Ahora que Gobierno, comités de expertos varios, y medios de ccomunicación parecen haber descubierto la Atención Primaria, proponiendo que asuman un papel relevante el día que se cierra un hospital de campaña, construido a costa del cierre de muchos centros de Atención primaria en Madrid con el consiguiente desplazamieento de sus profesionales, tal vez sea interesante leer este excelente relato de un residente de Medicina Familar y Comunitaria en su último año, para comprobar como la Atención Primaria lleva afrontando la pandemia sóla, sin orientación ni apoyo, gracias a su propia inteligencia, voluntad y sentido común. Gracias Miquel.
La respuesta al Covid-19 en el Albaycín
Por Miquel Farrés
El confinamiento
nos afecta a todos, también a Sergio, que arriesgó animándome a relatar cómo
hemos enfrentado la crisis de la pandemia Covid-19 en el Centro de Salud (CS) del Albaycín, en Granada. Aquí va el intento,
desde mi punto de vista. Un relato tal vez será muy parecido al de otros
centros de Atención Primaria, especialmente los docentes. O no.
Ubicación
contextual: somos un centro pequeño urbano (5 Unidades de Atención Familiar)
y rural (3 UAF), con una importante temporalidad en
las plantillas los últimos años, un centro que justamente estos meses empezaba a emerger a la normalidad (ahora tan
cuestionada) tras un largo período de precariedad asistencial, malestar vecinal
y supervivencia del día a día. Un centro de larga tradición docente y con siete
residentes Y no es un decir... La
vuelta al CS de los residentes pequeños por el Covid supone un incremento de un
33% de facultativos y según todo el equipo la implicación de los residentes ha
sido cruciales en como se ha abordado este período.
Primeros e importantes pasos:
Recuerdo muy bien
cómo desde mediados de febrero Federico Jiménez (el tutor con más
longitudinalidad en el centro y nuestro “Fernando Simón”) en todas las reuniones
o sesiones
nos actualizaba
sobre las últimas noticias, avances y recomendaciones sobre el Covid-19. Gracias a eso a finales de
febrero, cuando se consolidó el brote en la región de la Lombardía, ya
estábamos muy concienciados sobre la pandemia, su posible impacto y del importante rol que podría tener la Atención
Primaria en su contención. De hecho eso llevó a preguntarnos si podíamos iniciar medidas preventivas de forma autónoma.
Pero, a pesar de pensar algunas propuestas, no lo hicimos (al final volveré
a ello).
Al cabo de unos
días recibimos las primeras instrucciones de la consejería y del ministerio. Se dió luz verde. Muchos documentos
pero poca información clara para Atención Primaria, protocolos diversos,
oficiales y extraoficiales… Mucha ciencia de dudosa calidad, muchas opiniones y
rumores… Montañas indigestas de correos y Whatsapp®’s, webinars…
Por suerte mi
coresidente, Adrián Cardo, centralizó la
actualización diaria de los protocolos que de alguna manera interaccionan
con AP y consensuamos con todo el equipo médico un protocolo unificado Covid-19 de Atención Primaria del CS Albaycín que
ha sido utilizado en muchos centros ante el vacío oficial durante semanas.
Acción y
organización (detallando los puntos para mí más
relevantes o los característicos respecto otras experiencias):
Y empezó el cambio.
¿Cómo? Primero de todo y crucial, con debate y toma de decisión conjunta en
base a información (sesiones,
actualizaciones…), “organización,
organización y organización” con reuniones de todo el equipo sanitario para
empezar cada día.
Con fomento de la horizontalidad y el consenso en la toma de decisiones, en
un espacio de volcado de propuestas y motivaciones pero también de dudas,
preocupaciones, miedos…. Impulsando la autoorganización,
la creatividad. Y, algunos dirían
que paradójicamente, con un importante impulso en el rol de liderazgo (intencionadamente de estilo “suave”) de la nueva
dirección del CS.
¿Objetivos Principales? (explicitados
en los debates)
-
Proteger de la exposición a la población y a
los profesionales y captar (activamente
o pasivamente) al mayor número de casos y lo más precozmente posible.
