Páginas

sábado, 31 de octubre de 2015

Liarla parda

Cuando era pequeño tenía un amigo experto en destripar aparatos; desmenuzaba muñecas parlantes, radiocasettes o batidoras. El problema es que rara vez era capaz de volver a montarlos y reintegrarlos a su situación inicial.  En ocasiones las más respetables instituciones internacionales me recuerdan a mi amigo, expertas en generar problemas donde no los hay, pero sin capacidad alguna de resolver el entuerto.
 Esta semana la OMS daba difusión y hacía suyo  un informe del Centro Internacional de Investigación sobre Cáncer en que evaluaba la “ carcinogeneidad” del consumo de carne roja y procesada. Según éste , tras un análisis exhaustivo de la literatura científica un grupo de 22 reputados expertos de 10 países concluyeron que la llamada carne procesada  ( embutidos, salchichas)podría causar cáncer colorrectal , sobre lo cual existiría un nivel de evidencia de grado 1. La carne roja se considera probablemente carcinógena ( grado 2A) .
Nada que no se supiera ya, pero que ha tenido la capacidad de saturar los medios de comunicación de medio mundo. A raíz de su difusión se ha puesto en funcionamiento uno de los mecanismos más poderosos de manipulación y tergiversación de la información que existe en la sociedad contemporánea: el regodeo obsceno de los medios de  información sobre la salud y sus supuestas amenazas.
No ha habido ninguno de ellos que no haya dedicado amplia cobertura a analizar con todo tipo de expertos, la gravedad de la noticia. Una cadena tan seria como la SER dedica una hora en horario de máxima audiencia a revisar la gravedad del problema; en Ondacero un supuesto experto cuya forma de expresión recuerda a Chikito de la Calzada , alerta del peligro de consumir carne, de cualquier forma y origen ( “ incluida la de caballo que hasta hay gente que la toma”). En plena exposición a lo largo de media hora parece darse cuenta de que está cargando excesivamente las tintas contra el consumo de carne y tranquiliza a sus oyentes con una afirmación memorable: “ la carne también tiene efectos bondadosos sobre el funcionalismo del hombre”. Es decir la carne puede ser tan bondadosa como la amable ancianita que acerca a los niños perdidos al autobús.
Un supuesto experto de Medicadiet ( con centros de adelgazamiento de Madrid , Barcelona y Zaragoza) es consultado en horario de máxima audiencia en un telediario para dar su pintoresca opinión al afecto. El principal coordinador del grupo de expertos , Kurt Straif, con gesto tan sonriente como desafiante, instan al público a decidir en quien confiar, la industria o nosotros”.  Como principal argumento de la fortaleza de su estudio no alega a la solidez de su metodología, sino a “ que está realizado por los mejores científicos de este campo, sin conflictos de intereses ni lazos con empresas ni otros grupos”. Como muestra de su nivel de rigor científico alude a que “este estudio tiene sentido común”. Haciendo muestra de esa enorme capacidad de anticipar el futuro, el científico Straif afirma que “ hemos comunicado claramente cuáles son las pruebas que permiten decir que esta carne produce cáncer e incluso hemos aclarado cuanto cáncer producen”, como si la generación del cáncer por consumir carne fuera un fenómeno tan mesurable como el número de croquetas que salen de un kilo de bechamel. El amigable científico asegura que el número no debe andar lejos de 34.000 sólo por cáncer de colon.
En una afirmación que le hace firme candidato al Permio Nobel ( o en su defecto al nuevo de Princesa de Asturias ,tan amante de los científicos de relumbrón) señala que “ no hemos encontrado un nivel de  consumo por debajo del cual no haya riesgo”.
Entre sus grandes contribuciones ha establecido una cifra mágica que separa una vida longeva y saludable de otra condenada a los infiernos del cáncer: 50 gramos. Por encima de esa cantidad de carne roja o ( lo que es mucho peor) procesada, uste se pondrá en grave peligro de muerte, la haber vulnerado un mandamiento clave de la nueva fe: “ no consumirás carne roja ni procesada”.
Familiares angustiados por esta grave noticia me preguntan sobre si ya puestos a asumir tal riesgo de muerte es mejor prepararla enbarbacoa , asada o frita: la OMS no tiene evidencias. También preguntan si tomarla cruda aumenta el riesgo: la OMS y sus científicos no tienen pruebas.
A la pregunta de si el riesgo es mayor en ancianos, jóvenes o aficionados del Athletic,  los expertos no saben. Tampoco tienen ni idea sobre si los que ya tienen cáncer de colon pueden seguir comiendo cáncer o deben hacerse veganos.  Y si alguien aspira a abrazar esta fe , dedicar sus esfuerzos culinarios al pollo, hincharse a boquerones  o consumir exclusivamente verduras esos expertos tan impolutos no aportan prueba alguna sobre si este tipo de dietas son mejores o peores para la salud.
Estos seres tan altruistas, venerables e íntegros, esos admirables científicos que son la única fuente de información positiva que encuentra cada día  la esforzada Pepa Bueno han desarmado el artilugio de la carne sin saber que hacer una vez despanzurrado.

