martes, 11 de noviembre de 2014

La casta ( médica)

Ha sido muy interesante conocer la respuesta de el periódico El País ante los resultados de las encuestas respecto al crecimiento de Podemos. Confirmada la noticia de que en todas las encuestas celebradas en las últimas semana ( incluida la del Centro de Investigaciones Sociológicas) el partido de Iglesias es el partido con mayor intención de voto directo (absolutamente insólito que un partido sin ningún tipo de participación parlamentaria, se ponga a la cabeza del pelotón en solo seis meses), el editorial del periódico del grupo PRISA reflejaba bien el grado de irritación que genera en los núcleos de poder: “Todo esto no justifica dejar a la sociedad en manos de Pablo Iglesias y de Podemos, es decir, de un grupo de diagnóstico catastrofista y voluntad descalificadora, que niega ser de izquierdas ni de derechas para ocultar lo que en realidad es: simple y vulgar populismo como el que, con otras apariencias ideológicas, aparece en diversas partes de Europa. El sondeo muestra que los votantes potenciales de otros partidos, por críticos que sean hacia estos, tampoco creen en Podemos como la única opción en que se puede confiar. Una cosa es criticar y otra muy distinta ofrecer soluciones solventes y realistas a una sociedad necesitada de buena gestión. Hasta el momento, las únicas recetas que hemos escuchado en boca de los líderes de Podemos son viejas, fracasadas o delirantes”.
No niego yo que las propuesta del partido de Iglesias adolezcan de falta de concreción y viabilidad, pero no deja de sorprender semejante descalificación ante un partido con el que coinciden ya cerca de un 20% de los electores. Nunca El Pais ha sido ni la mitad de agresivo ante el Partido Popular, un partido que no condena el franquismo, recorta todo tipo de derechos sociales y aumenta cada día más la brecha entre ricos y pobres con su política. La razón es obvia: PRISA es uno de los integrantes del núcleo duro de la casta, desde los últimos años del franquismo hasta nuestros días, siempre cerca del verdadero poder que no es el representado por los partidos, sino por las grandes corporaciones industriales y comerciales españolas.
Estos vientos de hartazgo, ira y cambio no llegan sin embargo al sistema sanitario ni a la atención primaria. Aquí solo predomina  la actitud fadista ante la vida, dominada por la resignación y aceptación de las condiciones que nos ha tocado vivir .
Hoy se ha hecho público el Informe sobre la situación laboral de los médicos en España, elaborado por la Organización Médica Colegial: el 47% de los médicos encuestados no tiene plaza en propiedad. De ellos casi la mitad ( el 41% ) tienen contratos con duración menor a seis meses. El 78% considera que las retribuciones han empeorado y el 74% qu elo ha hecho  la estabilidad laboral La afirmación del Presidente de la Organización Médica Colegial es muy grave:  “nos encontramos frente a altos niveles de explotación laboral, tanto en la pública como en la privada”.
Hay algunos  datos que llaman especialmente la atención: el 57% de los que tienen plaza en propiedad son hombres; el 42%  ( 15 puntos menos). mujeres ( pese a ser claramente mayoritarias en la profesión) . Aún más burtal es el hecho de que solo el 8.8% de los que disfrutan de plaza en propiedad tienen menos de 40 años. La profesión se parte en dos , hundida en su línea de flotación por la política de recursos humanos implantada en España desde hace cerca ya de diez años, y ante la que la respuesta es solo el silencio.
Tengo la suerte de participar en diferentes proyectos de investigación y consultoría internacional con colegas por debajo de los 35 años, de diferentes países del mundo ( España lógicamente incluida). Uno de ellos, americano, pudo interrumpir su carrera para hacer un Máster internacional  en Salud Pública, participar en diferentes proyectos de ayuda al desarrollo y colaborar con algunas organizaciones internacionales antes de elegir donde hacer la especialidad. Posiblemente no tendrá plaza en propiedad nunca, en el sentido español de la palabra . Pero no le faltarán ofertas de trabajo sumamente interesantes en diferentes lugares del mundo ( incluido su país, Estados Unidos).
Los colegas españoles, igualmente brillantes y preparados, han tenido que reengancharse para realizar una segunda especialidada ante la falta de oportunidades laborales que no sean pura y simple extorsión., cuando no trabajan en urgencias hospitalarias muy alejadas del fundamento de la medicina de familia. No parecen tener futuro, pero a nadie importa.
La casta   médica, compuesta de sociedades científicas, colegios profesionales , organizaciones sindicales y demás familia sigue lamentándose en la oscuridad, suficientemente confortables en las últimas plazas en propiedad que podrán disfrutarse. No se que es más graves: si la ausencia de alternativas que ponga en cuestión a la casta, o la falta de movilización de los parias sin futuro ante una situación infame.

