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viernes, 9 de octubre de 2015

A vueltas con Porter…y su abrelatas

Siempre he dicho que en este blog tienen mucho valor los comentarios de sus lectores que las entradas que sirven de anzuelo. A propósito de la última entrada ( “Charlatán”Porter en el villorrio de la Atención Primaria) quien responde es nada menos que Vicente Ortún, conocedor  en mucho mayor medida de los trabajos de Porter , y en especial de su evolución profesional.
Por su interés reproducimos en esta entrada el contenido íntegro de su comentario, en el que se refiere a una  revisión que realizó para la excelente Gestión Clínica y Sanitaria a propósito de un trabajo de Porter de 2007. Nadie discute la inteligencia de Porter. Pero es preciso insistir en que buena parte de los que aparecen como grandes inspiradores en materia de gestión, cuyos escritos son ampliamente difundidos, sus conferencias alabadas y sus intervenciones perseguidas a golpe de talonario, no soportan el más mínimo análisis.
A continuación, el comentario de Vicente Ortún:

Muchos leíamos al Porter que fundamentó su conocimiento antes de cruzar el río Charles. Ya cuando escribió sobre sistema sanitario, en Gestión Clínica y Sanitaria, http://www.iiss.es/gcs/gestion33.pdf, titulamos el comentario (abajo) 'asuma que tiene el abrelatas...y llámese Michael Porter'. Sus posteriores escritos sobre atención primaria ni los consideramos. 
Porter y Teisberg reiteran tranquilamente sus publicaciones: cuatro artículos conjuntos, un especial de Harvard Business Review en 2004, un libro en 2006 y ahora este artículo en JAMA que no añade nada a lo ya publicado. No puede entenderse ni su publicación ni su impacto sin saber que Porter es, para muchos, el primer gurú del mundo. Valga como muestra una de las liguillas que lo sitúan en primera posición (1) al obtener la menor suma de ordinales en tres rangos diferentes y entre 300 candidatos: visibilidad en Internet (octava posición según impactos en Google, la primera Bill Gates), reputación académica (segunda posición en citas en el ISISSCI... compitiendo con bastantes premios Nobel; uno de ellos, Becker, obtiene la primera posición) e impacto en prensa (decimotercera posición según la base de datos Nexis-Lexis siendo la primera de nuevo para Bill Gates).
Define a un gurú tener seguidores y superar la prueba del mercado (no necesariamente la de la utilidad social, harina de otro costal). La heterogeneidad de estos ‘intelectuales de los negocios’ lleva a pensar en profesiones, como las gestoras, menos consolidadas que las sanitarias en las que está bastante más claro cuáles son las competencias, habilidades y actitudes que definen un buen profesional.
Porter cruzó el río Charles a finales de la década de los setenta, con las armas y bagajes de la Economía Industrial, pasando de la Facultad de Economía a la de Business, siempre en Harvard, donde se ha convertido en un referente mundial en el campo de la estrategia...pero es precisamente estrategia y conocimiento de los detalles lo que más se echa a faltar en el trabajo comentado.
¿Cómo se transita de la situación actual a la propuesta? ¿Cómo se concreta el tercer principio de medida de desenlaces ajustada por riesgo? ¿Cómo mejoramos en el ajuste de riesgo y en la atribución de desenlace a intervención? ¿Cómo se vencen los poderosos intereses ya creados cuyo concepto de ‘creación de valor’ puedec onsistir en ganar tanto como se pueda al margen de las mejorasen salud? ¿Cómo encajan los frecuentes pacientes con múltiples patologías en el segundo principio, la gestión por condiciones médicas?
Entre los aspectos positivos destacar que los autores recuperan la centralidad de la organización de los cuidados y la razón de ser de la atención sanitaria, anteponiéndolos a las consideraciones sobre aseguramiento, elección por parte del usuario y regulación gubernamental.
Muchos lectores de GestClinSan simpatizarán asimismo con la denuncia del despilfarro, la crítica a la descoordinación, las llamadas a la recuperación de la iniciativa profesional y a la calidad (están las citas de rigor: Wennberg, Iezzoni, McGlynn, Berwick...pero no Elliott Fisher)... pero mantendrán cierto escepticismoante las posibilidades de un cambio impulsado desde abajo y basado en una nueva competencia por la creación de valor impulsada por los médicos, centrada en los pacientes y orientada a los resultados en salud.
Tal vez los científicos de la isla desierta no consigan abrir la lata de sardinas, tal vez las rendijas que se abren sean insatisfactorias, pero asumir que se dispone de un abrelatas sirve de nuevo para pasar la prueba del mercado, no la de la utilidad social.

