminarEs una muestra más de la bisoñez de nuestra democracia visto lo visto y cuando te comparas con Alemania y UK, entre otros. Evaluación de resultados clínicos, rendición de cuentas, aceptación de la diversidad, opinión distintas y dimisiones por mentir o copiar.
ResponderEliminarHace unos 15 años invite a un piloto de avión a una sesión de un servicio de cuidados intensivos para hablar de la bondad del check list. No fue aceptada y pase mucha verguenza ajena. eso sí era un hospital terciario y universitario.
Con los años observo como el tiempo es un matador de sueños y a la vez la catarata que hace opaca la visión del mundo. Gracias por tu blog
Muchas gracias Jordi
EliminarEl que nos e aceptara ese tipo de sesión da idea de lo lejos que estamos de hacer lo que realmente se deberia hacer. Lo cómodos que estamos en esa situación de ausencia absoluta de rendición de cuentas por parte de todos
El tiempo, matador de sueños. Parece un verso de Góngora, lleno de infinita verdad
En un momento en el que ofrecen contratos de médicos de familia o de urgencias a alguien que acaba de terminar la carrera, los que no se reciclan son la menor de sus preocupaciones.
ResponderEliminarQue impotencia
Es cierto. Ese pequeño ejemplo que comentas lo expresa todo
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