jueves, 22 de diciembre de 2011

El síndrome de Mr. Chance

En Bienvenido Mr. Chance ( Being There), la memorable película de Hal Ashby, basada en la novela corta de Jerzi Kosinski ( en el que se basó Wilco para hacer su segundo disco del mismo título), Peter Sellers interpreta de forma prodigiosa a Mr. Chance, un humilde jardinero, cuya vida se reduce a atender el jardín de un millonario y ver la televisión en su tiempo libre. Analfabeto y de muy limitada inteligencia (algo en lo que nadie parece reparar), el Señor Chance encierra una extraña capacidad de persuasión, basada en la expresión de tópicos previsibles sacados de la televisión, y que se supone encierran significados ocultos. De tal forma que las peregrinas opiniones de Chance sobre el cultivo de las flores, acaban convirtiéndose en geniales orientaciones económicas. Una serie de casualidades absurdas acaba convirtiendo al jardinero en firme aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, de cuyas opiniones podría depender el destino del país.
Los nombramientos de los máximos responsables del Ministerio de Sanidad español parecen estar sometidos al síndrome de Mr. Chance ( lo del nombre tampoco es casual). Este extraño síndrome político(aún no incluido en la DSM, pero es cuestión de tiempo, si se encuentra adecuado tratamiento farmacológico), se caracteriza por la irrefrenable tendencia de todo Presidente de Gobierno a nombrar como Ministro de Sanidad a personas francamente ignorantes del terreno que pisan, pero con grandes habilidades sobre el cuidado de los jardines privados del partido al que pertenecen: Elena Salgado, Trinidad Jimenez, y especialmente la indescriptible Leire Pajín, son significativos ejemplos del síndrome, al que se une ahora Ana Matos, experta jardinera de eso tan feo llamado “aparato” ( en esta caso popular). Y de la misma forma que Mr. Chance, los ministros aquejados de su síndrome, acaban dando opiniones ( y lo que es peor tomando decisiones) igual de peregrinas sobre asuntos de los que apenas saben, ya sea establecer estrategias de vacunación antigripal absurdas o recomendaciones implícitas sobre pulseras Power Balance.
En la Lotería Nacional que supone  cada cambio de gobierno, otro de los número que suele salir siempre sin premio es el llamado de la Ciencia, que va dando tumbos de ministerio en ministerio a ver si alguien lo compra. Ayer escuché a un experto hablar de que acabaría en Industria( ya se sabe que la ciencia que no tiene repercusión industrial, para que diablos puede servir. .Yo en cualquier caso estoy muy tranquilo al respecto ante el comentario en Twitter del propio ministerio de que “ la ciencia importa …y encontrará el camino” ( como Marco, de inminente reposición en nuestras pantallas).
Ya sabemos que lo de la sanidad es algo que no merece conocimientos específicos, puesto que al fin y al cabo se ocupa de cosas de las que todo el mundo sabe (desde el charcutero de Albolote al bajista de Vetusta Morla): eso tan conocido de la salud y los achaques. Pero tocan tiempos un poco más complicados, en los que  en teoría el gobierno parece querer tocar temas tan "sencillos "como la sostenibilidad del sistema sanitario, la posible limitación de la cartera de servicios, el aumento de los copagos, el incremento del peso de lo privado en el sistema o la reducción del salario de los profesionales. Temas para los que quizá sea conveniente disponer de alguna capacidad más allá de los derivadas del cuidados del jardín del partido de turno, habilidades que en cualquier caso nunca desmerecen en un buen curriculum.
Sí, ya se que se me dirá que lo importante es el equipo del que se rodee “ el jardinero”. Pero aún no conozco ningún caso en que para entrenar a un equipo de fútbol se nombre a un entrenador de baloncesto, por bueno que éste sea.
Desde luego eso nunca pasa en el Ministerio de Economía donde aún está por ver que un ministro sea músico o fontanero, por poner dos respetables ejemplos. En este caso se ha nombrado, como corresponde, no solo a un experto en economía como Luis de Guindos ( consejero de Endesa, el banco Mare Nostrum,y la editora del Mundo, además de profesor del Instituto de Empresa), sino que además el hombre fue (aunque moleste un pelín) Presidente Ejecutivo de Lehman Brothers en España y Portugal, cuando éstos desataron la tormenta perfecta. Algo que en cualquier caso ayuda a entender de que va realmente esto .

2 comentarios:

  1. Hola Sergio:
    No hay que se un fino analista político para darse cuenta de que, quizás con la excepción de Ana Pastor, las sucesivas ministras y ministros de sanidad han sido políticos a los que interesaba sentar en el Consejo de Ministros con independencia de la cartera asignada. El actual gobierno sigue la norma.
    Desde la desaparición de gestión directa de servicios de salud (INSALUD) importa mas no molestar demasiado, no tener demasiadas ocurrencias y manejar bien a los medios. Romay, Villalobos, Salgado, Jiménez y Pajín. El toque exótico lo puso Bernat Soria.

    miguel melguizo jiménez

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  2. Si , tienes razón Miguel. En casi veimte años apenas un ministro con relativo conocimiento del terreno que pisa es un povre balance.
    Lo que me sigo preguntando es por qué cualquiera sirve para sanidad mientras que se exige amplios conocmientos y experiencias de economia
    Feliz Navida y muchas gracias

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