Vicente Ortún


4 comentarios:

  1. Muchas gracias Sergio por hacerte eco del comentario en tu valioso blog. Debería haberlo escrito mejor explicando tal vez que el río Charles separa, en su último tramo, Cambridge de Boston hallándose la Facultad de Economía de Harvard (la de Amartya Sen) en su margen izquierdo y su Escuela de Negocios en el derecho. 1,5 Km entre ambas.

    Incluso tampoco debería dar por supuesto el conocimiento del chiste del economista y el abrelatas. Un economista, un ingeniero y un químico naufragan en una isla desierta, muertos de hambre, y se encuentran una lata de sardinas. Después de varios infructuosos ejercicios de ciencia aplicada por parte del ingeniero y del químico que intentan abrir la lata, ambos se volvieron irritados hacia el economista, que les había estado observando todo el tiempo con una sonrisita en los labios, y le preguntan:
    - Pues bien, ¿que harías?
    A lo que el economista respondió exponiendo una teoría que comenzaba:
    - Supongamos que tenemos un abrelatas...

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  2. Muchas gracias a ti Vicente. Es un lujo poder alojar tus siempre brillantes comentarios
    Las dos aclaraciones creo que son muy pertinentes para facilitar la comprensión del texto
    Un saludo muy cordial

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    1. Desconocía la existencia del Sr. Porter. Por ello agradezco mucho tanto este post, como el anterior que suscitó este comentario de Vicente Ortún y que nos muestra a Porter como gurú.
      Tal como parece sugerirse aquí, de asociarse a lo que sería un maestro espiritual hindú, el término “gurú” ha pasado a reflejar el dominio de un saber mucho más pragmático o, más bien, de un saber convencer de algo que no siempre responde a la realidad.
      En cierto modo, nos movemos en Medicina en un mundo que cada día se parece más al del espectáculo (que incluiría futbolistas, modelos, artistas de cine e incluso tanto famosillo del cotilleo del corazón o de realities). Parece que estamos necesitados de dogmas y de alguien que los sepa enunciar aunque, como tales, sean objeto de mera creencia inmune a toda discusión. Y, para ello, como indica Ortún, tenemos la medida de la gran “audiencia”, la de internet, mediante lo que el autor llama tan acertadamente “liguillas”.
      Estamos ante una jerarquía de vendedores (la Medicina ha pasado ya a concebirse como mercancía por parte de mucha gente) que, en muchos ámbitos, lo son sólo de humo.
      Leyendo este post, no me sorprende ya que en mi propio hospital se hagan cursos de persuasión y que concurra a ellos un público entusiasmado. Y es que nada como saber mostrar asertividad, dominio de sí, ser “coachingado”, etc. para poder acceder a una jefatura de servicio o a una dirección de procesos (qué nombre). Como se lleva diciendo muchos años, “hay que saber venderse”. Uno pasa de ser sujeto a la condición de objeto que vende o que es vendible y, en tal caso, el saber que pueda ofrecer pasa a un plano muy inferior al de la propaganda del mismo. Se legitima así a la vez la aspiración de muchos mediocres a ser acólitos aventajados de estos grandes sacerdotes o gurús. En cierto modo, cuando un gurú de estos habla, retornamos a aquel dicho eclesiástico: “Roma locuta, causa finita”. Así nos va.

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    2. Muchas gracias Javier
      Lo del coachingado me parece una idea brillante, un enfoque del caiching con leve acento mexicano
      Otra de las ocurrencias ridiculas a las que tan aficionados son algunos gestores modernos

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