¿Objetivos Secundarios?
-
Seguimiento estrecho de los
pacientes dados de alta y de los casos leves con sospecha de Covid-19,
vigilancia activa de pacientes más frágiles, promoción y educación de la salud
con las medidas preventivas, mantener nuestra actividad habitual (excepto la
explicitamente suspendida) pero limitando la atención presencial al mínimo
tanto en consulta como en domicilio, garantizando en la medida de lo posible la
calidad clínica, la longitudinalidad (continuidad en la relación
sanitario-paciente) y la accesibilidad.
O sea, hacer
malabares en un frágil equilibrio de los vasos comunicantes: Calidad
asistencial en AP (C), la accesibilidad (A), la longitudinalidad (L) y la
seguridad (S, del paciente y nuestra).
Acciones
1)
Cerrar consultorios rurales y horarios de tarde. *(↓A/↓L/↑S/↓C
percepción respecto a pre-Covid).
2)
Suspender toda actividad no imprescindible, que puede ser demorada unas
semanas. *(↓A /↓L/ ↑S/↓C).
3)
Ubicar un filtro en la puerta, elemento fundamental. Nadie entra sin
pasar por éste. Regulando el flujo de personas para evitar que haya pacientes
en pasillos y salas de esperas. Su forma de actuación es: comprobar medidas
preventivas, dar la bienvenida, informar a la población del funcionamiento
actual del CS e indagar sobre el motivo de consulta y según éste facilitar la
resolución evitando al máximo la entrada
al centro.
Derivando a la consulta de sospecha de infección respiratoria (previo aviso al
médico), comprobando la autorización/justificación de paso al resto de
consultas y facilitando la gestión telemática de los trámites administrativos y
las gestiones burocráticas, de renovación de medicación, etc. *(↑A/↓L/↑S/↓C).
4)
Adecuar una consulta específica para posibles infecciones respiratorias.Se hace un triaje en puerta con una breve
anamnesis, pudiendo medir la saturación de oxígeno (según el estado general, la
patología previa y la saturación puede ser ya directamente derivable a urgencias sin necesidad de contacto alguno con
el CS).
*(↓A/↓L/↑S/↑C).
Remarcar la importancia de este primer contacto en el filtro y/o de la
atención telemática previa. Pudiendo estos evitar muchos contactos de riesgo
para pacientes y profesionales (y reduciendo el uso de material escaso) ya que
según los protocolos establecidos con tan solo algunos pocos datos
(comorbilidad, evolución de la enfermedad, estado general, características de
la disnea, fiebre y tos) ya se debería indicar la derivación a urgencias
hospitalarias. También con esos datos en la mayoría de casos leves se podría valorar la necesidad de radiografía de tórax
independientemente de la exploración física completa. Pudiéndose derivar directamente desde su casa o
desde la entrada del CS al centro de referencia para realizarse la radiografía ambulatoria urgente, “sin pisar el
centro de salud” si cumple los criterios.
Y el mismo día valorar telemáticamente la radiografía y en función de
esa decidir: si imagen radiológica compatible con neumonía derivar a urgencias,
si no citar en la consulta específica de infecciones respiratorias para
completar la exploración. Reflexión: este circuito sería aún más efectivo si
las radiografías de atención primaria por sospecha de Covid fueran informadas
sistemáticamente por radiólogos, como si ocurre en hospitalaria.
5)
Crear una agenda virtual común única de Covid-19 donde se registran todos
los posibles casos, los confirmados y las altas hospitalarias. Procurando una
sistemática que garantice la mínima pérdida de casos y que tampoco se dejen
pacientes huérfanos de seguimiento en caso de ausencia de algún profesional
puntual o baja. Se van recitando en la misma agenda con la cadencia que
corresponda según los protocolos establecidos. Y cada día cada médico revisa
sus pacientes citados (para mantener la longitudinalidad
a pesar de una agenda única)
6)
Implantar 2 nuevas líneas
telefónicas.En total 6 líneas que hacen
de filtro y 4 de éstas médicas con posibilidad de resolución telemática en acto
único de gran parte de las consultas. Aunque se procura que los
casos complejos sean atendidos por su médico de familia a posterior. *(↑A
/↓L/↑S/↓C).
