“ El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio al sufrimiento”
Maestro Yoda.
Una de los tópicos en gestión que más fortuna ha hecho es la de que el directivo vive siempre al borde del ataque de nervios, acuciado por todo tipo de presiones, colgado del precipicio que suponen los estrechos plazos en que se mueve. No hay curso para directivos que se precie que no deba incluir entrenamientos para manejar el estrés, para abordar y manejar todo tipo de conflictos y situaciones tensas, puesto que un directivo como dios manda debe estar siempre amenazado por el infarto, e en el mejor de los casos por la angina.
Sin embargo, la Dra. Jeniffer Lerner, una distinguida profesora de Public Policy and Management de la prestigiosa Harvard Kennedy School of Government, parece dispuesta a convertir ese dogma en una leyenda urbana más.
La Dra Lerner dirige el Laboratory for Decision Science en Harvard , dedicado a la investigación sobre el juicio humano y el proceso de toma de decisiones. Entre sus líneas prioritarias de investigación destacan especialmente dos: la emoción y la rendición de cuentas. Por ejemplo ha descubierto que el temor y la ira tienen efectos opuestos en la estimación del riesgo: mientras el primero lo incrementa, la segunda lo disminuye, idea que unió brillantemente hace tiempo el maestro Yoda en su famoso aforismo.
Películas aparte , Jeniffer Lerner publica hoy un interesante artículo en la edición dominical del New York Times con el sugerente título de “ Es fácil ser rey”. En él revisa la idea de que estrés y liderazgo van siempre unidos, a partir de los estudios de Robert Sapolsky ( el del muy recomendable ¿Por qué las cebras no tienen úlcera?). Este curioso personaje lleva décadas investigando sobre el estrés de las diferentes especies animales en su laboratorio de Stanford. La cuantificación del nivel de estrés la realiza mediante la determinación de los niveles de cortisol: habitualmente el organismo humano mantiene niveles bajos de dicha hormona que experimenta picos ocasionales en respuesta a determinados estímulos estresantes de la vida cotidiana; sin embargo cuando estas situaciones se convierten en crónicas, los niveles de cortisol aumentan y se mantienen en el tiempo, siendo posiblemente un factor de riesgo de aparición de futuras enfermedades cardiovasculares. El profesor Sapolsky descubrió que en los babuinos, una especie con muchas similitudes con la nuestra (no solo por lo feos), y en la que existe una estable jerarquía social , los especímenes situados en lo más alto de la escala presentan niveles más bajos de cortisol.
La Dra Lerner tuvo la brillante idea de replicar el estudio, no en monos, sino en tipos bastante parecidos como son los ejecutivos que asisten a sus programas, alumnos de programas de formación para altos ejecutivos en Harvard: ni más ni menos que funcionarios de alto nivel, directivos y oficiales de alta graduación del ejército americano. Realizaron dos estudios determinando el nivel de estrés mediante la determinación de los niveles de cortisol en saliva y a través de una escala de ansiedad validada. El primero comparaba tales datos en personas que tienen responsabilidades de dirección ( dirigen a otros) y los que no las tienen ( son dirigidos). El segundo realizaba las mismas determinaciones solo entre directivos, pero diferenciando por niveles de responsabilidad.
Los resultados contradicen esa idea de que el jefe sufre más que el currante. En definitiva , a mayor nivel de responsabilidad menor nivel de estrés, lo que ( en opinión de la Dra Lerner) tiene su justificación: pocas cosas hay que más estresen que no disponer del control sobre las situaciones, sobre tu futuro y sobre tu vida.
Si pudiera analizarse el nivel de muertes (violentas o “naturales”) entre los ejecutivos que metieron al mundo en esta pesadilla llevándose fortunas en indemnizaciones, podríamos comprobar que no han debido de ser muchas. Por el contrario, uno puede comprobar el incremento de suicidios que supuso en Gran Bretaña la crisis económica.
En definitiva, sean bienvenidos los cursos de relajación (que dan trabajo a tanta gente) pero dirigidos a parados y trabajadores “rufianes”, y menos a líderes carismáticos.
(Fotografia: Babuino directivo en la reunión anual de accionistas de su empresa)
Parece que, como en el famoso cuento, alguien se atreve a decir que "el emperador está desnudo". Al final, en cualquier organización, todo parece reducirse a sistemas y mecanismos de jerarquía y dominación. Y para justificar a quienes ocupan posiciones relevantes en la escala jerárquica, nada como generar mitos acerca de la importancia estratégica y el valor de la toma de decisiones en los niveles directivos superiores. Además, sirve como fórmula para incrementar la autoestima y la motivación, justificar el acceso a determinadas prebendas o privilegios, como elevadas retribuciones, indemnizaciones, etc. Y todo en virtud de esa teórica mayor "responsabilidad" (por la que luego no responden, por cierto), esa mayor presión a la que supuestamente están sometidos esos "líderes carismáticos" que creen llevar el timón...
