“ La Fuerza
es esa “X” que convierte a cualquiera que está sujeto a ella en una cosa.
Ejercida hasta el límite, convierte a un hombre en una cosa en el sentido más
literal: lo convierte en un cadáver fuera de sí mismo. Alguien estaba allí, y
en el minuto siguiente, no hay nadie en absoluto….La idea de que un ser humano
es una cosa es,lógicamente, una contradicción. Sin embargo lo que es imposible
en lógica, se convierte en verdad en la vida, y la contradicción alojada dentro
del alma la rompe en pedazos.Esa cosa está constantemente aspirando a ser un
hombre o una mujer pero nunca lo consigue::aquí, seguramente es la muerte, pero
la muerte tendida sobre una vida entera; aquí seguramente está la vida, pero la
vida que la muerte disimula antes de acabar con ella”.
Simone
Weil.La Iliada o el poema de la Fuerza.1939
En un
pintoresco experimento publicado nada menos que en PNAS, un grupo de
investigadores de Columbia y Princeton se preguntaron si sería cierta la broma
de que “justicia es lo que el juez haya tomado para desayunar” ("justice is what the judge ate for breakfast”) Para
responderla analizaron las sentencias judiciales en función del momento en que
se producían, observando que las sentencias favorables descendían desde un 65%
a un 0% con cada sesión, recuperando de nuevo el nivel del 65% después de cada
descanso: si les faltaba la glucosa a los señores magistrados,aumentaba la
severidad de sus decisiones. El trabajo de Danziger et al en PNAS pone de
manifiesto que ante decisiones reiteradas los jueces tienden a seguir habitualmente
el status quo. Ante la pregunta (de tanta actualidad) de si las decisiones
judiciales se basan solamente en leyes y evidencias, los autores respondían
que,además de ello, existen múltiples variables que determinan sus fallos,
incluyendo factores psicológicos sociales, políticos o simplemente irrelevantes.
El
efecto del estereotipo, del llamado sesgo implícito ( implicit bias), en
nuestras decisiones es abrumador. Afecta a todos los ámbitos humanos: las
finanzas, la educación (la contestación a la primera pregunta sesga de
forma determinante la valoración del resto del examen), y por supuesto en la medicina ( médicos
americanos inconscientemente creen que los pacientes negros cooperarán menos
que los blancos en síndromes coronarios; y por supuesto son menos fiables si
sus nombres son latinos) Además tiene efecto circadiano, de forma que es más
habitual cuando más tiempo llevamos despiertos. El conocimiento sobre el
prejuicio se incrementa cada vez más desde el punto de vista científico,
comenzando incluso a conocerse cuál es la base neural del mismo, como
sintetizaba Amodio en Nature.
Por si
alguien lo duda, por supuesto afecta
también a las decisiones judiciales. Más allá del distinto rasero repetida
innumerables veces entre blancos y negros, también es significativo el sesgo
contra asiáticos o judíos en Estados Unidos, como demostraba este trabajo de
Levinson. Incluso en España, Fariña et al analizaron en un interesante trabajo 353
sentencias judiciales, encontrando que el 63.6% de ellas estaban sesgadas por un
efecto de anclaje en la petición que previamente había realizado la fiscalía o,
en el caso de las sentencias de apelación, en la decisión judicial previa. Lo
llamativo del resultado es que muy probablemente los jueces no son conscientes
de ellos, como ocurre habitualmente cuando se utilizan heurísticos en la toma
de decisiones.
Sin
embargo ninguna de éstas profesiones, en cuyas decisiones depende a menudo
nuestro futuro (nuestros ingresos, libertad, oportunidades o salud), admite que
éstas puedan verse afectadas por nada que no sea su intachable conocimiento y
competencia profesional.Los últimos en hacerlo han sido los jueces, indignados porque se cuestione los exclusivos fundamentos jurídicos de sus decisiones.
En
España el 54,2% de los jueces y magistrados en activo se encuentran afiliados aalguna asociación. De ellos casi la mitad pertenecen a la Asociación
Profesional de la Magistratura (APM), que cuenta con 1.305 jueces afiliados por
529 de Jueces para la Democracia. La APM (de la que fue presidente por cierto
el juez Llarena) ha mantenido tradicionalmente posturas políticas profundamente
conservadoras, a menudo más aún que el propio partido de gobierno. Pensar que
sus creencias religiosas, sociales o políticas no influyen en sus decisiones es
ignorar la diversidad de factores que influyen en la decisión humana.
Ya
comentamos en su momento el sesgo notable hacia las clases sociales más ricas
de los aspirantes a estudiar medicina en Reino Unido, aspecto que sin duda la
sensibilidad hacia la equidad de un sistema sanitario. Aunque no existan
estudios en España, hay argumentos que permiten intuir que es mayoritaria la
presencia en la magistratura de personas de clases altas, a lo que contribuye
un proceso de acceso propio del siglo XIX, basado en la memorización de textos
y su repetición automática ante un preparador. Y aunque la presencia de las
mujeres vaya siendo progresivamente mayoritaria, los órganos de poder siguen copados
por hombres. Ejemplo de ello es que, incluso en la situación de amplia alarma
social generada por la llamada sentencia de La Manada, la comisión inicialmente
encargada de revisar la tipificación en el Código Penal de los delitos de
agresión sexual y abuso estaba formada exclusivamente por hombres.
Independientemente
de la interpretación de los hechos y los fundamentos legales que se realicen,
defender la absolución de la conducta del abyecto grupo humano que perpetró los
hechos, sólo puede realizarse aceptando la consideración de la mujer como un objeto:
tuvo la consideración de objeto (indeterminado entonces) en los planes previos
al suceso, durante la realización del mismo, en la celebración del resultado o
en los comentarios de sus compañeros envidiosos de la hazaña. Un objeto que,
salvo en el caso de resistencia encarnizada,se entiende que está a disposición
de cualquiera que pretenda perseguirlo, acosarlo, usarlo, robarlo u abandonarlo,
continuando en la diversión como si simplemente se hubiese consumido un bolsa
de patatas más, dejando tirado el envoltorio.
Sin esa
consideración de la mujer como un potencial objeto no es posible resolver que
aquellos sujetos pueden ser absueltos, puesto que esa absolución supone la aceptación
de que su conducta no merece sanción alguna.
Sin
duda alguna los señores magistrados utilizan su experiencia y conocimiento
jurídico para tomar decisiones. Pero pensar que éstas no están condicionadas en
gran medida por sus prejuicios, estereotipos y creencias es cuestionar el
propio funcionamiento del cerebro humano.
De la
misma forma que un estudiante merece ser protegido del prejuicio de su
profesor, y un paciente del de su médico, los ciudadanos y en especial, las
ciudadanas, merecen ser protegidos del prejuicio de las personas que les juzgan.
Buenas Sergio.
ResponderEliminarSobre el estudio ahora no encuentro la referencia (te la busco esta tarde / noche y cuando pueda te la paso por mensajería vía twitter o por aquí) pero al calcular el coeficiente de la d-cohen:
https://en.wikipedia.org/wiki/Effect_size#Cohen%27s_d
Salía algo muy tocho (1'6 si no recuerdo mal). Ese efecto comparado con la altura de cohortes de personas en países nórdica era una diferencia análoga de 15-20 cm (un pasote máximo). Coincidí con el autor en su análisis de que si no había expliaciones para un tamaño de efecto tan grande en el estudio (no las hay) simplemente habría que ignorar el estudio hasta que dieran con alguna / s. Desconozco si se ha replicado la magnitud que muestran en la figura 1 pero me mantengo escéptico como mínimo y dicho de forma muy suave.
Saludos.