May you be in Heaven a full half hour before the Devil
knows you're dead
Proverbio irlandés.
Sydney Lumet es uno
de los más solventes directores de cine americanos de los últimos cincuenta años.
Autor de las magistrales Doce hombre sin piedad, Tarde de perros, Network o Veredicto
final ( por todas las cuales estuvo nominado al Oscar), se marchó siempre con las manos vacías, como se fue este año Richard
Linklater tras hacer la maravillosa Boyhood. Eso sí, luego los de la industria
de Hollywood se dan cuenta de que el tipo se va a morir sin un miserable premio
y le dan el Oscar al carcamal del año ( Honorífico le llaman).
En su última película,
la excepcional Before the devil knows you’re dead, dos botarates, hermanos para
más señas, deciden dar el golpe perfecto que les solucione sus crónicos problemas
económicos : en un caso derivados de la adicción a la heroína, pese a llevar
una vida respetable como ejecutivo ( Andy, interpretado por Philip
Seymour-Hoffman) , en otro motivado por la insuficiencia de sus ingresos para
pagar la pensión de manutención ( Hank, al que da vida Ethan Hawke). No tienen
mejor idea que atracar la joyería de su propia familia. Sobre el papel, una
jugada en la que todos ganan: la familia se quedaría sin joyas pero recibiría
la compensación del seguro, y ellos pillarían las joyas con las que obtener el
dinero que tanto necesitan. Pero al final su propia incompetencia les llevará a
pifiarla de un modo clamoroso, que no cuento para no destripar un final a la
altura del resto de la película.
El nivel de
incompetencia que ha arrastrado la Consejería de Salud de la Comunidad de
Madrid está a la altura de Andy y Hank ( no así del talento de sus actores). Da
igual que el responsable haya sido aquel gran estadista llamado Fermández-Lasquetty
( derrotado humillantemente por la Marea Blanca), el “pacificador” Javier Rodríguez
( el que llamó mentirosa a la auxiliar contagiada del virus del Ébola) o el
silencioso Maldonado, responsable de la gran pifia final, aunque el pastel se
lo encontró ya cocinado.
Encadenando chapuza
tras chapuza, hasta el infinito y más allá, los hombres de Ignacio González,
rey de las paranoias policiales, han perpetrado uno de los escándalos más
sonados en los procesos de acceso al empleo que se recuerdan en este país.
Como en el caso de
Andy y Hank el plan parecía perfecto: calmar los ánimos alterados por un
proceso de privatización lleno de irregularidades mediante una oposición que
convertiría en fijos a un cierto porcentaje de profesionales ( médicos y de
enfermería) que llevan años soportando el maltrato crónico de los responsables
sanitarios de la “comunidad”, una especie de “Tecno Unión” de la Guerra de las
Galaxias.
Se presentaban 4300
candidatos a 306 plazas, siendo imprescindible aprobar el examen para poder
pasar a la siguiente fase. Pero los tribunales encargados de preparar el
cuestionario, auténticos maestros en el arte de la incompetencia , pusieron un
examen tan delirante( del que ya informamos en su momento) que solo 158 examinandos
lo aprobaron. Con lo que a los Andy y Hank que proliferan tanto en “la Gerencia
Única que todo lo ve” le quedaban dos
alternativas a cual peor: o bien ser coherentes con las propias bases de la
convocatoria y declarar desiertas la mitad de las plazas convocadas ( dando a
entender que los profesionales que llevan atendiendo desde hace años a los madrileños son tontos rematados,
incapaces de aprobar un examen test) , o bien cometer prevaricación y admitir
como aprobados a los que no lo son para sí poder cubrir las plazas. En el
alucinante proceso colaboran inevitablemente los sindicatos: malo si reclaman (
como deberían) la anulación del proceso, puesto que generarían las iras de los
ya aprobados que ven como se esfuma una de sus escasas oportunidades de tener
un trabajo digno. Pero aún peor es callar y colaborar en un proceso sencillamente bochornoso (además de
ilegal).
Antes de que el
diablo sepa que han muerto los responsables sanitarios de la comunidad de
Madrid ( lo que esperamos que electoralmente ocurra dentro de un par de meses)
conviene que fuera de España se enteren del elevado grado de impudicia e
incompetencia que tiene el sistema sanitario español. Algunos siguen diciendo
que es uno de los mejores del mundo.
Que España cuente con magníficos profesionales no implica que su sistema sanitario sea uno de los mejores del mundo, mantra político habitual en labios de políticos. Y es que se necesita algo más para esa bondad. Por ejemplo, buenos organizadores y no politiquillos gestores (muchos de ellos tristemente también médicos), que dan muestras de su indiscutida pero discutible eficiencia con ejemplos como el del delirante examen referido.
