viernes, 12 de mayo de 2017

El descalabro



Saltó la sorpresa.Según cuentan los eruditos de la elección de plazas MIR, la medicina de familia se ha dado un “batacazo”en la edición de este año, la peor desde hace tiempo. No interesa a casi ningún recién licenciado en medicina esta especialidad romántica de “médico de las personas”, que lo mismo atienden un catarro que pide el colesterol a la abuela de 90 años, ilusos que aspiran a dar una charla en los colegios sobre preservativos, pero que nunca lo harán, porque antes tendrán que ver a 50 pacientes, ir a tres domicilios y rellenar todo tipo de ventanas y ventanas de la historia clínica. En síntesis, lo que refleja la magnífica viñeta de Mónica Lalanda.
Entre los médicos de familia hay gente que se sigue extrañando: ¿pero cómo es posible con todo lo que hacemos y contamos en nuestros congresos?.Y rápidamente se pasa a enunciar las consabidas razones que justifican ese monumental desprecio: “los estudiantes no conocen la Primaria, pero cuando la conocen les encanta”, “las condiciones de trabajo son desastrosas”, “ el médico de familia no ocupa grandes titulares”.
Con ese panorama lo que habría que hacer es preguntar cómo han tenido una idea tan estrafalaria  los 11 insensatos que tuvieron la delirante idea de elegir medicina de familia entre los mil primeros aspirantes, pudiendo elegir especialidades de tronío, consulta privada y tal vez trasplante de núcleo caudado vía retronasal ( con entrevista de Ana Blanco garantizada).
Las asociaciones profesionales españolas, tan radicales, reclaman medidas contundentes: algo tan concreto como “discriminación positiva” hacia la Atención primaria en materia presupuestaria, o incluso “incrementar paulatinamente la parte del presupuesto sanitario dedicado al primer nivel asistencial hasta llegar al 25 por ciento del total” como pide el Foro de la Médicos de Atención primaria. Paulatino, por Dios, no se vaya a molestar alguien.
Ya sabemos que no es deber de ellas pelear con uñas y dientes por recuperar la dignidad de la Atención primaria. Los sindicatos están para reivindicar mejoras de sueldo (a ser posible “más por menos”).Las sociedades científicas son científicas, y por ello no deben alejarse mucho de talleres para aprender cómo hacer ecografías o cálculos de riesgo vascular con tablas cada vez más modernas que no sirven para nada. Y los colegios ya sabemos que están para velar por el cumplimiento estricto de los principios deontológicos.
Organizaciones que nadie discute que cumplan un papel imprescindible, ya sea la garanttía de condiciones laborales dignas, la mejora del conocimiento científico o la salvaguarda del buen ejercicio profesional, pero que , por desgracia, cada vez parecen más interesadas en mantener el status quo, que en abordar los gravísimos problemas que tiene la Atención primaria en  España: organizaciones en que se desincentiva la confrontación de ideas y proyectos, donde las candidaturas son únicas ( y se miran con recelo las alternativas),y generalmente endogámicas. Instituciones en que el sistema de elección sigue siendo por “compromisarios” ( como el Madrid de Florentino), o en las que se ponen todo tipo de trabas para que la gente pueda simplemente votar. Raúl Calvo comentaba hace unos días en Twitter que en las elecciones al Colegio de Médicos de Toledo solo hay una urna en el colegio de Toledo y otra en Talavera, no existiendo ninguna  en ningún hospital o centro de salud. Situación similar se ha tolerado en Madrid también, y en otras provincias durante décadas, sin que pasara absolutamente nada.
Raúl forma parte de una candidatura alternativa a la “clásica”. Solo hace falta leer lo que escribe en su indispensable Médico en la cabecera para entender qué tipo de persona es: de esas que generarían interés por la profesión a casi cualquier estudiante que pasara por su consulta.  Que es capaz de dar un paso al frente para poder cambiar las cosa.
Se podrían cambiar. Pero para ello necesitaríamos tener colegios y organizaciones como el Royal College of General Practitioners, un colegio profesional que, cuando las cosas se pusieron turbias en Reino Unido en la misma fecha que en España ( 2012), salieron a la calle con un Manifiesto en que solicitaban cosas tan razonables y concretas como la contratación de 8000 nuevos médicos generales al acabar la legislatura ( más un número similar de enfermeras de distrito, matronas y otros profesionales de la salud), incentivos monetarios a los estudiantes para especializarse como médico general (incluso el pago de las deudas por estudios, si se comprometían a trabajar en áreas deprimidas), incremento del presupuesto de un 3% en un año y dedicado expresamente a atender a los pacientes (y no a la gestión y sus derivas), no imponer objetivos artificiales de actividad y replantear radicalmente el sistema de incentivos. Y lo consiguieron en muchos casos.
Mientras sigamos con las actitudes contemporizadoras y “razonables” de estas dos últimas décadas, sin luchar por lo que haría a la medicina de familia atractiva, continuará decreciendo el número de estudiantes que se deciden temerariamente a hacer la especialidad. Hasta que no quede ninguno

