lunes, 1 de noviembre de 2010

Cuando las barbas de tu vecino...

"Gran parte de lo que hoy nos parece natural data de la década de 1980: la obsesión por la creación de riqueza, el culto a la privatización y el sector privado. Y sobre todo la retórica que los acompaña: una admiracióón acrítica por los mercados no regulados, el desprecio por el sector público, la ilusión del crecimiento infinito"
Algo va mal. Tony Judt . 2010 

Ayer domingo el aspirante a presidente del gobierno Mariano Rajoy defendía el conjunto de reformas del primer ministro británico David Cameron como el modelo a seguir: " El plan de Cameron da confianza; yo haría algo similar en España. No deja de ser normal. Al fin y al cabo ambos son conservadores .Lo que no es tan normal es que un candidato a presidente de gobierno, en la entrevista del medio de comunicación más influyente de España, sea capaz de decir eso sin conocer prácticamente el plan ( como por ejemplo la medida de reducir medio millón de puestos de trabajo) y defendiéndolo con argumentos del gran Pero Grullo ( "el plan de Cameron produce más crecimento y empleo porque transmite ideas claras, transmite que lo que hace, porque se lo cree y por tanto genera confianza", sic). Tenemos lo que tenemos y ésta es la alternativa. Susto o muerte.
Las cosas en el Reino Unido dejan de estar claras con las reformas conservadoras. Un día antes a la entrevista ( está claro que Rajoy no lee el British) el  BMJ dedicaba su artillería pesada a analizar éstas. Y los signos no pueden ser más preocupantes.
Las reformas de Cameron suponen el mayor recorte desde 1950, cuando el NHS era algo muy diferente, y significativamente menos complejo ( en tecnología, envejecimiento poblacional y demandas de la población por ejemplo). Uno de los editores de la revista , Tony Delamothe, comienza el Editor's choice con la famosa cita ( atribuida desde Gandhi a Dostoievski) de que  " uno puede juzgar a una sociedad por la forma en que trata a los más débiles".  Es cierto que aparentemente el recorte afecta mucho menos a sanidad que a otras partidas, pero ( como señala David Hunter en un editorial) el crecimiento anual del NHS (que andaba alrededor del 6%) deberá reducirse al 0.4% en los próximos cuatro años. La cuestión es si un recorte tan grande y tan rápido no tendrá consecuencias para la propia recuperación economica.
Porque aunque los recortes afecten a otras partidas ( bienestar, prestaciones por incapacidad, atención a  la infancia o vivienda)  es muy probable que la desaparición de las mismas tenga consecuencias sobre el NHS,aumentando la presión sobre los servicios sanitarios en una situación de financiación escasa. Ya veíamos hace unos días que, según el informe del Institute for Fiscal Studies, los recortes afectarán de forma más intensa a la mitad más pobre del Reino Unido, y es sabido que abrir la tijera de las diferencias entre ricos y pobres empeora la salud de las sociedades. Como decía Michael Marmot "la austeridad necesita no reducir el estado de bienestar, más bien lo contrario".
Además, parece que serán las familias con hijos los que más pierdan proporcionalmente con las medidas ( 6.7% frente al 2.9% de los pensionistas y 2.3% de las familias sin hijos), y si se analiza por género, del corte de los 16 billones ( ingleses) de libras 11 vendría del bolsillo de las mujeres y 5 de los hombres.
Por otro lado, las habituales llamadas a la mejora de la productividad y al rediseño del sistema dificilmente podrían producirse en un escenario de presiones crecientes de atención sobre el NHS con recursos cada vez menores, como señalaba recientemente el informe de la Kings Fund de Dixon y Ham.
Muchos de las 500.000 empleos que se verán reducidos afectarán a servicios sociales según indica el trabajo de Nick Timmins , el editor del Financial Times, quien considera que el resultado final de una agravamiento de la crisis podría llevar a cuestionar si los servicios sanitarios pueden sobrevivir en un sistema nacional financiado de forma universal por impuestos y prácticamente gratuito en el lugar en que se produce la asistencia.Algo sobre lo que se intensifican los bombardeos de los adalides de las políticas que nos traído hasta aquí.
Leer el número de esta semana del British produce la misma sensación que asomarse a un precipicio, y comprobar que la situación a la que deberán enfrentarse  los estados en los próximos años es una simal. Uno, que es un profundo ignorante en esta materia , se sigue preguntando cómo es posible que ante ello sean tan frívolos los políticos

2 comentarios:

  1. Excelente síntesis , Sergio, la haré circular, si no tienes inconveniente , ya que los profesionales sanitarios debemos ser conscientes de lo que nos espera. Precisamente el sábado estuve hablando con un compañero que tiene un hijo viviendo en Londres , su esposa, dos hijos , trabaja en uno de los ayuntamientos del Gran Londres.
    Estan acojonados ante lo que puede suceder y lo que pueden suponerles las nuevas medidas económicas y la poca respuesta de la población . Parece que la alarma está más entre los comentaristas políticos que entre los mismos afectados. El mismo Tony Judt, tal como reflejabas en un post reciente y Josep Ramoneda en su último libro señalan la indiferencia como uno de los mayores peligros para mantener los valores de nuestra sociedad occidental que tanto esfuerzo y dolor costaron a generaciones anteriores .
    un abrazo.
    Antoni Agustí.

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  2. Muchas gracias Antoni.
    Si, es cierto que lo más preocupante es la indiferencia de la mayor parte de la gente. Pero la situación dista de estar solucionada, y por desgracia los que saben parecen augurar tiempos aún peores. Para estar preocupados y no para estar mirando hacia otro lado
    Un abrazo

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