A las seis de la tarde del pasado martes el salón de actos de la Facultad de Sociología de la Universidad de Granada estaba lleno. Parte de los asistentes eran alumnos de la facultad, convocados por Juan Irigoyen ( imprescindible leer su blog en estos momentos). Sin embargo, la mayor parte de los asistentes eran una variopinta mezcolanza de profesionales sanitarios ( no sólo médicos), estudiantes y residentes de medicina, y curiosos varios, algunos de los cuales parecían haberse leído detenidamente Sano y Salvo, su último libro escrito junto a Mercedes Pérez. Es cierto que la entrada era libre, pero no es fácil tener semejante poder de convocatoria un frío martes de invierno (desde luego no lo tuvieron grupos tan exquisitos como los Teenage Fanclub en fechas similares y en horarios más accesibles)
No creo que exagere mucho al decir que Juan Gervas es posiblemente la persona más influyente en el campo de la atención primaria en España. Siempre despertó filias ( muchas) y fobias ( algunas), aunque me da la impresión que la balanza se inclinó hace ya tiempo definitivamente hacia el primer lado. La mejor muestra de su influencia es la que dio una residente al acabar la conferencia: según contó acababa de preparar su primera sesión en el centro de salud y la mayor parte de las referencias bibliográficas utilizadas eran de él.
Gervas habló de los riesgos que conlleva la práctica (cada vez más agresiva) de la medicina, del encarnizamiento preventivo ( en especial con las mujeres), de los riesgos indudables del sobrediagnóstico.
Pero especialmente abordó un tema, enormemente complejo, cuya importancia una vez más pasa desapercibido para buena parte de las autoridades sanitarias, los medios de comunicación e incluso las asociaciones profesionales. Es el asunto de las vacunas que, al igual que cualquier otro tipo de medidas preventivas, son aceptadas como algo intrínsecamente bueno por la mayor parte de la población: sin efectos secundarios, sin consecuencia alguna en materia de salud pública.
Cuestionar la efectividad, coste-efectividad o seguridad de cualquier vacuna suele llevar asociado el calificativo de anti-vacuna para el que lo realiza. Y hay que lamentar que un debate tan importante, sobre un asunto tan grave, haya quedado polarizado en dos bandos: los que defienden sin cuestionamiento la bondad intrínseca de las vacunas, y los que están radicalmente en contra de su uso. La complejidad de las consecuencias del uso de vacunas queda perfectamente reflejado en el último artículo de Gervas en su Mirador de Acta Sanitaria, sobre la aterradora historia de la vacuna de la poliomielitis.
En el que se pone de manifiesto la interrelación de factores políticos , sociológicos, biológicos y ecológicos que implica siempre.
Las autoridades sanitarias de medio mundo ( con especial participación de las nuestras ) perdieron buena parte de su crédito en la materia con sus decisiones respecto a la vacuna contra el virus del papiloma humano ( imprescindible leer el trabajo de Gavilán y Padilla) y la vacunación antigripal, bien secundadas siempre por los medios de comunicación, encantados siempre de medicalizar la vida y aumentar ( consciente o inconscientemente ) los beneficios de las compañías farmacéuticas.
La tarea que queda por delante es, una vez más, la más difícil: separar el "grano" de las vacunas seguras, efectivas e imprescindibles, de "la paja" de los productos comerciales destinados a engañar a los incautos.
Se requiere más conocimiento , honradez y capacidad de comunicación que nunca.Porque, además de mucho dinero ( aunque parece que en este caso no existe crisis), nos jugamos la salud de varias generaciones.
Sergio, sigo con atención, principalmente en Facebook, las publicaciones de Gervás y del grupo CESCA. Dices que despierta filias (se incluye la mía, por supuesto) y fobias. Lógico. Hay algo en lo que quizá esté en desacuerdo con lo que sugieres, en valorar si pesan más las filias o las fobias y en su poder de convocatoria. No lo sé, pero no creo que guste mucho en general lo que dice Gervás; creo más bien, sin saberlo, que depierta más fobias que filias en el ámbito médico, dado el contexto en que nos hallamos, industrializado y regido por intereses comerciales. Y también en la propia sociedad, ella misma medicalizada. Pero... qué más da. Lo importante es que tiene mucho que decir y que eso que dice es necesario. Y no habla en el desierto, como testimonia esa imagen.
