domingo, 7 de junio de 2009

Fuego en el cuerpo


At night I wake up with my sheets soaking wet
And a freight train running through the middle of my head
Only you can cool my desire
Oh baby I'm on fire
Bruce Springsteen,I'm on fire. Born in the USA,1984.


Se cumplen las bodas de plata de la publicación del considerado por la BBC "mejor album de la historia del rock", del que se han vendido más de 15 millones de copias. Aunque siempre será discutible la elección de mejor disco de la historia, sí que parece al menos que Springsteen ya puso entonces el dedo en la llaga respecto a la la influencia de la excitación sexual en nuestras decisiones: desde el chantaje brutal sufrido por Sussane Klatten, una de las mayores fortunas del mundo según Forbes, hasta el circo berlusconiano tan de actualidad,el sexo puede modificar el futuro de cualquier carrera brillante. Aquella magnífica película de Lawrence Kasdan, Body heat, ponía de manifiesto como la pasión puede arruinarte la vida.
Dan Ariely, el brillante investigador del MIT (Massachussets institute of Tchnology) lleva tiempo estudiando el asunto.En 2006 publicó un rompedor artículo en Journal of Behavioral decision making titulado " The heat of the moment: The effect of Sexual Arousal on Sexual Decision Making". Un artículo semejante sería casi imposible publicar en una de nuestras serias revistas, aunque solo sea por la metodología utilizada ( para más información consultar el artículo).Como bien comenta Ariely el sexo sigue siendo tema tabú como materia de investigación. Pero, ¿alguien piensa que no influye? En su libro del pasado año Predicatably Irrational, centrado en el estudio de nuestras irracionalidades da otra vuelta de tuerca al tema. Algunas de sus charlas están disponibles desde hace poco en TED En sus trabajos Ariely analiza la respuesta a determinadas conductas y situaciones en función del nivel de excitación sexual en cada momento: mientras que en un estado frío y racional la mayor parte de los encuestados se movían siempre en el terreno de la moralidad, respetaban a las mujeres y estaban convencidos de usar el preservativo en cualquier ocasión, las cosas cambiaban sustancialmente en plena excitación.Las personas, que se consideran buenas por naturaleza, cambian sustancialmente cunado se ven arrastradas por una pasión. Y el honesto Dr. Jeckill se convierte en desenfrenado Hyde. Pero Ariely añade algo a lo que la literatura una vez más había anticipado: indepdientemente de lo buenos que seamos o nos consideremos, nos quedamos cortos a la hora de predecir el efcto de la pasión en nuestra conducta. Por eso puede explicarse que la heredera de BMW atractiva, brillante y de futuro esplendoroso ponga todo en peligro en medio de la tormenta. En ese momento el cerebro de reptil que todos llevamos dentro, toma el mando. El cambio de opinión respecto a múltiples cuestiones que presenta el trabajo de Ariely merece un vistazo; dos muestras: alentar a beber a alguien para aumentar las probabilidades de tener relaciones sexuales sería un práctica utilizada por solo el 46% de los encuestados, pero sube al 63% al sentirse excitados. Otro ejemplo: mientras el 88% utilizaría siempre el preservativo si no conociera la historia sexual de su nueva pareja, desciende al 69% al estar excitado. ¿Conclusiones? Que hay que reconsiderar los modelos de comportamiento humano. posiblemente seamos una suma de "yos", algunos poco conocidos por nostros mismos. Ser conscientes de tener un Hyde ( de nuevo la matacognición) ya es un primer paso.Otra sugerencia sería huir de las situaciones en que Hyde pueda tomar el control ( antes de mandar el email al jefe pásalo por la carpeta de borrador). En definitiva, en vez de seguir al brillante Wilde ( "la mejor manera de vencer la tentación es sucumbir a ella") , evitar la tentación es más fácil que luchar contra ella.

1 comentario:

  1. Interesante Sergio. Hay tantos, TANTOS ejemplos sobre el uso del reptil (pobre reptil) en nuestras acciones y en la historia de la humanidad.
    Nos convertimos en realmente reptiles...del suelo y arrastrados.

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