ResponderEliminarGracias como siempre por el post, Sergio.
Eso será un tema emergente en el futuro porque conecta, díselo a Mariano porque será un nicho de investigación!, muchos temas claves actualmente florecidos en varios sitios, y puede ser una vía común de diferentes "paradigmas":
ResponderEliminar- Marmot habla mucho de ese control sobre situaciones y su relación con resultados en salud y el gradiente social en The Status Syndrome.
- Los salutogénicos hablaron y hablan de ello en los modelos de Sentido de Coherencia Interna.
- Y los estudios que refieres y los de Baltimore de epi social, los pathways de Diez-Roux y la epigenética http://politicsrespun.org/2011/06/the-social-determinants-of-health/ darán el hilo fino fisiopatológico de cómo desde los barrios o las estructuras de desigualdad se tocan las arterias y las secuencias genéticas para generar desigualdades en salud...
Esto es el marco conceptual. Porque las actuaciones ya están bien claras desde hace muchos años, pero....
Gracias a ti Rodrigo. Creo que el quid de la cuestión estriba en lo que comentas: tienen retribuciones brutalemnte mayores por responsabilidades mayores..pero que al final nunca asumen. Pagan los estados, pero nunca ellos; más bien reciben indeminizaciones sonrojantes de las que nunca se averguenzan.Me temo que es todo un burda trampa. Saludos
ResponderEliminarGracias Rafa. Sí se lo diré a Marianoporque el tema tienen su enjundia, sobre todo para ir atando cabos sueltos. Y aunque es cierto que las actuaciones estén tan claras como ginoradas no sobra darle forma y empaque. Por cierto, y ya que estoy en Baltimore esperandoel huracán, ¿recomendaciones sobre lo que están haciendo aqui en epi social que comentas?
ResponderEliminarSaludos
Anda qué bueno en pleno The Wire... Aquí va un paquete básico del curso de epi social. http://saludcomunitaria.wordpress.com/epidemiologia-social-sessions/ Nuestra referencia en España es Manuel Franco (que viene de la Hopkins y ahora está por Madrid). En Baltimore Thomas Glass.
EliminarAna Diez-Roux es otra gran referencia pero anda un poco más al oeste, en Michigan.
Un buen texto para ver cascadas y como los factores de riesgo no lo son todo es este
http://saludcomunitaria.files.wordpress.com/2008/09/session-3-req-augustin-ajph-2008.pdf
Muchas gracias Rafa. Tu paquete básico me viene que ni al pelo Ayer de hecho me pareció ver pasar por debajo de la ventana a Omar y su recortada. Un abrazo
EliminarSergio, en 1996 realicé mi trabajo de campo del máster de salud publica y administración sanitaria de la EASP sobre el modelo de estrés de Karasek (Demanda-Control-Apoyo social). Creo que esto va en el mismo sentido. Echale un vistazo, debe estar en la biblioteca. Daponte, Olga y Alberto quizás se acuerden aún de él.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Modesto. Por supuesto que lo haré en cuanto pueda. Un saludo muy cordial
ResponderEliminarHola Sergio, encontré esta nota un poco por azar y me resultó muy interesante. Trabajo en un rol gerencial en una corporación multinacional y hace un tiempo estoy estudiando en forma autodidacta los modos en los que trabajamos y sus consecuencias (y abrí un blog :-) ). Me llama la atención la dilución del estrés a medida que uno sube por la jerarquía. Y me preguntaba si hay efectos distintivos en la capa de gerentes. Un director es en general quien define la estrategia y la hace ejecutar. Se entiende allí que exista la sensación de "control". Sin embargo, un gerente no define nada y tiene que hacer que las cosas se hagan, aunque esté en desacuerdo con ellas y justificarlas ante sus subordinados. Por ejemplo, recientemente la empresa (sus directores) decidió despedir ("reestructurar") miles de puestos de trabajo globalmente. Quienes tuvimos que efectivamente poner la cara fuimos los gerentes.
ResponderEliminarBueno, gracias por tu atención.
Bienvenido a este blog donde tus comentarios serán siempre muy bien recibidos. El ejemplo que pones es determinante. Buen ejemplo da ahora Iberia. Las decisiones de despedir a 5000 personas las toman desde un precioso despacho con vistas al Támesis. Pero los que darán la cara y se llevarán los insultos están aqui
ResponderEliminarUn saludo