"He renunciado al maltrato y la indignidad, el agotamiento, la
estupidez, el despotismo, el abuso, la mala organización, la falta de planes a
medio y largo plazo, la carencia absoluta de solidaridad y profesionalidad a la
que nos somete a sus trabajadores el SNS".
Ahmed Majeed , el
Director del Departamento de
Atención Primaria y Salud Pública del Imperial College de Londres, hacía esta
semana un comentario sobre el nuevo sistema de financiamiento de la atención
primaria en Inglaterra. Y señalaba que el principal problema que ésta tiene, y
que no está considerando ningún modelo de financiamiento, es la absoluta
desproporción entre carga de trabajo y fondos: lo que llevan haciendo todos los
sistemas desde hace décadas es reestructurar o reorganizar el reparto de fondos
congelados, generalmente ligados a sistemas de incentivos de efectividad no
demostrada. Pero no afronta el problema sustancial: cada año el nuevo gobierno
exige un esfuerzo extra, en forma de nuevo servicio, ampliación de horario, mayor accesibilidad. Y los usuarios del sistema, a su vez, exigen cada vez más inmediatez, menos espera, por peregrina o absurda que sea
su demanda.
A pesar de esta
absurda situación los gobiernos siguen ofreciendo más y más a la ciudadanía (
el voto manda) y exprimiendo más y más a sus profesionales. Ayer publicaba TheGuardian que el gobierno británico no tiene ni los recursos ni el personal
suficiente para poder cumplir sus promesa de dar servicios de 24 horas 7 días a
la semana a la población inglesa, la gran oferta electoral de los conservadores en
las pasadas elecciones. El mayor peligro de los 13 grandes riesgos que el
propio gobierno identifica es precisamente la generación de un aumento de la
sobrecarga de los profesionales, señalando a los médicos como la principal
barrera para su promesa electoral, puesto que “ellos no creen en el cambio”.La
necesidad de recursos suplementarios que había sido reivindicado por la
profesión médica y que generó la primera gran huelga en años de los residentes
británicos, ha sido sistemáticamente ignorada por el gobierno de Cameron. Es
cierto que el Ministro de sanidad británico ha prometido cerca de
10 billones de libras para el desarrollo del plan. Pero como señala Chris Ham,
el director del Kings Fund, “ no es creíble argumentar que es posible
satisfacer las demandas crecientes de servicios, manteniendo los estándares de
calidad actualmente existentes y además prestar nuevos servicios como los
servicios de 24 horas, con el presupuesto actual."
Grave, casi
desesperada, debe ser la situación, cuando alguien tan poco llamado a la
demagogia como Majeed, uno de los más prestigiosos profesores de Atención
primaria británica, comienza a considerar el sistema de financiamiento para la atención primaria basado en
capitación ( y que ha permanecido casi inalterable durante un siglo) algo
obsoleto, útil en el siglo XX pero incapaz de responder a las necesidades del
siglo XXI. Y llega a proponer uno nuevo basado en la carga de trabajo real , en
el que “ cualquier trabajo realizado por los centros de atención primaria ( ya
sea generado por el propio gobierno , por las demandas de los pacientes o por
transferencia de servicios hospitalarios hacia la atención primaria) deberá ser
pagado a su coste completo”. Algo que es
propio de sistema sanitarios de predominio privado, como el americano o
el alemán, y que suponían la antítesis a los fundamentos del modelo inglés.
Majeed reconoce las críticas a financiar por actividad, puesto que
inevitablemente determinan un aumento de los costes administrativos a la vez
que incrementan los costos globales del sistema. Pero persistir en un modelo en
que se pretende aumentar sin fin los servicios, ante cualquier demanda, en
cualquier momento, de una población cada vez más mediatizada solo lleva a empeorar
el acceso , deteriorar los servicios y exacerbar los problemas de captación y
permanencia de los profesionales.
En España los
diferentes gobiernos autonómicos siguen una deriva muy parecida a la inglesa: con cada
elección cada gobierno regional promete nuevos servicios, a cualquier hora del
día o de la noche, sin cuestionar nunca que no es aceptable, permisible ni
equitativo satisfacer cualquier demanda ciudadana por imbécil que sea. Un
sistema sanitario no es el Corte Inglés , entre otras razones porque no hay
presupuesto que pueda dar respuesta a todo lo que la gente quiere.
