En el post anterior se comentaba el editorial de Wynia en JAMA a propósito del profesionalismo. Dicho editorial comentaba un trabajo en el mismo número de la revista de Catherine des Roches y colaboradores, en el que analizan las percepciones y opiniones de una muestra representativa de 2938 médicos americanos de siete grandes especialidades ( medicina de familia, psiquiatría, cardiología, medicina interna, cirugía general,anestesia y pediatría) respecto a sus creencias y conducta ,con respecto a un posible colega con el que trabajan y que puede manifestar signos evidentes de incompetencia.
El 64% de los encuestados está de acuerdo, genéricamente, con que deben reportarse los casos en que un colega es manifiestamente incompetente para realizar su trabajo.Pero solo el 69% considera que está preparado para hacerlo. Solamente un 17% habían tenido contacto con casos evidentes de incompetencia, de los cuales solo el 67% lo habían reportado a la autoridad competente.
Es decir, una cosa es decir en el café que mengano no está en condiciones de ver pacientes, y otra cosa muy distinta es hacer algo al respecto.
Pero como bien dice Wyntia en su editorial, uno de los pilares básicos del profesionalismo es la propia autoregulación entre los pares. Difícilmente puede ejercerse ésta cuando únicamente la utilizamos en los aspectos más fáciles o gratificantes, mirando para otro lado cuando "pintan bastos".
El estudio pone de manifiesto obviamente lo complejo que es en el ejercicio de la medicina actual, así como el poder ejercer mecanismos coherentes y comprometidos de autoregulación. Para ello, se precisa realizar además un cuidadoso trabajo a largo plazo, en el que deberán jugar un papel importante aspectos como la inclusión de los contenidos del profesionalismo en la formación de los médicos, en el desarrollo de los sistemas de desarrollo profesional, y en los sistemas de monitorización y evaluación.
Por supuesto, el estudio es dificilmente extrapolable al sistema sanitario español, donde los médicos dependen para su control fundamentalmente del servicio sanitario al que pertenecen.
Pero es evidente que , si se quiere avanzar en modelos "reales" y no teóricos para el establecimiento de un nuevo profesionalismo, es necesario reflexionar sobre todos los aspectos de éste, en especial los más complicados de ejercer. De lo contrario, nos estaremos engañando, una vez más , a nosotros mismos, con supuestas innovaciones ( en este caso "profesionales") que no significan nada.
Foto: cartel publicitario de El Angel Ebrio de Kurosawa, donde se toca el tema del médico alcohólico
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