ResponderEliminarUn buen sistema sanitario público precisa también de médicos dedicados a él; sólo a él y, por ello, el no haber exigido nunca la exclusividad de quienes en él trabajan (por parte de gobiernos de distinto signo) ha dado lugar a todo tipo de mezclas extrañas entre el sector público y privado, ambos en las mismas manos en la práctica, a la vez que el número de médicos que trabajan en precario o emigran es creciente.
Y no puede llamarse bueno a un sistema público que ha dejado de ser universal por obra y gracia del RD 16 / 2012 (ya sabemos lo que les ha ocurrido a bebés que no son reconocidos por el sistema informático como “usuarios”) o que deja a los asegurados (ya no ciudadanos enfermos) sometidos a esperas diagnósticas y terapéuticas excesivas, por no mencionar el penoso ejemplo de ineficiencia que la Administración ha dado con ocasión del Ébola o de los nuevos tratamientos para la hepatitis C.
Tampoco es bueno un sistema que valora más la docilidad mediocre que la profesionalidad clínica. Las jefaturas de servicio, objeto de concurso – oposición en tiempos, son hoy concedidas como plato de lentejas a quienes saben “integrarse” en ese sistema que, digan lo que digan, no es desde luego el mejor del mundo ni mucho menos.
Hola, Sergio. Como sabes, valoramos tus análisis, e incluso los citamos en nuestra página de AMYTS (http://amyts.es/una-ope-miope/). Y en esta ocasión estamos en la misma onda, pero creo que incurres en lo fácil que es criticar a los sindicatos. Es ya un tópico, y no me parece que cuadre con la seriedad de tu blog. Porque, entre otras cosas, no tengo noticia de que te hayas puesto en contacto con nosotros para ver si nuestro planteamiento queda reflejado en lo que dices de "los sindicatos" (y nosotros lo somos).
ResponderEliminarDesde AMYTS ya denunciamos la inadecuación del examen de la OPE (cita anterior) y también comentamos, a la aparición de las calificaciones provisionales, los problemas que generaría. Públicamente. De silencio y "colaboración", por tanto, nada. Otra cosa es que hayamos valorado las repercusiones de cualquier actuación (ética de la responsabilidad, que es complementaria de la ética del deber), y desde esta seriedad (desde la que podemos habernos equivocado, es cierto, pero no nos lo parece) decidimos no incidir más públicamente porque cualquier actuación que hiciéramos perjudicaría a profesionales que ya habían sido previamente perjudicados por la inadecuación del proceso de evaluación. Como organización sindical profesional no nos entendemos como defensores del ejercicio de la Medicina (que nos parece importante, pero es papel de la OMC y colegios), ni como defensores del conocimiento médico (que también nos parece importante, pero es papel de las sociedades científicas), sino como defensores de las personas que ejercen la Medicina, que creemos también lo merecen, ya que son quienes hacen posible el compromiso y el ejercicio de la Medicina. Esa es nuestra óptica, y desde ahí hicimos y seguimos haciendo nuestra reflexión. Eso sí, lo que tuvimos muy claro es que asesoraríamos a cada persona que se sintiese perjudicada en cualquier dirección en lo que creíamos que era lo mejor que podría hacer, pues entendemos que los diferentes intereses tienen la suficiente legitimidad para que sean defendidos. Por tanto, inacción tampoco.
Creo que va llegando el momento de tomarnos con seriedad la complejidad y diversidad de situaciones (como tú haces habitualmente) y de opiniones dentro de la Medicina, y que busquemos más comprender posiciones que continuar en una guerra de francotiradores. Después de ello, cualquier crítica será lícita, y bienvenida desde luego por nuestra parte, pero una vez que se haya considerado de verdad nuestra posición. Nos tienes a tu disposición cuando lo precises. Y, desde luego, continuaremos siguiendo tu trabajo, que nos parece no sólo bien fundado, sino imprescindible para comprender el complejo sistema sanitario en el que nos movemos.
Un abrazo
MIGUEL ÁNGEL
Muchas gracias como siempre Miguel Angel. Tanto por tu magnifico comentario, por los elogios que haces de este blog.
ResponderEliminarEl peligro de las generalizaciones es que siempre acabas siendo injusto con parte de la población ( en este caso los sindicatos) si la muestra en la que te basas para la afirmación no es suficientememte representativa del conjunto.
Tienes razón en que no todos los sindicatos son iguales, y no todos los miembros o informadores del mismo sindicato pueden defender o argumentar lo mismo.Y entiendo perfectamemte que vuestra posición es muy complicada puesto que tu mismo defines con claridad cual es vuestro papel y como se diferencia del de colegios y sociedades: "defensores de las personas que ejercen la Medicina, que creemos también lo merecen, ya que son quienes hacen posible el compromiso y el ejercicio de la Medicina". En casos como este el cumplimiento de ese deber os lleva inevitablemente a tener que defender , según a quien asesores, posturas contrarias debido a la inmensa incomepetencia de los responsables de la comunidad de Madrid.