Hace unos días
alguien con el nivel de compromiso y experiencia de Mónica Lalanda decía ¡basta¡ al continuo desbordamiento que sufre cada día en la urgencia donde trabajaba, y
en especial al maltrato e indiferencia de los que dirigen su organización.
Las más de 80.000
visitas al post donde informaba de su decisión da a entender que éste no es un
problema menor.
Algún día los
políticos sanitarios deberían aceptar que la respuesta servil a cualquier
demanda ciudadana ( aunque sea absurda o abusiva) no es compatible con el
mantenimiento de un sistema sanitario público de calidad. Y a la vez, que aunque les consideren “improductivos e
ineficientes” ningún servicio sanitario puede prestarse aún sin profesionales.
Y los están quemando.
(Foto: listado de pacientes en una consulta de atención primaria un lunes cualquiera; en ocasiones cada 3 minutos. Tomado de la cuenta de Twitter de la Pati)
"No existe virtualmente ningún límite a la cantidad de cuidados médicos de los que se puede beneficiar un individuo. No se trata únicamente de un aumento enorme y veloz de los problemas clínicos que son susceptibles de tratamiento. También existe una enorme variabilidad en la calidad de los tratamientos de estas condiciones ... No existe un problema clínico, desde los más triviales a los más graves, que no sea susceptible de diferentes tratamientos que bajo distintas circunstancias determinan un amplio rango de habilidades, confort, cuidados, privacidad, eficiencia, y demás."
ResponderEliminar"[Por último,] existe el efecto multiplicador del tratamiento médico exitoso. La mejora de la supervivencia conduce a unas vidas que requieren más cuidados médicos. Si la calidad de las vidas preservadas a partir de los avances médicos es de peor calidad (médicamente hablando), las exigencias serán de mayor intensidad. En resumen, el hambre de tratamiento médico vient en mangeant"
Enoch Powell (1912-98), controvertido político, lingüista y poeta,
y Ministro de Salud Británico (1960-1963) en Medicine and Politics (1966)
Mil gracias Israel. Con tu permiso lo publicare en un post
EliminarSaludos y gracias de nuevo
En primer lugar, muchas gracias por este artículo. Realmente, croo que los responsables políticos y directivos conocen perfectamente el creciente desencanto existente entre los profesionales de la atención primaria. La mera existencia de las redes sociales facilita la difusión de fenómenos que probablemente antes pasaban más desapercibidos. Realmente, lo que me suscita dudas es sobre las medidas que se plantean tomar. Tiendo a pensar cada vez más que la ausencia de medidas es la estrategia que están tomando. Posiblemente piensen que, aunque haya un gran desencanto, los profesionales seguiremos dando lo mejor que tenemos y que, en todo caso, profesionales procedentes de países más desfavorecidos que España, podrían sustituir a lo españoles que decidan buscar mejores lugares donde desarrollarse. Soy médico de familia con cerca de 30 años de ejercicio, que cuando terminó el MIR, tenía una extraordinaria ilusión por el proyecto de AP que se abría ante mis ojos. Me sigue encantando mi profesión y sigo tutorizando a residentes pero no espero ningún cambio ni reforma para la AP en los ocho años que me quedan de actividad profesional ni en España ni en Andalucía, donde trabajo. La supuesta eficiencia del sistema, en mi modesto entender, es esencialmente derivada de los bajos salarios. Realmente, este es un problema general de la productividad en la inmensa mayoría de las empresas españolas. Así que "sobreviviré" lo mejor que pueda porque no espero ya nada más allá de la satisfacción que me da el intentar ayudar a mis pacientes en colaboración con la magnífica enfermera con la que comparto cupo y, desde luego, mis tareas docentes.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Daniel Benítez
El ciudadano está preparado para participar en la gestión de los servicios sanitarios, incluso para recortar servicios y/o "adecuarlos", el problema está en que esto genera compromiso en la otra parte ¿nuestros políticos van a soportar el envite al compromiso en la gestión, sobre todo en la transparencia, que esto supone en sus planes? O van a buscar el voto fácil, como siempre.
ResponderEliminarCreo que la sociedad está preparada para participar, el sistema político que nos hemos dado se autodefiende de sus amenazas, una situación parecida a la de la película Matrix.
Si, esto se parece cada vez más a Matrix. El problema es que muchos prefieren rehuir la píldora del mundo real.
ResponderEliminarOptar por éste supone un sacrificio evidente, y mucho más trabajo que seguir en la desidia