Mientras tanto , el hecho de que casi cada semana, luche por su vida en medio del Mediterráneo un número equivalente al de los pasajeros de un avión comercial no parece considerarse un problema de salud aunque su mortalidad no sea despreciable. Sería interesante saber que recomiendan los carismáticos periodistas de nuestras cadenas, y los sesudos investigadores de la OMS en materia de dieta cárnica a los refugiados. Estarán satisfechos: la recomendación de los 50 gramos lo cumplen seguro.

(Viñeta de El Roto en El Pais)
Blog cortesía de Favila

2 comentarios:

  1. No hay por qué confiar en nadie. Eso es lo que no parece concebir Kurt Straif.
    No se puede confiar en la industria. Ni en la alimentaria ni en la automovilística. En ninguna. No hay agencia certificadora o acreditadora que valga. El caso Volkswagen es un buen ejemplo.
    Pero tampoco se puede confiar en la OMS ni en agencias gubernamentales. Sobran los ejemplos: gripe A, Ébola... Organización... ¿Mundial? ¿Cuál es su maldito mundo? ¿Quiénes son esos "Nosotros"? ¿Esos expertos, esos intocables?
    Porque el mundo es el de un planeta en donde demasiados se mueren de hambre, o por causa de guerras, o por infecciones o deshidratación por falta o insalubridad del agua, o, sencillamente, prematuramente por unas condiciones socioeconómicas miserables. Mucha de esa gente que malvive, que es desnutrida, sobreviviría si tuviera alimentos, incluyendo la carne.
    ¿De qué van estos becados por la Bill y Melinda Gates Foundation?
    ¿Qué clase de ciencia es ésta?
    Salvando las grandes distancias, los nazis eran también muy ecológicos, advirtieron de los riesgos del tabaco, Hitler era vegetariano, les molaba la homeopatía, admiraban a Paracelso... Muy naturales ellos.
    ¿Nos hemos vuelto todos locos para tal degeneración de lo que se llama ciencia?
    Malditos sean estos estúpidos estudios de insensatez, de sadismo inútil que no vale más que para que los más ricos y glotones sientan un cierto estremecimiento de pecado y para que quienes son criticados, la "industria", echen a la calle a unos cuantos trabajadores de esa industria alimentaria en torno a la que giran tantos puestos de trabajo, por bajar el consumo de un extraordinario alimento como es la carne.
    No estamos ante el riesgo incuestionable del tabaco (y variable individualmente). Estamos ante un riesgo extraordinariamente menor. En la práctica, estamos ante el riesgo que el propio hecho de vivir conlleva.
    Si esto es ciencia, que venga Dios y lo vea.

    ResponderEliminar
  2. Asi es Javier.
    asombra ver como supuestos científicos se apresuran a salir en cualquier medio con tal de aportar su pequeño granito de arena a la ceremonia de la admonición sobre los graves peligros de la carne
    Los pseudocientificos han sustituido a los chamanes y sacerdotes en la tarea abnegada de advertirnos de nuestra maldad intrínseca, de nuestro maldito pecado
    Y mientras como dices, la gente muere de hambre. Y mientras , nadie parece darse cuenta de que si en muchos países y en muchos suburbios la gente come hamburguesas todos los días es porque es el alimento mas barato y más cercano que tienen…aunque sea una basura

    ResponderEliminar