Imagen. obtenida del blog casi médicos

10 comentarios:

  1. Creo que soy más pesimista, pero quizá mas realista que tú, Sergio. Lo siento.
    Sé que las comparaciones son odiosas pero haré una de ellas, aunque quizá escandalice: nos quedamos sin médicos y sin curas. Dicho de otro modo, nos quedamos sin vocaciones.
    Se necesita vocación, una palabra en desuso, para hacerse bombero o artista. También para ser médico, en el sentido convencional, de atender pacientes (aclaro una vez más que no es mi caso ya que mi relación con ellos es muy indirecta, a través del análisis de sus sangres).
    Podrá decirse y con razón que Medicina es la carrera más demandada, pero eso es distinto a querer ser médico. Por supuesto, hay excelentes profesionales absolutamente vocados a la atención al paciente, dentro de cualquier especialidad hospitalaria, pero la elección MIR parece mostrar que no prima, en general, lo vocacional, sino mas bien el brillo técnico, el prestigio social ofertado y el factor económico, todos ellos absolutamente legítimos.
    Creo que lo que ocurre con Atención Primaria refleja simplemente la falta de vocación por la Medicina misma; de no ser así, las estadísticas no serían tan llamativas. El caso es que tenemos un problema con la A. Primaria. ¿Se resolverá con esa “discriminación positiva? Mala solución sería, desde mi punto de vista. Sería corregir una desviación con otra en sentido contrario.
    ¿Qué hacer, pues? Tal vez sería bueno realzar lo que la Medicina debe ser, una vocación de servicio. Y eso procede hacerlo ya en la educación básica y, al acabar ésta, tomar una medida que me parece esencial: prescindir de la maldita nota de corte para entrar en la carrera. Tampoco estaría de más recuperar el estudio en sentido auténtico, de libros y experiencias de otros, buscando el saber que será necesario en el encuentro clínico, en vez de cursos “acreditados” y congresos inútiles que sólo tienen interés curricular y están alejados de la realidad.

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    1. Buenísima respuesta. No había reflexionado desde ese punto de vista pero creo que has dado con la clave. Se escoge Medicina hoy en dia porque si eres de lis que tiene las notas má altas "es una pena no cogerlo"... Otra cosa es que luego les guste "ser médico" y tratar con las personas. Y la Medicina de Familia es la esencia de ser médico, es estar junto al paciente y du familia, y para eso te tiene que gustar...y mucho. Totalmente de acuerdo.
      Firmado: Carmen M. Jiménez Herrera
      Médico de Familia.

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    2. Buenísima respuesta. No había reflexionado desde ese punto de vista pero creo que has dado con la clave. Se escoge Medicina hoy en dia porque si eres de lis que tiene las notas má altas "es una pena no cogerlo"... Otra cosa es que luego les guste "ser médico" y tratar con las personas. Y la Medicina de Familia es la esencia de ser médico, es estar junto al paciente y du familia, y para eso te tiene que gustar...y mucho. Totalmente de acuerdo.
      Firmado: Carmen M. Jiménez Herrera
      Médico de Familia.

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    3. Muchas gracias. Sí. "Tiene que gustar y mucho".

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    4. A mi juicio, una cosa es tener vocación (comparto la trascendencia de la misma) y otra cosa es la situación del desempeño de la profesión, las condiciones de trabajo, fundamentalmente el tiempo para atender a los pacientes. Soy tutor de residentes de medicina de familia y este aspecto es el que más desilusiona a los residentes y a los estudiante de medicina, al menos en mi experiencia, con más de 30 años de ejercicio profesional.