No es nada fácil de hacer ni tampoco de entender visto desde fuera.
En ese sentido me parece legítimo y encomiable que defendais los intereses de personas concretas que pudieran verse perjudicadas en gran medida en el caso de anulación de una oposición de estas características
Mi posición es mucho más sencilla, puesto que no tengo que defender intereses de personas concretas. Simplemente opino ( y mi opinión no deja de ser eso, una opinión subjetiva y sumamente discutible) sobre el proceso en su conjunto
Y en ese sentido, si que conozco la cierta perplejidad de compañeros del otro lado ( los que no aprobaron un examen ridículo) sorprendidos cuando se les informa de que la asociación profesional en la que delegan ladefensa de los intereses les responde que colectivamente no se va a actuar contra las resoluciones de la Comunidad porque ello podria perjudicar los intereses de otros compañeros
No solo es dificil de entender para este grupo sino para cualquiera que lo mire desde fuera. Entiendo perfectamente el interés de los que yan han aprobado por conseguir de una maldita vez un trabajo estable tras muchos años de maltrato de la admisnitración.
Pero dudo que la mejor solución para ello sea callar, porque el que calla ya se sabe que otorga. El grado de incompetencia de esta gente es tan alto, que no solamente existe un grave riesgo de que cualquier posible impugnación o recurso invailde el proceso dentro de unos años, sino sobre todo sienta un precedente graves de que cualquier chapuza y arbitrariedad acaba siendo aceptada y consentida porque siempre es un mal menor , cuyo cuestionamiento perjudica a alguien.
En cualquier caso es solo una opinión, que puede estar equivocada.
Se que no es nada fácil vuestra posición.
Un abrazo
Sergio
Me parece muy interesante la diferencia que establece Miguel Ángel García entre la defensa de la Medicina, que sería responsabilidad de los Colegios, y la defensa de quienes la ejercen, que sería más propia de la acción sindical.
ResponderEliminarOcurre, desde mi punto de vista, que los sindicatos pueden tener serias dificultades a la hora de defender a sus afiliados, especialmente cuando entre ellos se dan posiciones opuestas. Y eso a veces sucede. Pondré un ejemplo ajeno al ámbito médico: la puntuación del tiempo trabajado en la enseñanza por parte de interinos y por parte de quienes han obtenido plaza en propiedad por concurso - oposición. ¿Qué defenderá un sindicato de profesores, la igualdad de puntuación o que sea mayor en el caso de propietarios? Creo que la respuesta será, cuando menos, muy influida por el porcentaje de afiliados correspondiente a cada situación. En el caso de médicos asistimos a algo así en Galicia con ocasión de la OPE extraordinaria que se convocó hace ya bastantes años. Y algo parecido podría ocurrir en el caso de plantearse la dedicación exclusiva a la sanidad pública (por ejemplo, para paliar el precariado y disminuir la emigración). Probablemente un sindicato fuera influido en razón de la situación mayoritaria de sus afiliados.
Por supuesto, creo que, en cualquier caso, la vigorización de la actividad sindical es hoy más necesaria que nunca, no sólo por las circunstancias político – económicas, sino también por la inoperancia de los Colegios en la defensa de la Medicina que implica también, querámoslo o no, a la actividad profesional / laboral de los propios médicos
Muchas gracias a ambos por los argumentos vertidos. A mí, particularmente, me gusta tenerlos en cuenta, a favor o en contra de lo que hagamos. Y también he podido explicar nuestra postura, que, por otro lado, tampoco es infalible, pero sí puedo asegurar que meditada.
ResponderEliminarUn abrazo
MIGUEL ÁNGEL
Miguel Angel, creo que pocas veces se ha descrito con más claridad la diferencia de funciones entre colegios, sociedades y sindicatos que como lo hiciste tu en el último comentario. De las tres funciones la más dificil de equilibrar posiblemente sea la vuestra precisamente porque el equilibrio de posiciones entre afiliados hay veces que resulta imposible. El ejemplo que pone Javier es muy ilustrativo de ello. La postura a seguir en la última oposición de Madrid también.
ResponderEliminarEs muy dificil decirle a un afiliado que paga su cuota que vas a defender la postura que perjudica sus intereses.
Posiblemente vosotros no lo podais hacer porque las posturas encontradas son legitimas las dos ( los que estan en contra y a favor de que se anule o suspenda la oposición). Pero a la vez creo que es indispoensable denunciar los atropellos a los que sistemáticamente se dedica la consejeria de sanidad de la Comunidad de Madrid.
Entre las claves para el desmantelamiento de los estados de bienestar que están aplicando los gobiernos europeos Martin MCkee y David Stuckler citan el debilitamiento de los sindicatos, algo en lo que la gran lideresa madrileña ha trabajado a conciencia.
Necesitamos sindicatos fuertes, pero precisamente por ello hay que denunciar los excesos del poder donde se produzcan
Un abrazo y muchas gracias a los dos