7)
Asignar dos equipos UAF para avisos domiciliarios que se reparten la
jornada haciendo todos los avisos del centro de salud, tanto programados como
los nuevos que van surgiendo. Un equipo
cubre las zonas urbanas y otro las rurales, intentando mantener cierta
longitudinalidad. Cubren también las
incidencias. *(↑A/↓L/↓S/↑C).
8)
Atender telemáticamente o presencialmente los pacientes de cada cupo en caso de no tener actividad asignada o ausencia de demanda asistencial
en su tarea. Se hace también un seguimiento
y captación activa telemático o en domicilio de casos entre los pacientes censados en las listas de
pacientes inmovilizados, de mayores de 80 años, de diabéticos, de hipertensos,
de pacientes con EPOC…
9)
Mantener el contacto institucional permanentemente con la dirección del
distrito, con las residencias y con los alcaldes.
10) Establecer un protocolo de
actuación temporal con las farmacias del barrio y de los pueblos para los
pacientes crónicos con difícil acceso a la farmacia y al centro.
11) Facilitar folletos informativos
virtuales para difundir en las redes sociales y vecinales.
Una peculiaridad de
nuestro centro de salud es que más del 50% de los profesionales médicos tienen
perfiles con comorbilidades de riesgo para el coronavirus. Por eso, tras tener
noticias de los primeros profesionales de AP afectados, los médicos residentes
mayores y los jóvenes médicos adjuntos nos ofrecimos para, en caso necesario,
exponernos más nosotros y proteger nuestros compañeros más vulnerables. De modo
que los más veteranos se han centrado más en las consultas telemáticas y no
infecciosas y los más jóvenes (excepto los residentes de primer y segundo año)
se nos ha priorizado para la consulta de infección respiratoria y la atención
domiciliaria.
Seguramente esto,
la nueva organización y el fuerte compromiso de los profesionales han permitido
mantener casi el 100% de recursos humanos, algo muy sensible en un pequeño
centro. Sin bajas por riesgo, infección o agotamiento, sin que nadie optara por
el teletrabajo.
Otras interesantes
iniciativas alrededor del centro de salud ha sido un programa de radio divulgativo sobre Covid realizado por 2 médicos
del centro, la elaboración de trajes EPI
por parte de monjas de varios conventos del barrio con bolsas de basuras,
la colaboración de profesionales del centro con el comité de cuidados de vecinos para vecinos, los fantásticos nuevos desayunos en equipo, con “bote” y
compra conjunta (momento de encuentro distendido, de hermandad, al aire libre y
con las medidas de protección pertinentes) y dos estudios, uno cuantitativo de clínica y epidemiología del
Covid-19 en AP y otro cualitativo
sobre el impacto y la percepción de los profesionales de los cambios que hemos
vivido.
Conclusiones:
Primero poner en
valor el hecho que toda esta planificación sería
imposible sin las herramientas digitales (historia clínica, radiología y
prescripción).
Y volviendo al
inicio.. A toro pasado ¿Por qué no tomamos medidas preventivas cuanto antes?
No fue ni por falta
de percepción de la necesidad, ni por falta de conocimientos, ni por falta de
material de protección (que obviamente faltaba y sigue faltando). La primera y
principal razón fue por un sentido de
responsabilidad de acción conjunta y de percepción externa de coordinación y
coherencia del sistema sanitario público frente a la pandemia. Pero creo
que también pesaron mucho otros interesantes factores que caracterizan las
debilidades de la Atención Primaria que he conocido:
-
una
cultura muy arraigada de gestión vertical, tanto en el debate como en la toma
de decisiones, (consejería→ distrito AP → CS), de “no news, good news” y de «El
que se mueve no sale en la foto». De falta de margen para cierta autogestión y
de una autocensura de la crítica, la propuesta, la creatividad… sin necesidad
de sanciones.
