martes, 8 de mayo de 2018

"La justicia es lo que el juez haya tomado para desayunar"


“ La Fuerza es esa “X” que convierte a cualquiera que está sujeto a ella en una cosa. Ejercida hasta el límite, convierte a un hombre en una cosa en el sentido más literal: lo convierte en un cadáver fuera de sí mismo. Alguien estaba allí, y en el minuto siguiente, no hay nadie en absoluto….La idea de que un ser humano es una cosa es,lógicamente, una contradicción. Sin embargo lo que es imposible en lógica, se convierte en verdad en la vida, y la contradicción alojada dentro del alma la rompe en pedazos.Esa cosa está constantemente aspirando a ser un hombre o una mujer pero nunca lo consigue::aquí, seguramente es la muerte, pero la muerte tendida sobre una vida entera; aquí seguramente está la vida, pero la vida que la muerte disimula antes de acabar con ella”.
Simone Weil.La Iliada o el poema de la Fuerza.1939

En un pintoresco experimento publicado nada menos que en PNAS, un grupo de investigadores de Columbia y Princeton se preguntaron si sería cierta la broma de que “justicia es lo que el juez haya tomado para desayunar” ("justice is what the judge ate for breakfast”) Para responderla analizaron las sentencias judiciales en función del momento en que se producían, observando que las sentencias favorables descendían desde un 65% a un 0% con cada sesión, recuperando de nuevo el nivel del 65% después de cada descanso: si les faltaba la glucosa a los señores magistrados,aumentaba la severidad de sus decisiones. El trabajo de Danziger et al en PNAS pone de manifiesto que ante decisiones reiteradas los jueces tienden a seguir habitualmente el status quo. Ante la pregunta (de tanta actualidad) de si las decisiones judiciales se basan solamente en leyes y evidencias, los autores respondían que,además de ello, existen múltiples variables que determinan sus fallos, incluyendo factores psicológicos sociales, políticos o simplemente irrelevantes.
El efecto del estereotipo, del llamado sesgo implícito ( implicit bias), en nuestras decisiones es abrumador. Afecta a todos los ámbitos humanos: las finanzas, la educación (la contestación a la primera pregunta sesga de forma determinante la valoración del resto del examen), y  por supuesto en la medicina ( médicos americanos inconscientemente creen que los pacientes negros cooperarán menos que los blancos en síndromes coronarios; y por supuesto son menos fiables si sus nombres son latinos) Además tiene efecto circadiano, de forma que es más habitual cuando más tiempo llevamos despiertos. El conocimiento sobre el prejuicio se incrementa cada vez más desde el punto de vista científico, comenzando incluso a conocerse cuál es la base neural del mismo, como sintetizaba Amodio en Nature.
Por si alguien lo duda,  por supuesto afecta también a las decisiones judiciales. Más allá del distinto rasero repetida innumerables veces entre blancos y negros, también es significativo el sesgo contra asiáticos o judíos en Estados Unidos, como demostraba este trabajo de Levinson. Incluso en España, Fariña et al analizaron en un interesante trabajo 353 sentencias judiciales, encontrando que el 63.6% de ellas estaban sesgadas por un efecto de anclaje en la petición que previamente había realizado la fiscalía o, en el caso de las sentencias de apelación, en la decisión judicial previa. Lo llamativo del resultado es que muy probablemente los jueces no son conscientes de ellos, como ocurre habitualmente cuando se utilizan heurísticos en la toma de decisiones.
Sin embargo ninguna de éstas profesiones, en cuyas decisiones depende a menudo nuestro futuro (nuestros ingresos, libertad, oportunidades o salud), admite que éstas puedan verse afectadas por nada que no sea su intachable conocimiento y competencia profesional.Los últimos en hacerlo han sido los jueces, indignados porque se cuestione los exclusivos fundamentos jurídicos de sus decisiones.
En España el 54,2% de los jueces y magistrados en activo se encuentran afiliados aalguna asociación. De ellos casi la mitad pertenecen a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), que cuenta con 1.305 jueces afiliados por 529 de Jueces para la Democracia. La APM (de la que fue presidente por cierto el juez Llarena) ha mantenido tradicionalmente posturas políticas profundamente conservadoras, a menudo más aún que el propio partido de gobierno. Pensar que sus creencias religiosas, sociales o políticas no influyen en sus decisiones es ignorar la diversidad de factores que influyen en la decisión humana.
Ya comentamos en su momento el sesgo notable hacia las clases sociales más ricas de los aspirantes a estudiar medicina en Reino Unido, aspecto que sin duda la sensibilidad hacia la equidad de un sistema sanitario. Aunque no existan estudios en España, hay argumentos que permiten intuir que es mayoritaria la presencia en la magistratura de personas de clases altas, a lo que contribuye un proceso de acceso propio del siglo XIX, basado en la memorización de textos y su repetición automática ante un preparador. Y aunque la presencia de las mujeres vaya siendo progresivamente mayoritaria, los órganos de poder siguen copados por hombres. Ejemplo de ello es que, incluso en la situación de amplia alarma social generada por la llamada sentencia de La Manada, la comisión inicialmente encargada de revisar la tipificación en el Código Penal de los delitos de agresión sexual y abuso estaba formada exclusivamente por hombres.
Independientemente de la interpretación de los hechos y los fundamentos legales que se realicen, defender la absolución de la conducta del abyecto grupo humano que perpetró los hechos, sólo puede realizarse aceptando la consideración de la mujer como un objeto: tuvo la consideración de objeto (indeterminado entonces) en los planes previos al suceso, durante la realización del mismo, en la celebración del resultado o en los comentarios de sus compañeros envidiosos de la hazaña. Un objeto que, salvo en el caso de resistencia encarnizada,se entiende que está a disposición de cualquiera que pretenda perseguirlo, acosarlo, usarlo, robarlo u abandonarlo, continuando en la diversión como si simplemente se hubiese consumido un bolsa de patatas más, dejando tirado el envoltorio.
Sin esa consideración de la mujer como un potencial objeto no es posible resolver que aquellos sujetos pueden ser absueltos, puesto que esa absolución supone la aceptación de que su conducta no merece sanción alguna.
Sin duda alguna los señores magistrados utilizan su experiencia y conocimiento jurídico para tomar decisiones. Pero pensar que éstas no están condicionadas en gran medida por sus prejuicios, estereotipos y creencias es cuestionar el propio funcionamiento del cerebro humano.
De la misma forma que un estudiante merece ser protegido del prejuicio de su profesor, y un paciente del de su médico, los ciudadanos y en especial, las ciudadanas, merecen ser protegidos del prejuicio de las personas que les juzgan.

1 comentario:

  1. Buenas Sergio.

    Sobre el estudio ahora no encuentro la referencia (te la busco esta tarde / noche y cuando pueda te la paso por mensajería vía twitter o por aquí) pero al calcular el coeficiente de la d-cohen:
    https://en.wikipedia.org/wiki/Effect_size#Cohen%27s_d

    Salía algo muy tocho (1'6 si no recuerdo mal). Ese efecto comparado con la altura de cohortes de personas en países nórdica era una diferencia análoga de 15-20 cm (un pasote máximo). Coincidí con el autor en su análisis de que si no había expliaciones para un tamaño de efecto tan grande en el estudio (no las hay) simplemente habría que ignorar el estudio hasta que dieran con alguna / s. Desconozco si se ha replicado la magnitud que muestran en la figura 1 pero me mantengo escéptico como mínimo y dicho de forma muy suave.

    Saludos.

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