Siempre he
dicho que en este blog tienen mucho valor los comentarios de sus lectores que
las entradas que sirven de anzuelo. A propósito de la última entrada ( “Charlatán”Porter en el villorrio de la Atención Primaria) quien responde es nada menos
que Vicente Ortún, conocedor en mucho mayor medida de los trabajos de Porter , y en especial de su evolución
profesional.
Por su interés
reproducimos en esta entrada el contenido íntegro de su comentario, en el que
se refiere a una revisión que realizó para la excelente Gestión Clínica y Sanitaria a
propósito de un trabajo de Porter de 2007. Nadie discute la inteligencia de
Porter. Pero es preciso insistir en que buena parte de los que aparecen como
grandes inspiradores en materia de gestión, cuyos escritos son ampliamente
difundidos, sus conferencias alabadas y sus intervenciones perseguidas a golpe
de talonario, no soportan el más mínimo análisis.
A continuación,
el comentario de Vicente Ortún:
Muchos
leíamos al Porter que fundamentó su conocimiento antes de cruzar el río
Charles. Ya cuando escribió sobre sistema sanitario, en Gestión Clínica y
Sanitaria, http://www.iiss.es/gcs/gestion33.pdf,
titulamos el comentario (abajo) 'asuma que tiene el abrelatas...y llámese
Michael Porter'. Sus posteriores escritos sobre atención primaria ni
los consideramos.
Porter y
Teisberg reiteran tranquilamente sus publicaciones: cuatro artículos conjuntos,
un especial de Harvard Business Review en 2004, un libro en 2006 y ahora este
artículo en JAMA que no añade nada a lo ya publicado. No puede entenderse ni su
publicación ni su impacto sin saber que Porter es, para muchos, el primer gurú
del mundo. Valga como muestra una de las liguillas que lo sitúan en primera
posición (1) al obtener la menor suma de ordinales en tres rangos diferentes y
entre 300 candidatos: visibilidad en Internet (octava posición según impactos
en Google, la primera Bill Gates), reputación académica (segunda posición en
citas en el ISISSCI... compitiendo con bastantes premios Nobel; uno de ellos,
Becker, obtiene la primera posición) e impacto en prensa (decimotercera posición
según la base de datos Nexis-Lexis siendo la primera de nuevo para Bill Gates).
Define a un
gurú tener seguidores y superar la prueba del mercado (no necesariamente la de
la utilidad social, harina de otro costal). La heterogeneidad de estos ‘intelectuales
de los negocios’ lleva a pensar en profesiones, como las gestoras, menos
consolidadas que las sanitarias en las que está bastante más claro cuáles son
las competencias, habilidades y actitudes que definen un buen profesional.
Porter cruzó
el río Charles a finales de la década de los setenta, con las armas y bagajes
de la Economía Industrial, pasando de la Facultad de Economía a la de Business,
siempre en Harvard, donde se ha convertido en un referente mundial en el campo
de la estrategia...pero es precisamente estrategia y conocimiento de los
detalles lo que más se echa a faltar en el trabajo comentado.
¿Cómo se
transita de la situación actual a la propuesta? ¿Cómo se concreta el tercer
principio de medida de desenlaces ajustada por riesgo? ¿Cómo mejoramos en el
ajuste de riesgo y en la atribución de desenlace a intervención? ¿Cómo se
vencen los poderosos intereses ya creados cuyo concepto de ‘creación de valor’
puedec onsistir en ganar tanto como se pueda al margen de las mejorasen salud?
¿Cómo encajan los frecuentes pacientes con múltiples patologías en el segundo
principio, la gestión por condiciones médicas?
Entre los
aspectos positivos destacar que los autores recuperan la centralidad de la
organización de los cuidados y la razón de ser de la atención sanitaria,
anteponiéndolos a las consideraciones sobre aseguramiento,
elección por parte del usuario y regulación gubernamental.