7 comentarios:

  1. Hola, Sergio, perdona que vuelva a hackear tu casa con mis inconveniencias... Porque, en este caso, diría que cuando habláis de la "casta" médica os fijáis solo en lo 'sólido' (colegios, asociaciones, sindicatos) y no en lo 'líquido': esa 'mesocracia' médica conformada de manera magmática y solidaria por las jefaturas de servicio (o departamento, si es que quedan) que al final son los que deciden de facto el funcionamiento real del sistema en la atención hospitalaria (y como consecuencia, en la abandonada y subordinada primaria). Me iba a lanzar argumentalmente pero de momento me quedo aquí (por falta de pruebas, aunque no de argumentos): esa 'casta líquida', considerada como grupo con todo lo injusto que tiene hacerlo porque hay gente muy decente dentro de ella, posee la más alta responsabilidad en esas tantas cosas que se están haciendo mal y que sueles denunciar tan lúcidamente en tu blog. Toman las microdecisiones más importantes a través de tantas comisiones y comités hospitalarios, especialmente los de Farmacia Hospitalaria (que llevan 15 años casi duplicando el gasto trienalmente) o, por poner un ejemplo doloroso, boicotean los servicios de IVE en la pública, etc,. Y se van siempre de rositas por eso, porque son 'líquidos'. Pero la suma de tantas 'microdecisones' termina definiendo lo que ¿nunca? cambiará. Creo que tenéis miedo a denunciarl a esta 'casta' y cuando decís cosas como "choose wisely" etc. lo hacéis en abstracto, como ignorado que son ellos, y casi nada los especialistas de base, quienes tienen la responsabilidad de que todas esas cosas se queden en un eslogan molón, pero vacuo. Un cordial saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Comparto estas opiniones sobre una “casta líquida” pero quisiera hacer una matización. Se refiere Juan a las jefaturas de servicio.
      Efectivamente, el sistema jerárquico existente en los hospitales es defectuoso. Herencia, según tengo entendido, de Girón de Velasco, una organización en la que un jefe de servicio tiene un extraordinario poder para lo bueno y para lo malo puede dar lugar a perniciosos efectos en la vida personal y profesional de muchos médicos, siendo ello especialmente relevante en servicios quirúrgicos. Una persona puede tener un magnífico curriculum y saber mucho de su especialidad y ser, en cambio, un mal jefe de servicio. Usando de modo perverso tal argumento, las gerencias han hecho una modificación que, en vez de mejorar las cosas, las ha empeorado claramente. Y es que, si malo es “cargar” con un buen especialista y mal jefe, peor aún es tener que soportar las tonterías que se le ocurran a jefes y coordinadores (figura pintoresca) que lo son, no por méritos, sino por docilidad que sostenga la confianza de equipos directivos nombrados, a su vez, a dedo. Las implicaciones en la asistencia sanitaria de una cadena jerárquica de paniaguados son obvias.
      Claro que el estado de nuestros hospitales es “líquido”, permitiendo a las gerencias hacer y deshacer a su antojo y a los mediocres que nombran a dedo (aunque después de unos años hagan un paripé “público” de consolidación) obrar también según sus intereses, muchas veces basados en el mero afán de lucro y otras, peores si cabe, que se dan cuando entran en el amplio grupo de personas que tan acertadamente definió Cipolla como estúpidos.