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  2. No nos damos cuenta de que lo que ha cambiado es la sociedad. Con pocos dias de diferencia murieron en enero John Berger y Bauman. El escritor británico reflejo el modelo de médico de una sociedad que salía de la pobreza y valoraba el bien comun y la solidaridad. Bauman ha descrito la disolución de este modelo social que conlleva también la perdida de protagonismo del modelo de atención primaria nacido en los cincuenta

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  4. Considero que hay un aspecto clave que sobrepasa el deseo de éxito y de reconocimiento social y económico... y es el hecho de poder trabajar dentro del ámbito hospitalario en lugar de hacerlo en un Centro de Salud (cosa que, por otra parte, gran cantidad de estudiantes prefieren, pero no todos, como es comprensible).

    Y es que es importante entender que dentro del Sistema Sanitario existen dos ambientes claramente diferenciados: el hospitalario y el del Centro de Salud.

    La mayoría de nosotros nos sentimos más atraídos por el primero, y justifico con esto (tras conocer ambos lugares de primera mano, lo puedo asegurar) lo que nos motiva más a elegir una u otra opción.

    Soy médico, y he conocido y conozco a muchas personas dentro del oficio y en el "pre-oficio" que se han sacrificado, como yo, para serlo. No considero que la Medicina pueda ser una carrera en la que la finalidad sea el éxito económico (ya les puedo asegurar que se conseguiría mucho antes en otras ramas del conocimiento), sino que hay que poseer lo que denomino un "espíritu interno" en el deseo de ayudar a la gente, haciéndolo de una forma o de otra. Hay pocas ramas dentro de la Medicina donde no se tenga contacto con el paciente para ayudarle directamente (y éstas son igualmente necesarias para, indirectamente, conseguir ayudar al mismo en el proceso de recuperación de la salud), por lo que existen ramas clínicas tales como Medicina Interna, Nefrología, Endocrinología, Psiquiatría... que tienen igual contacto con la gente que la Medicina de Familia (por lo que ésto no es algo muy a tener en cuenta a la hora de escogerla).

    Como conclusión, debo reafirmarme en que no es tanto el objetivo del éxito ni el trato con el paciente lo que justifica la "caída" de la Medicina de Familia. Es el ámbito en el que preferimos trabajar.

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  6. Aun estando de acuerdo con todo lo que planteas, Sergio (¡y cómo no!), me animo a introducir otra variable que tiene que ver con eso de la vocación...Quizás, aunque suene a algunos utópico, hay quienes no hayan elegido medicina familiar y comunitaria como especialidad en este año por falta de tutorxs en los centros de salud en los que habían pensado formarse. Me explico, con algo que me ronda la cabeza desde hace unos días y me da bastante pena: sé que algunos de los centros de salud en los que a mí me hubiese gustado formarme en Zaragoza (por la calidad de sus tutoras, por su trabajo con Equipo de Atención primaria, por su experiencia comunitaria, por sus labores de investigación, etc) este año no tienen tutorxs disponibles. Me da pena, no sé si en unos pocos años se convertirá en un drama. La precariedad sanitaria, la falta de equipos intergeneracionales, tiene también sus consecuencias en la formación de lxs futurxs médicxs de familia y comunitarixs.
    Queremos tener una formación fuera de los hospitales, pero cada vez parece más difícil. Ser tutor(a) debe de ser tan enriquecedor como cansado y los centros docentes cada vez cuentan con menos profesionales dispuestxs a acompañar durante 4 años a un/a residente. Elegir dónde formarte en función del centro de salud y no según el hospital de referencia (factor de elección que a mí me parece fundamental), parece que se complica. Quienes podríamos ser tutorxs (por las cualidades o capcidades que queramos considerar, quizás bastaría con querer), no tenemos acceso a esa labor docente (bien sea por las condiciones del empleo, bien por trabajar en centros no docentes); quienes trabajan en centros docentes están tan saturadxs que quizás no tengan ya energías para serlo.
    Por eso, quizás, elegir otra especialidad o ninguna- y dedicarte a vivir un poco la vida tras la carrera y el MIR, que tampoco está mal como formación- hasta no poder formarte en el mejor espacio posible, ¿no?

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