Muchos
lectores de GestClinSan simpatizarán asimismo con la denuncia del despilfarro,
la crítica a la descoordinación, las llamadas a la recuperación de la
iniciativa profesional y a la calidad (están las citas de rigor: Wennberg,
Iezzoni, McGlynn, Berwick...pero no Elliott Fisher)... pero mantendrán cierto
escepticismoante las posibilidades de un cambio impulsado desde abajo y basado en
una nueva competencia por la creación de valor impulsada por los médicos,
centrada en los pacientes y orientada a los resultados en salud.
Tal vez los
científicos de la isla desierta no consigan abrir la lata de sardinas, tal vez
las rendijas que se abren sean insatisfactorias, pero asumir que se dispone de
un abrelatas sirve de nuevo para pasar la prueba del mercado, no la de la
utilidad social.
Vicente
Ortún
Muchas gracias Sergio por hacerte eco del comentario en tu valioso blog. Debería haberlo escrito mejor explicando tal vez que el río Charles separa, en su último tramo, Cambridge de Boston hallándose la Facultad de Economía de Harvard (la de Amartya Sen) en su margen izquierdo y su Escuela de Negocios en el derecho. 1,5 Km entre ambas.
ResponderEliminarIncluso tampoco debería dar por supuesto el conocimiento del chiste del economista y el abrelatas. Un economista, un ingeniero y un químico naufragan en una isla desierta, muertos de hambre, y se encuentran una lata de sardinas. Después de varios infructuosos ejercicios de ciencia aplicada por parte del ingeniero y del químico que intentan abrir la lata, ambos se volvieron irritados hacia el economista, que les había estado observando todo el tiempo con una sonrisita en los labios, y le preguntan:
- Pues bien, ¿que harías?
A lo que el economista respondió exponiendo una teoría que comenzaba:
- Supongamos que tenemos un abrelatas...
Muchas gracias a ti Vicente. Es un lujo poder alojar tus siempre brillantes comentarios
ResponderEliminarLas dos aclaraciones creo que son muy pertinentes para facilitar la comprensión del texto
Un saludo muy cordial
Desconocía la existencia del Sr. Porter. Por ello agradezco mucho tanto este post, como el anterior que suscitó este comentario de Vicente Ortún y que nos muestra a Porter como gurú.
EliminarTal como parece sugerirse aquí, de asociarse a lo que sería un maestro espiritual hindú, el término “gurú” ha pasado a reflejar el dominio de un saber mucho más pragmático o, más bien, de un saber convencer de algo que no siempre responde a la realidad.
En cierto modo, nos movemos en Medicina en un mundo que cada día se parece más al del espectáculo (que incluiría futbolistas, modelos, artistas de cine e incluso tanto famosillo del cotilleo del corazón o de realities). Parece que estamos necesitados de dogmas y de alguien que los sepa enunciar aunque, como tales, sean objeto de mera creencia inmune a toda discusión. Y, para ello, como indica Ortún, tenemos la medida de la gran “audiencia”, la de internet, mediante lo que el autor llama tan acertadamente “liguillas”.
Estamos ante una jerarquía de vendedores (la Medicina ha pasado ya a concebirse como mercancía por parte de mucha gente) que, en muchos ámbitos, lo son sólo de humo.
Leyendo este post, no me sorprende ya que en mi propio hospital se hagan cursos de persuasión y que concurra a ellos un público entusiasmado. Y es que nada como saber mostrar asertividad, dominio de sí, ser “coachingado”, etc. para poder acceder a una jefatura de servicio o a una dirección de procesos (qué nombre). Como se lleva diciendo muchos años, “hay que saber venderse”. Uno pasa de ser sujeto a la condición de objeto que vende o que es vendible y, en tal caso, el saber que pueda ofrecer pasa a un plano muy inferior al de la propaganda del mismo. Se legitima así a la vez la aspiración de muchos mediocres a ser acólitos aventajados de estos grandes sacerdotes o gurús. En cierto modo, cuando un gurú de estos habla, retornamos a aquel dicho eclesiástico: “Roma locuta, causa finita”. Así nos va.
Muchas gracias Javier
EliminarLo del coachingado me parece una idea brillante, un enfoque del caiching con leve acento mexicano
Otra de las ocurrencias ridiculas a las que tan aficionados son algunos gestores modernos