“La
medicina personalizada es definitivamente el objetivo. Pero la tecnología no
siempre es necesaria para obtenerla”
Margaret
McCartney
En la
dicotomía que establecía Abel Novoa hace una semana entre naturalistas y escépticos
en función de su posición respecto a las tecnologías ( tal vez una versión de
los Apocalípticos e integrados de Umberto Eco), me resulta muy difícil
posicionarme. Yo tampoco estoy en contra de “todas” las tecnologías, puesto que
comparto el concepto de tecnología que definía Rogers ( cualquier instrumento
que sirva para reducir la incertidumbre entre causa y efecto).
Porque creo
que nuestro papel es precisamente ese, ser reductores de la incertidumbre, hasta
acercarnos todo lo posible a una posible certeza que permita solucionar,
aliviar o compartir el problema que aqueja al paciente. Sin duda el electrocardiograma
es una gran tecnología ( si se pone a disposición de los médicos de familia de todo
el mundo), como lo es también la ecografía si se adquieren habilidades expertas
de interpretación. Pero también es tecnología la escucha, aunque de nuevo se me
ponen los pelos de punta cuando se insinúa que algo como eso también puede ser
susceptible de diseñar, programar,, estandarizar y evaluar ( por muy experto
que sea el sabio que realice este proceso).
Quizá
un ejemplo pueda explicar mejor cuales son las tecnologías, o mejor dicho los
abordajes sobre las tecnologías que me parecen peligrosos, y ante los cuales sí
defiendo ese rol del generalista de protector de las personas y las sociedades
de las que forman parte éstas) frente a la aplicación desmedida de las mismas.
Hace
unos días la prensa informaba de que el grupo del Partido Socialista
(PSOE) había presentado en el congreso
una proposición no de ley, emplazando al gobierno a elaborar ( eso sí, de forma
consensuada) una Estrategia Nacional de Medicina Personalizada y de Precisión.
Parece ser que una vez pasada ya la euforia que generó la multiplicación de “planes
y preces” sobre ese palabro llamado “Cronicidad”, se precisa de nuevos “planes”,
“innovativos” y “tecnológicos” con los que dar de comer la insaciable necesidad
de novedades de nuestra sociedad en materia sanitaria.
Según
cuenta El Periódico, para estos socialistas “esta medicina (sic) permitirá
mejorar los resultados clínicos, mejorando los tratamientos, con lo que se
podrá atender a los enfermos de forma más individualizada, teniendo en cuenta
sus características específicas y propias, al tiempo que los situará "en
el centro de la acción del sistema sanitario”.
Una
nueva "medicina" que sólo por su redacción, recuerda lejanamente la forma en
que los Cheyenne denominaban las nuevas “tecnologías” de los blancos en el siglo XIX: “gran medicina” podría referirse al
whiskey, al rifle o al caballo de hierro, algo a mitad de camino entre la
realidad y la brujería.
Esta
nueva “medicina” ( personalizada y precisa) permitirá por fin colocar también
al paciente (“específico y propio”) en el centro del sistema, sin haberse darse cuenta de
que este lugar está ya bastante atestado entre el paciente-eje-del sistema ( paciente
genérico, no personalizado) y la “Atención primaria-centro del sistema” ( otro
clásico de la ideología socialista).
En su
peculiar visión de la cuadratura del círculo los socialistas argumentan, de
forma entrañable, que gracias a la MPP ( Medicina Personalizada y de Precisión)
se conseguirá el Triple Objetivo: mejorar los
resultados clínicos, apostar por la I+D+ i( otro de los tótems de
nuestro tiempo) y además “racionalizar el gasto por lo que incide en la
sostenibilidad del sistema”.
Es sin duda encomiable su entusiasmo, pero
ninguna de los tres Objetivos (que harán palidecer de envidia a Don Berwick en
su Triple Objetivo de un sistema sanitario), está demostrado.
Obviamente
esta gente que presenta alegremente Proposiciones no de Ley (PNL) no leen. Si
simplemente echaran un vistazo al BMJ quizá hubieran leído el artículo de la
siempre clarividente Margaret McCartney respecto a algo parecido a lo que
quiere impulsar aquí el Grupo Socialista. Se llama Catapult Precision Medicine
nade menos y es el Programa financiado por el gobierno británico para impulsar
este nueva “Tecnología” (de las de verdad).
Escribe McCartney: “Big Data, genoma, grandes poblaciones, y
tecnología son una mezcla atrayente; una que es predicada con estilo y salero,
pero a menudo con poco análisis crítico".
Fascinados por las “cuentas de colores” con las que se viste
el genoma humano, el grupo socialista (
y pronto el resto de los grupos), las televisiones de todo signo y los periódicos “independientes” incrementarán su presión
para disponer pronto de ellas entre sus abalorios.
