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martes, 31 de julio de 2012

Abriendo la tijera

La OCDE ha difundido recientemente su informe sobre la evolución de las desigualdades en los países incluidos dentro de ella ( Divided we stand:why inequalities keeps rising). En la mayoría de ellos la desigualdad ha aumentado en los últimos 25 años y continua creciendo.
Sin embargo en España , siempre el alumno más torpe de la clase en los últimos años, los datos no son tan malos: aunque la desigualdad de ingresos en los hogares se mantienen cercana a la media de OCDE , algo por encima de Alemania o Francia, estamos bastante por debajo de países como Estados Unidos, Reino Unido, o nuestros queridos compañeros de pocilga Portugal y Grecia.
En contra de la tendencia dominante las desigualdades se redujeron en España desde los años 80 hasta hace precisamente dos años: cuando comenzaron los ajustes.
Al comenzar la crisis el ingreso medio del 10% de los que más ganan era en España de 38.000 euros, casi diez veces el ingreso medio del 10% que menos gana ( 3.500 euros). Aunque sigue pareciendo grande la brecha, en España se redujo cerca de un 20% desde 1994,lo contrario de lo que ocurrió en el resto de los países de la OCDE.
Entre las causas de este avance el informe cita algunas muy interesantes: el factor más importante es lógicamente el empleo, y de forma muy relevante el incremento de la tasa de empleo femenino, uno de los más altos en los últimos 25 años de estos países, y que lógicamente incrementa sustancialmente la renta media de los hogares.
Por otra parte, y frente a la idea dominante por algunas de nuestra élites, los peor remunerados entre nuestros compatriotas aumentaron el número total de horas trabajadas en comparación con los mejor remunerados ( que disminuyeron sus horas ligeramente), nuevamente en contra de la tendencia dominante en los países OCDE, en que el incremento de horas se realizó fundamentalmente a costa de los mejor remunerados.
En tercer lugar, durante estas casi tres décadas pasadas los ricos se comportaron de forma civilizada, de tal forma que el 1% de la población más rica incrementaron sus ingresos un 0.4% . Mientras tanto en el resto de los países, los muy ricos doblaron sus ingresos en el mismo periodo. En Estados Unidos, por ejemplo, la retribución media de un director ejecutivo es entre 300 y 400 veces superior a la del trabajador medio, según señala el profesor de Economía Política del Desarrollo Ha Joon Chang., ratio que en los años 60 era solo de 30 a 40 veces. Todo ello a pesar de ejemplos tan edificantes como la Directora General de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, las retribuciones del Señor Rato y demás defensores del ahorro ajeno.
Por último, pero no menos importante que ninguno de los anteriores, el informe señala dos elementos imprescindibles para cerrar la tijera entre ricos y pobres: los impuestos por una parte, y las prestaciones sociales por otra. Entre los dos reducen una cuarta parte de la desigualdad. Los servicios públicos en España contribuyeron a reducir la desigualdad en cerca de un 20% , tendencia creciente en la última década ( a dieferncia del resto de países).
Por todo ello, si una sociedad quiere reducir el abismo que separa a los más ricos de los más pobres las soluciones parecen estar claras, al menos para la OCDE:
-    en primer lugar crear más y mejores empleos, con “buenas perspectivas profesionales”  es el camino más prometedor para ello. Junto a ello es imprescindible invertir en capital humano, desde la escuela elemental a la formación continuada.
-    El instrumento más directo para reducir la desigualdad es  la reforma de las políticas fiscales y de las prestaciones sociales. El informe dice textualmente: “La fracción cada vez mayor del ingreso que perciben los grupos de rentas más altas indica que estas personas tienen ahora una mayor capacidad tributaria. En este contexto, los gobiernos podrían reexaminar la función redistributiva de los impuestos a fin de velar por que los individuos más acaudalados satisfagan su parte correspondiente de la carga fiscal”.
-    El informe recomienda finalmente “garantizar la prestación de servicios públicos gratuitos y de alta calidad, tales como la educación , la salud y la atención a las familias”.
Como es fácil comprobar, la estrategia del gobierno español tutelado y controlado por el Memorando de Entendimiento de la troika va exactamente en dirección contraria a la recomendada por el informe de la OCDE, institución no sospechosa de bolchevique: disminución de puestos de trabajo, ausencia de inversión en formación, amnistía fiscal, recortes de prestaciones, privatización de servicios…
Por supuesto no nos queda más remedio como sociedad que apretar los dientes y aceptar que viviremos peor; pero podemos elegir si hacerlo abriendo aún más la brecha o cerrando la tijera de las diferencias.

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