      Eliminar
    2. No puedo mas que estar de acuerdo contigo. Y tiene razón. Esto merece un post propio
      Porque esa meritocracia liquida son complices y actores de esta situación
      Muchas gracias
      Un cordia saludo

      Eliminar
  2. Celebro un nuevo post de este excelente blog en que se les llama a las cosas por su nombre.
    Parece mentira que tantos sean tan torpes como los que han producido y alimentado esa editorial de “El País”. En realidad, “Podemos” no es fruto de la imaginación calenturienta de un señor con coleta ni de la fascinación que pueda ejercer su discurso, no muy rico por cierto, sobre una masa de ingenuos. En absoluto. “Podemos” es más bien fruto del propio PP (e incluso de esa “dura” oposición del PSOE, con sus notas de color en “Sálvame”).
    Es el PP, con toda la corrupción que alberga con la misma facilidad con que produce tantos recortes sociales inhumanos, incluyendo el abominable decreto 16/2012, incluyendo el hambre de niños españoles, el que ha inducido a que mucha gente diga, digamos, basta de una vez. Es el PP el que ha alimentado a “Podemos” de modo continuado haciendo uso de las descalificaciones más burdas hacia todos quienes integran esa opción política. Si el discurso de Podemos es populista, el del PP es sencillamente idiota.
    Y es que los que Iglesias llama “casta” (término que no me entusiasma porque para casta, casta, los de cuna, como algunos banqueros) creen, contra Aristóteles, que sólo ellos son políticos. No es extraño que ante cualquier manifestación en la calle, que ante cualquier protesta legítima, esa casta subraye su carácter político como algo malo, criticable. Pues claro que toda manifestación es política; claro que toda actuación humana es política. Yo soy político por el hecho de ser humano, ciudadano. Lo que ocurre es que no nos quieren ciudadanos sino súbditos y, concretando eso en el ámbito de la salud, sólo nos aceptan como “asegurados”.
    Y, en este caldo de cultivo, riquísimo para la emergencia de un tirano, Pablo Iglesias no parece la peor consecuencia, pues es un caldo abonado para el peor de los autoritarismos, uno peor aun que éste, de una derecha autóctona y arcaica, que ya sufrimos y del que incluso los hospitales, nuestros hospitales, son un microcosmos, esta vez politizados en el sentido rastrero, en los que abunda gente que hacen de la adulación, del servilismo y del saber trepar pobre carrera profesional. ¿A quién le extraña que los médicos jóvenes, que los científicos jóvenes, imprescindibles para nuestro país, emigren a otro? De los que optan por carreras humanísticas ya ni hablamos.
    Lo que es la vida, resulta que Monedero hizo una emigración para su tesis pero con retorno y ocurre que Iglesias no emigró. Tal vez sean esos ejemplos los que hacen que el PP vea con buenos ojos que todos quienes piensan se vayan.

    ResponderEliminar
  3. En un país corrompido hasta las trancas, donde ningún partido ha estado libre de escándalos mayúsculos no sorprende que llegue un momento en que uno tome cualquier tren que pasa, aunque no sepa hacia donde le lleve. Como dices, y también decía Evole en su programa, lo único que tiene que hacer Iglesias es quedarse quieto. Y caerán losfrutos. Porque si la alternativa al PP son los partidos con los que se ha venido repartiendo el negocio estos casi cuarente año de democracia, apañados estamos
    No me gsuta tampocoel término casta, porque de hecho habria que hablar de castas incluida lade los paruas que se va
    Pero refleja bien ese poder institucionalizado y que va mas alla de los partidos: es la prensa , , el IBEX34 pero por supuesto nuestras propias organizaciones las que tienen una tecnoestructura que no admite renovaciones

    ResponderEliminar
  4. Habría que hablar propiamente de casta superior, dominadora y explotadora. Y lo peor es que nos dejamos someter a ella, esperando por otro lado que llegue un héroe salvador a poner las cosas en su sitio justo (por lo de justicia social). Pero ya sabemos de revoluciones y contrarrevoluciones, sin que desigualdades e injusticias se corrijan. Así que el problema no es la casta superior, sino quienes desde abajo la mantienen y/o confían en una esperanza loca.

    ResponderEliminar
  5. Mucha sensatez en tus palabras Jose Manuel. Sabemos las consecuencias que tiene confiar en los lideres visionarios que cambarán el mundo. Por eso solo es posible un cambio real cuando todos ( no solo los timoneles) nos demos cuenta de que hay que revertir la situación. Un saludo

    ResponderEliminar