ResponderEliminarGervás es un médico sensato y honesto, que nos recuerda el valor del "primum non nocere". Parece algo sencillo, natural, pero resulta extraordinario en estos tiempos. Por eso, Gervás une su coherencia a la valentía que implica hablar desde la sensatez en un mundo insensato, porque ha de reconocerse que no es cómodo.
Recuerdo ahora la frase evangélica ("porque no eres frío ni caliente, te vomitaré"). Prefiero mil veces a quien despierta filias y fobias desde su reflexión y su práctica que a tanto tibio acomodaticio, "normal", como abunda en nuestra profesión.
Mis mejores deseos para el Dr. Gervás y mi enhorabuena a ti por este post con el que demuestras también una vez más tu posición clara con respecto a la Medicina.
Gervas es un tábano, en el sentido socrático de la palabra. Alguien que genera dudas sobre las verdades absolutas de los que nos mandan. pero no son dudas gratuitas, sino sustentadas siempre en la mejor literatura disponible. Cuando era residente de primer año conoci a través de mi maestros Luis Garcia Olmos el boletín de revisión de la literatura que haciael grupo CESCA y que llegaba religiosamente por correo en uns inolvidables sobres naranjas. La erudición que suponia era asombrosa. L sigue derrochando. Un tesoro que no todo el mundo aprecia, y que a mucho irrita sobremanera. Pero ladran , luego cabalgamos
EliminarEsta sociedad capitalista ha perdido completamente el norte, las decisiones se toman teniendo en cuenta las ganancias económicas que generan a las grandes compañías farmacéuticas, petroquímicas y armamentísticas, vamos mal, vamos muy mal, da gusto escuchar a gente como Juan Gervas o Teresa Forcades denunciando la peligrosa corrupción de este sistema y proponiendo alternativas,
ResponderEliminarGRACIAS
Tengo mucho que agradecerle a Gervas como médico de atención primaria. Pero su libro me ha decepcionado. No se si por estar dirigido a público en general y no sólo a profesionales sanitarios. Se clama contra la pseudociencia y no se aporta ni una cita bibliográfica.
ResponderEliminarNo obstante, seguiré leyendo a Gervas.
Gracias Miguel. Creo que en parte la decpeción puede venir por lo que tu mismo comentas. El libro está dirigido al públicogeneral, fundamentalmente. Y ha optado por prescindir de buena parte del conocimiento científico que lo sustenta, y que Gervas maneja con soltura infinita. No hay más que leerle en la otra faceta, la que sale en Pubmed.
EliminarHola Miguel. Te envío el comentario que me envia Juan Gervas y que no ha podido colocar el personalmente:
EliminarGracias por el comentario positivo en general, Miguel Solís.
Un libro del siglo XXI no precisa esa lista petulante de referencias bibliográficas tan típica de los libros del siglo XX. Pareciera que la referencia da crédito, pero eso muchas veces es falso y siempre es innecesario. El lector puede teclear en un buscador de la Red la frase que contenga el dato de su interés, y de inmediato encontrará la referencia. Y, en todo caso, y como ponemos en un pie de página del libro, estamos a disposición de quien precise más. Lo hemos hecho y seguimos haciendo con el libro de "Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias)".
Las referencias bibliográficas tienen por objetivo llevar al lector al documento original del que procede el dato o la cita. La lista de referencias era parte de todo documento científico, y como tal pervive por más que sea un componente obsoleto. El acceso a las fuentes de información ha cambiado y hoy en día es más fácil encontrar una referencia a partir de una línea de su contenido que a partir de su referencia científica. ¿Por qué aburrir y distraer al lector con algo inútil? En la duda, estamos a disposición de quien lo precise, en los correos electrónicos mpf1945@gmail y jjgervas@gmail.com