“La empatía significa
darse cuenta de que ningún trauma tiene bordes romos. Los traumas sangran. Más
allá de las heridas y a través de las fronteras. La empatía precisa otra clase
de porosidad en la respuesta”
The Empathy Exam. Leslie Jamison.2014
Hay palabras
que no admiten el más mínimo cuestionamiento, la más leve sombra. Cuya
práctica es una norma ante la que no cabe
excepción. Son buenas en sí mismas, y debemos practicarlas en cualquier
momento y circunstancia,. Empatía es una de ellas: hay que ser empáticos con el
trabajador al que despedimos, el paciente que tratamos, el atracador que nos
avasalla. Aunque el paciente no quiera recibir nuestra empatía. Hasta se evalúa
en las estaciones clínicas, requisito imprescindible para poder ser considerado
un buen médico.
Sin embargo por mucho que pretendamos simplificar lo
complejo, la vida es mucha más rica, más llena de matices y contrastes de la
que nos intentan convencer los amantes de estandarizar ( y simplificar ) la
existencia. Mucho de ello se
descubre en un libro magnífico de una mujer que no ha cumplido aún los 30. Se llama Leslie Jamison y en The Empathy
Exams ( por supuesto sin traducción al español) analiza con erudición,
reflexión y enorme implicación que se esconde tras el término. Jamison tiene
los gustos y aficiones de alguien de esa edad ( entre sus referentes se encuentra
Tori Amos o Björk, pero también Montaigne
o Sylvia Plath), pero tiene una capacidad especial de profundizar en experiencias
aparentemente triviales..
El libro es una colección de ensayos que abordan temas muy
diversos: desde la sospechosa enfermedad de Morgellons ( una manifestación más
de cybercondria) a la forma de vivir el dolor por parte de las mujeres. El que le da título al libro disecciona
la empatía a través de la descripción de sus vivencias como paciente simulada,
de los que representan un papel para evaluar las competencias de estudiantes y residentes, a cambio de
una pequeña retribución. Jamison se pone en la piel de Stephanie Phillips, una
chica de 23 años que sufre de convulsiones desde hace dos años, coincidiendo
con la muerte accidental de su hermano. Los residentes entran y preguntan,
procuran dar lo mejor de sí mismos. Ella cumplimenta un check list, en que debe
evaluar el desempeño de los evaluados: ¿qué información crucial han obtenido? ,¿qué
dato clave han pasado por alto? Una de las preguntas claves la 31: “empatía manifestada verbalmente ante
mi situación o problema”. No sirve solamente manifestar empatía, hay que
hacerlo explícito. Jamison describe el comportamiento de muchos de los
estudiantes que la entrevistan: se muestran preocupados por no pasar por alto
ninguna de las preguntas claves ante un caso de depresión, que recitan como si
fuera la lista de la charcutería: ¿trastornos del sueño? ¿pérdida de apetito?
¿falta de concentración? Algunos se muestran irritados al evitar el contacto
visual con ellos, algo que alguien les ha debido decir que es obligatorio: lo
convierten en un reto personal, una forma de demostrar quien está al mando.
La empatía, escribe Jamison, no siempre es un regalo. En
ocasiones puede ser vivido como una invasión en la propia intimidad, en el
propio secreto. Y aunque algunos tímidamente exploran previamente el deseo del
paciente de recibir esa invasión, la mayor parte parece demostrar que la
manifestación de la empatía es un deber y una obligación del médico, del mismo tipo
que atender a un paciente encontrado en el suelo inconsciente: “debe ser duro”
, es la frase que aplican de manera automática, a menudo sin mirar al paciente,
aplicándolo como establece el protocolo ,ya sea para la mujer que ha perdido un
hijo, para la joven con convulsiones, para la mujer contagiada de gonorrea por
su pareja….
La empatía, para Jamison, es mucho más que decir que es duro
( aunque por eso nos llevemos tres puntos en el checklist); es más que escuchar
y asentir. Es “ traer las dificultades a la luz y verlas, sea lo que sea lo que
esconden”. Es “hacer las preguntas cuyas respuestas necesitan ser escuchadas. Significa reconocer un horizonte de contexto que
se extiende más allá de lo que tu ves: la gonorrea de esa mujer mayor está
conectada a su culpa, que está conectada a su matrimonio, que está conectado a
sus hijos, que está a su vez conectado a su infancia”
Jamison recuerda el origen de Empatheia: de em ( dentro) y
pathos( sentimiento): “ una penetración, un cierto tipo de viaje. Sugiere que
entras en el dolor de una persona de la misma forma que entras en un país
desconocido, como inmigrante, a través de la aduana, atravesando la frontera por medio de preguntas”:
Hacer esto bien es mucho más difícil que realizar cualquier
transplante. Es un arte que difícilmente se aprende ( y mucho menos se
mide a través de check list ). Al
alcance de muy pocos elegidos. Algo tan importante como intangible en protocolos y check list.
Muy bueno, y muy hermoso.
ResponderEliminarEl único problema es que la empatía no se aprende. Tampoco se puede enseñar. Es como una especie de filtro del cerebro con el que se nace o no, aunque obviamente se puede ir acercando a ella al "personal".
Gracias por tu artículo.
Un abrazo.
Muchas gracias Sofia
ResponderEliminarTienes razón. No se aprende y es muy difícil enseñarla a no se con el ejemplo, como se aprende los que de verdad son mentores
Un abrazo
La empatía puede ser facilitada, pero no hay forma de obligarla a que la sintamos o les ocurra a nuestros estudiantes o residentes. \\\. Cuando se produce la empatía, nos encontramos experimentándola, no podemos causar directamente que suceda. Esta es la característica que hace que el acto de empatía no sea enseñable. Pero si podemos dar lugar a la promoción de actitudes y comportamientos que ayuden a que esa empatía ocurra. Enseñar la auto-conciencia (self awareness) , la consideración positiva sin juzgar a los demás, las buenas habilidades para escuchar, y la confianza en sí mismo... Estos elementos suelen ser importantes en el desarrollo de clínicos que demuestren una voluntad empática.
ResponderEliminarMuchas gracias Viviana.
ResponderEliminarA eso me refería: la urdimbre que hace a alguien bien médico no se puede copia como si fuera una lista: se aprende a través de la práctica y los buenos maestros
Un abrazo
Sergio: han traducido el libro de Leslie Jamison. Se llama "El anzuelo del diablo" y lo acaba de publicar Anagrama: http://www.anagrama-ed.es/titulo/A_483 Aquí la crítica aparecida en Babelia: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/24/babelia/1443104745_202950.html
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