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jueves, 5 de marzo de 2015

Por el bien de su salud, amárguese la vida

“I have come to see all my life in music's reflection” 
Bill Bantley.

El Doctor Etienne es el Director del Departament for Management of Noncommunicable Diseases, Disability, Violence and Injury Prevention en la Organización Mundial de la Salud. Un título largo para abarcar sus múltiples ocupaciones entre las que se encuentra proteger a la población mundial del ruido. Encomiable labor. Analizando datos de estudios en países de bajos y medios ingresos han llegado a la conclusión que cerca de la mitad de la población entre 12 y 35 años están expuestos a niveles “inseguros” de sonido desde sus dispositivos móviles, y cerca del 40% sometido a niveles potencialmente peligrosos en lugares de entretenimiento. De forma que con el loable fin de protegernos la vida (y el oído) la OMS nos hace llegar sus sabias recomendaciones consistentes en no escuchar música más de una hora al día, escuchar ese rato la música bajita, y para acabar de rematarlo no ir a tugurios de pecado, o si no queda más remedio, ir a los sitios de copas…¡ provistos de tapones de cera¡ . Al margen de la rechifla que supondría para cualquier adolescente seguir semejantes delirios, ¿para qué vamos a ir a ninguna parte si nos tapamos los oídos?
Ni las viejas más retrógradas de pueblos remotos, aquellas convencidas de que el rock’n roll acabaría definitivamente con los valores de nuestra civilización, podrían haber ideado unas recomendaciones semejantes. Pero el Doctor Etienne no se detiene ahí. Envalentonado con sus disparates, propone aplicar las nuevas aplicaciones que aportan las tecnologías para la detección de niveles excesivos en nuestros auriculares, y por supuesto pasar chequeos periódicos de nuestra capacidad auditiva. Ya se sabe que prevenir es mejor que cuidar, y la cosa del chequeo siempre despierta las ansias de los máximos responsables sanitarios de ofertar a la población servicios completamente inútiles, pero que tal vez mejoren sus expectativas electorales. Que no exista evidencia alguna de la utilidad de tales chequeos para nada, como demostraba recientemente el grupo de Ioannidis les importa un bledo a los Etienne de turno.
Nos movemos en un mundo delirante, sometidos a los estímulos continuos de la industria preventiva, en la que colaboran empresas capaces de sacar beneficios de cualquier patochada, organismos internacionales que han perdido el sentido de la proporción, y administraciones que emplean la prevención como anzuelo para captar votos. Hace una semana descubrimos la bonita campaña del Breast Health Reminders que inunda los aeropuertos americanos y cuyo lema no tiene desperdicio: “Mind your melons. Touch your tatas. Treasure your Chest”. Simplemente enviando tu número de teléfono , recibirán un sms cada mes recordándote que es lo que debes hacer con esa parte tan importante de tu anatomía. Para cumplir el programa completo de medicalización de la existencia, la propia OMS ha establecido la fecha del 3 de marzo como el “Día del Cuidado del Oído”, en el que darán un énfasis especial a sus ridículas recomendaciones. Escuchar música es una de las razones por las que merece la pena vivir. A todas horas, en todas las circunstancias, estés triste o alegre, furioso o relajado. Como decía el director de A&
R Vanguard Records entiendo mi vida a través de la música que escucho. Cualquier persona normal sabe que no tiene sentido escucharla a 150 db doce horas al día. Pero privarte de escucharla cuando y como te apetezca, o de acudir a tu garito de cabecera porque ponen la música muy alta, da idea del mundo irreal en el que quieren vivir algunos. Prefiero escuchar el maravilloso ruido de Neil Young en… Le Noise

3 comentarios:

  1. Vamos a morir todos.
    La única diferencia, que parece muy importante para muchos, es que, como indica Z. Bauman, ya no moriremos de mortalidad. Siempre habrá algo o alguien a quien echarle la culpa. Frecuentemente a nosotros mismos por no estar atentos a todos nuestros órganos, por hacer locuras como oír Heavy Metal, beber whisky o fumar un buen puro o no mirarnos la tensión ni el colesterol o la próstata. También por no atender a la enfermedad del día y a su posible prevención, porque todo se podrá prevenir, si no ahora, mañana (dentro de cinco años dicen siempre en los telediarios) con esos avances genómicos y proteómicos.
    No hace muchos años había "calendarios vacunales", que ni calendarios eran. Eso pasó a la historia. Ahora prácticamente cada día del año es dedicado a una enfermedad, recordando así el santoral tradicional, a tal punto que el "día de las enfermedades raras", que son un montón, evoca necesariamente el día de todos los santos.
    Todos moriremos. El problema no es ése, sino que nos vuelvan locos antes por querer conjurar lo inevitable con la magia moderna de la prevención total.

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  2. Tienes toda la razón Javier
    La vida es una enfermedad crónica de pronóstico infausto. Y lo seguimos ignorando

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  3. La única diferencia, que parece muy importante para muchos, es que, como indica Z. Bauman, ya no moriremos de mortalidad. Siempre habrá algo o alguien a quien echarle la culpa. Frecuentemente a nosotros mismos por no estar atentos a todos nuestros órganos, por hacer locura https://reclamajusticia.es/que-fue-la-revolucion-cientifica/

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