jueves, 24 de septiembre de 2009

Retorno a la Casa de Dios


Leyes de la Casa de Dios.

En un paro cardiaco lo primero que hay que hacer es tomarse el propio pulso.
Es el paciente el que tiene la enfermedad.
No hay cavidad corporal a la que no pueda llegarse con una aguja del 14 y un brazo fuerte.
“Ellos” siempre peden hacerte más daño
El único ingreso bueno es el ingreso muerto.
Si no tomas la temperatura no puedes detectar una fiebre.
Si el residente de Rayos y el estudiante ven la misma lesión en una plca de tórax no puede
haber tal lesión.
La prestación de la asistencia médica consiste en “No hacer absolutamente nada” tantas veces como sea posible.
Samuel Shem. The House of God..1978


Hace treinta años Samuel Shem ( el pseudónimo de Stephen Bergman), psiquiatra, director de la división clínica de la Facultad de Medicina de Harvard publicó La Casa de Dios, novela que se convertiría con el tiempo en el retrato más ácido, pero también más realista, de lo que constituye uno de los momentos más excitantes en el curso vital de todo médico: la residencia. Varios millones de ejemplares vendidos atestiguan la repercusión de su obra. Posteriormente escribió también Monte Miseria, en su ámbito de trabajo, la salud mental, sin tanto éxito.
Bien es cierto que, como comenta en el prólogo John Updike (el escritor americano creador del mítico Conejo) , posiblemente no podría escribirse hoy en día, dada su tremenda incorrección política. Pero afortunadamente todavía podemos disfrutar de las peripecias del residente Roy Basch, sus agotadoras guardias y su permanente obsesión sexual
La novela incluía un glosario final, de orientación para neófitos en la jerga, algunas decuyas expresiones han acabado teniendo fortuna en textos y autores mucho más “serios”.
Como, por ejemplo, Acicalar , el hecho de “adecentar algo o a alguien para que mejore en apariencia; se puede acicalar un coche, un cuadro clínico, un gomer.( acrónimo de Get Out of My Emergency Room, ser humano que ha perdido los elementos que lo constituyen como tal)”. O
Largar, “zafarse de un paciente, a menudo precedido de un Acicalamiento”. Según el Gordo ( otro personaje clave de la novela), Acicalar y Largar es la esencia de la prestación médica, el concepto de la puerta giratoria.
Recientemente los Annals of Internal Medicine reseñaban como uno de los libros del mes el texto Return to the House of God, de Martin Kohn Y Carol Donley, en el que se incluyen ensayos críticos y reflexivos conmemorando el treinta aniversario del libro. La injusticia, el mantenimiento de la humanidad en entornos de excesiva presión, la agenda oculta de la formación de residentes. son temas analizados con detalle . En el libro colaboran desde Updike de nuevo a Martin Winckler el autor de la maravillosa La Enfermedad de Sachs. Tan recomendable a residentes actuales como a los ancianos que disfrutamos con el libro de Shem hace ya demasiados años.

1 comentario:

  1. Durante la etapa de la residencia entran en colisión lo que tú pensabas que debía ser la asistencia, lo que es la asistencia y lo que llega a ser TU forma de hacer las cosas. Así que durante ese periodo, se puede decir que en vez de te vas formando, te vas forjando (a golpes, la realidad es el yunque contra el que te martillean una y otra vez) y constantemente oyes la cantinela de... cuando seas R mayor ya cambiarás, cuando seas adjunto ya cambiarás,... no te comprometas tanto, no te involucres, ¿acaso crees que vas a heredar el hospital?, ¿no ves que si haces las cosas así dejas en mal lugar a tus compañeros?...con el tiempo pasarás de esas cosas y te encallecerás,... y te hace pensar que vivirías mejor, más cómodo y con menos conflictos grupales si te acomodas y juegas al mismo juego. Aunque a veces es difícil permanecer inasequible al desaliento, siempre puedes mirar alrededor y ver a gente que hace las cosas como se deben, que lleva mucho más tiempo que tú y que hace las cosas de forma excelente, sin escaqueos, mojándose y sin esquivar los marrones. Eso te sirve para darte cuenta de que existe una línea que te permite mantener el centro de gravedad bajo sin hacerte volcar.

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