-
profesionales
hiperindividualizados en sus consultas (ahí sí con tal vez demasiada autonomía)
y ennegrecidos por tanto born out de
precariedad y sobrecarga.
Fragilidades de la
AP arrastradas tras una larga época de recortes, estrés, desprestigio y
resistencia que la crisis del Covid-19
ha revertido en gran parte, mediante una resiliencia que surgió como un
vendaval en nuestro centro y que, sin duda, si la vuelta a la “normalidad”
significa volver a la situación previa (descrédito, precariedad y sobrecarga)
habrá sido tan solo un triste espejismo.
No todo es oro lo
que reluce, ha habido momentos de pasarlo mal y persisten ciertas miserias,
precariedades y problemas estructurales. Pero hoy no toca.
Más bien es momento
de dar valor a que la adversidad, “estar
todos en el mismo barco” e ir tomando pasos acertados y consensuados nos ha
hecho sentir más equipo, más compañeros. En general confiamos más en todos, somos
más tolerantes y nos cuidamos más:
nos ayudamos, nos acompañamos más emocionalmente ante los miedos y las
incertidumbres y nos hacemos tartas y bizcochos para endulzar nuestros
desayunos.
En nuestro caso
parecería ser cierta la tan repetida frase de autoayuda “toda crisis es una
oportunidad...”, viviendo un cambio que va mucho más allá de las formas y
circuitos de trabajo. Pasadas las primeras dos semanas más duras el volumen de
actividad asistencial se mantiene pero la sensación de estrés se percibe menor
que previo a la crisis y el ambiente laboral es mucho más afable. Fenómeno que
seguramente se replica en otros centros.
Esperamos no volver a todo lo que representa “la
normalidad” y que de esta crisis salgan aprendizajes y cambios perennes.
Merece la pena reflexionar sobre ello, sobre la responsabilidad del momento
histórico y las distintas oportunidades que se abren.
Gracias, Miguel, Gracias, Sergio, por este valioso relato.
ResponderEliminarCompruebo con alegría que donde hubo "fuego" (pasión y talento),queda "rescoldo"; donde se sembró, se puede recoger. Me refiero al histórico y maltratado CS Albaizyn, referente de la AP en Andalucía y España.
No saldremos (bien) de esta pandemia si no se da todo el valor y recursos a la acción desde la AP, entre otros dispositivos sociocomunitarios y sin olvidar las medidas de apoyo social a la mayoría social precarizada y empobrecida con esta nueva crisis.
Hay que compartir estas historias y estas habilidades organizativas (resiliencia de la AP) para fortalecer a otros equipos y para entender mejor aciertos y fallos. Los informes oficiales y oficiosos no recogen este conocimiento y no permiten visibilizar lo que ha pasado con tanta precisión, sensibilidad (relatos a flor de piel) y a la vez evitando la bronca, los balones fuera y el sectarismo tribal.
Enhorabuena a todo el equipo, a todos y todas las resis (¡El futuro ya está aquí!) y a los tutores presentes y PASADOS por el buen trabajo hecho! Tenéis que estar orgullosas!!
Un fuerte abrazo desde Tres Cantos (Madrid)
Javier Segura del Pozo
Mil gracias Javier por el feedback! Más aún en momentos de acumulación de lecturas.
EliminarQue bueno que haya llegado tan bien, porque justamente quería transmitir esos aspectos.
Ciertamente tenemos que compartir más relatos de las precariedades y las resiliencias, ya que como en las relaciones humanas cuando nos mostramos nuestras fragilidades es cuando se establecen los vínculos más fuertes, y los más útiles cuando compartimos aprendizajes. Un abrazo!!
**Errata de Sergio: yo soy solo parte y relator, el responsable es el equipo de profesionales del centro, un equipo bastante nuevo y muy diverso pero que ha demostrado un gran compromiso con la primaria, la población y los compañeros.
Emocionante! Enhorabuena a ese Equipo!
ResponderEliminarMuchas gracias¡¡¡
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