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sábado, 3 de octubre de 2020

Gobiernos de pícaros


“Los sábados cómense en esta tierra cabezas de carnero, y enviábame por una, que costaba tres maravedís.Aquella le cocía, y comía los ojos y la lengua,y el cogote y sesos, y la carne que en las quijadas tenía, y dábame todos los huesos roídos. Y dábamelos en el plato, diciendo: "Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo. Mejor vida tienes que el papa”
.

La vida del Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades.1554.

Ya nadie lee el Lazarillo, lectura arcaica pero que describe cómo es este país mucho mejor que todas las novelas cool que se comentan en los suplementos del fin de semana. Como bien reflejaba ya entonces, España es el país de la farsa, la trampa y el engaño, con las cuales nos sentimos más listos que nadie. Engañamos al mundo entero con la idea de que el nuestro era el mejor sistema sanitario del mundo, no sólo los gobiernos de los últimos 30 años, sino todas las sociedades científicas y colegios profesionales y hasta nosotros mismos, quienes llegamos a creer que aquello era cierto. Llegada la pandemia nos volvimos a hacer trampas, unos a otros, y todos a la vez, convencidos de que nadie había gestionado mejor la crisis que cada uno de nosotros. Y así seguimos  un siglo tras otro, creyendo estúpidamente que los demás no se dan cuenta.

Siguiendo la tradición , el Consejo de Ministros español se constituye en reunión de pícaros ( y respetables pícaras) que acaban por creerse sus propios embustes. La última ha sido la promulgación  de un Real Decreto Ley (el 29/2020) en el que se establecen medidas urgentes en materia de teletrabajo para las Administraciones Públicas y de Recursos Humanos en el Sistema Nacional de Salud para hacer frente a la pandemia COVID 19. Respecto al teletrabajo de las Administraciones Públicas ya hemos hablado en otras ocasiones de lo que es un clamor de maltrato al ciudadano desde que empezó la crisis.

El abordaje del segundo aspecto entra de lleno en la antología de la picaresca, en la que no se sabe quien es más pícaro, si el gobierno en sus desatinos o las organizaciones sociales en su protesta. España lleva décadas con una gestión del recurso humano en el sistema sanitario impropia de un país civilizado. La han mantenido todos y cada uno de los gobiernos de la llamada democracia, con la colaboración de colegios profesionales, sindicatos y sociedades científicas. Volver a repetir que España tiene ratios de médicos de familia muy por debajo de la media europea, que el presupuesto destinado a la Atención Primaria ha ido disminuyendo año tras año hasta niveles incompatibles con un servicio mínimamente decente, que nadie fuera de aquí entiende que se atienda a un paciente cada 5 minutos, o que el trabajo ofrecido por TODAS las administraciones públicas ha sido rácano, miserable y abusivo, resulta sumamente cansino, puesto que ni el “Ciego” ( la administración) ni el “Lazarillo” ( los profesionales) han hecho absolutamente nada por revertir la situación. En lugar de plantear en algún momento un reforzamiento sustancial y una renovación radical del modelo laboral nos contentamos con esa dieta de “migas” que se escapa por las barbas del “clérigo”. 

Así hemos seguido con el modelo  de Atención Primaria de hace cuarenta años porque cualquier cambio es riesgoso; así seguimos siendo el único país de Europa donde un médico puede jubilarse sin haber leído un solo artículo desde que acabó la residencia ( porque establecer algún sistema de recalificación periódica o carrera profesional reversible atenta contra el derecho de los trabajadores). Y así seguimos cuando llegó el Lobo en forma de pandemia a poner de manifiesto ante el mundo todas nuestras vergüenzas. La COVID 19 demostró que constituía ya una emergencia reforzar la Atención Primaria y la salud pública ( dos caras de una misma moneda). Todos los responsables políticos sin excepción repitieron el mantra. Pero eso sólo podía tener una traducción: contratación masiva, digna e indefinida ( porque la crisis va para largo) de profesionales sanitarios. Por el contrario continuaron rateando, disimulando, y engañando, ocultando  información sobre qué refuerzos se contrataba, o de que rastreadores se disponía.

Y de cara al próximo futuro los pícaros buscaron una fórmula acorde con sus intencione y su forma bufa de proceder: subvertir la ley para permitir que cualquiera sea contratado en cualquier sitio para hacer cualquier cosa., convirtiendo a los profesionales (que no “empleados y empleadas” como recoge el Real Decreto Ley) en seres sin atributos, sin derechos, al albur de lo que el gestor de turno considere.

Con la norma puede ejercer de especialista el que no lo es. Y puede trabajar de médico de familia cualquier médico e incluso cualquier profesional de enfermería hospitalario. Ningún partido en España ha tenido nunca el mínimo aprecio por la medicina familiar y comunitaria. De la derecha a la izquierda se considera que el trabajo de médico de familia ( a diferencia de otros países) lo puede hacer cualquiera., no se entiende, es raro, superfluo en definitiva Es un trabajo comodín, y por lo tanto puede hacer o desaparecer como lo hace la bolita en el juego del trile.

Ya está en vigor esta norma propia de tahúres a la espera de la siguiente ocurrencia que tal vez será que todos los perfiles profesionales los pueda acabar desempeñando el ejército que para todo sirve: soldados haciendo de ginecólogos, coronarles de neurocirujanos. Leyes valientes y novedosas que además los pícaros dirán que  lo hacen para mejorar la vida de la Atención Primaria, a la manera en que el  Clérigo animaba al Lazarillo: “¡ Mejor vida tienes que el Papa¡

Mientras tanto colegios y sindicatos llaman a la huelga. Llegan veinte años tarde.

3 comentarios:

  1. Gracias GrntdMdo, aquí Joe Grace, en la distancia, pero siempre agradecido a vuecencia y sus "piensos"... malos tiempos para la lírica, sin duda, pero la historia de Españistán siempre ha sido mas larga que tendida ... añadidos agradecimientos además por la buena literatura !

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  2. Un matiz discrepante, hace años, un director general de atención primaria de Osakidetza (ART Ángel Ruíz Téllez) quiso cambiar el sistema poniendo a la atención primaria, no cómo puerta del sistema si no como núcleo del sistema. Con la Iglesia hospitalaria hemos topado, fue destituido y "castigado". Su filosofía no cuajó pero hubiera sido un revulsivo para "algunos" profesionales que no disfrutamos de este sistema tan funcionarial.

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  3. “con la colaboración de colegios profesionales, sindicatos y sociedades científicas”... ¡Qué grande y penosa verdad! De los poderes políticos no cabe esperar sensibilidad con el profesional, pero nuestros representantes, que miran siempre para otro lado, haciendo algo tan de moda como el “sujétame el vermú” que te monto una huelga o te escribo un manifiesto. Pero a la hora de la verdad, tragan año tras año con el deterioro del sistema, el ninguneo de la atención primaria y la degradación del valor de los profesionales

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