El pequeño problema que tiene la MPP es que sus hallazgos se
están comercializando y promocionando desde todo tipo de fuentes y agentes sin
conocer realmente cuáles son sus resultados. Y este tipo de “Tecnologías”
( de las de "verdad") están claramente
expuestas, como escribe McCartney, a los
riesgos de la escasa sensibilidad, el diagnóstico precoz o el sobrediagnóstico,
las falsas alarmas y los inevitables conflictos de interés. Además de que los
clínicos tendemos a sobreestimar los beneficios de los tratamientos e
infravalorar sus riesgos como demostraron recientemente Hoffman y colegas.
De forma que al final puede que los gobiernos acaben “financiando el uso de productos de dudoso valor”. Todo ello cuando, tanto en Reino Unido como en esapañ se
reduce el gasto público en salud.
No hay duda de la necesidad de medicina personalizada.Pero
para ella no es necesaria ni la genómica ni el Big data. Basta con hablar y
escuchar ( como dice McCartney). Dos tecnologías ( pero de las de mentira)
PD: de salir adelante la PNL, y para no ser menos que los ingleses, propongo que se llame "Torpedo Personalizado y Preciso " en honor de Chiquito de la Calzada
¡Me apunto a tu propuesta de denominación: "Torpedo Personalizado y Preciso" (y al homenaje a Chiquito de la Calzada)! ¡Genial!
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio
EliminarChiquito podria dar muchas lecciones a tanto pro-hombre de la innovación
Resulta asombrosa la forma acrítica con la que se llega a solicitar una "Estrategia Nacional de Medicina Personalizada y de Precisión" cuando tanto el propio término "Medicina de precisión" (PM) como sus efectos requieren un debate, tal como se indica en el trabajo "Conceptual and terminological confusion around personalised medicine: a coping strategy" https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4950113/
ResponderEliminarEn dicho trabajo se concluye que: "Lo que está en disputa no son meros desacuerdos terminológicos, sino diferentes valores, ideales y asignaciónes de poder y recursos. La pregunta "¿Qué es PM?" No se puede separar de preguntas como "¿Quién aporta qué a PM?", "¿Quién está marcando la agenda?", "¿Quién ha sido excluido?", "¿Quién recibe qué?". Ninguna de estas preguntas se ha resuelto aún y, por lo tanto, nos parece que, en lugar de tratar de definir un concepto elusivo, valdría la pena cartografiar las aspiraciones e intereses de las partes interesadas y tratar de contribuir a que las negociaciones sobre el futuro de las PM sean tan justas y transparente como sea posible".
Es curioso como se pide en concreto una Estrategia Nacional de "Medicina Personalizada y de Precisión" cuando tanto el término MP como sus consecuencias requieren un debate.
ResponderEliminarEso es lo que se plantea en el trabajo "Conceptual and terminological confusion around personalised medicine: a coping strategy" https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4950113/
En sus conclusiones indica que: "Lo que está en disputa no son meros desacuerdos terminológicos, sino diferentes valores, ideales y asignaciones de poder y recursos. La pregunta "¿Qué es PM?" No se puede separar de preguntas como "¿Quién aporta qué a PM?", "¿Quién está marcando la agenda?", "¿Quién ha sido excluido?", "¿Quién recibe qué?". Ninguna de estas preguntas se ha resuelto aún y, por lo tanto, nos parece que, en lugar de tratar de definir un concepto elusivo, valdría la pena cartografiar las aspiraciones e intereses de las partes interesadas y tratar de contribuir a que las negociaciones sobre el futuro de las PM sean tan justas y transparente como sea posible".
Javier García León
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ResponderEliminarJavier, tu comentario es mucho mejor que mi texto. No tengo ni una palabra que añadir a un planteamiento tan razonable y argumentado.
ResponderEliminarLa referencia es clave además
Un abrazo
Tus palabras me han recordado la visión que augura Yuval Harari (Homo Deus): en el siglo XXI, por primera vez en la historia la economía principal dejarán de ser las herramientas, los vehículos, las armas, los alimentos, los materiales textiles. El producto principal de la economía serán cuerpos, cerebros y mentes. Los humanos cambiarán más allá de todo reconocimiento. Así que podemos decir que somos una de las últimas generaciones de Homo Sapiens. Igual la Medicina Personalizada y de Precisión es una sagaz visión de la medicina de los futuros seres de la especie Homo. Dentro de doscientos años serás recordado como uno de los últimos obstáculos que hubo que amordazar. Saludos.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Pedro. realmente creo que nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto como decia la pelicula de Diaz Yanes. pero sí que parece que estamos destinados a desaparecer, como especula Harari, si no somos capaces de reaccionar
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