martes, 30 de abril de 2024

Nadie hablará de la Primaria cuando esté muerta

 


 Abel Novoa describía hoy en el medioantesllamadoTwitter el proceso de descremado sociológico que se está produciendo en la región de Murcia, donde el número de pólizas de seguros privados de salud ha alcanzado la cifra de 200.000 aumentando un 21% desde 2018.Algo no por preocupante más sorprendente, ya que forma parte intrínseca, genética diría, de las políticas en materia sanitaria del Partido Popular. En España ya son más de 12 millones, una cuarta parte de la población, alcanzando a nivel de país gastos de bolsillo impropios de las democracias Europeas más cercanas. Como era esperable Madrid encabeza el ranking (con un escandaloso 40%), seguido de cerca por Cataluña (con un 34%). Andalucía ha experimentado también un espectacular crecimiento donde 1 de cada 4 andaluces dispone ya de un seguro privado, algo inimaginable hace 6 años. La política del partido que gobierna en todas estas comunidades autónomas ha sido coherente desde el programa electoral para las elecciones de 1996 dirigida entonces por Enrique Fernández Miranda: fomento del seguro privado, reducción del gasto y sector público, “olvido” de la Atención Primaria, y aceptación a “regañadientes” de la especialidad de medicina familiar y comunitaria, a la que se opusieron frontalmente en sus inicios.

En Euskadi lleva gobernando desde el retorno de la democracia (con una discreta interrupción) el Partido Nacionalista Vasco, con apoyos habituales del Partido Socialista. De la gravedad de la situación de la sanidad vasca en los últimos años y más específicamente en Atención Primaria basta como botón de muestra el que se convirtió en prioridad durante la campaña electoral ante su situación crítica. Cataluña por su parte está gobernada por Esquerra Republicana de Catalunya, cuyo Conseller de Salut se llama Manel Balcells. Hoy también Rafa Bravo se hacía eco del imprescindible post del blog del FoCAP que describe literalmente “cómo se está dinamitando la Atención Primaria” allí. De este hombre uno sabe si admirar más su prepotencia o su extraordinaria ignorancia al afirmar sin sonrojo que la longitudinalidad era algo del pasado. Si hubiera leído sólo una de las referencias del anterior blog podría haber evitado una excelente oportunidad de callarse, pero con ella demuestra la importancia y atención que a la AP se presta en el gobierno de Cataluña.

Quedan los socialistas. En el imprescindible blog de Juan Simó apareció hace unas semanas una interesantísima entrada sobre la evolución del crecimiento de una especie de reptiles de gran importancia en el sistema sanitario español: las serpientes autonómicas de distribución del gasto sanitario, y en especial la apertura de su boca al separarse el gasto en Atención Primaria del existente en Atención Especializada. Ya antaño publicó una primera serie en la que demostraba que la crisis del sistema no afectaba en igual medida al mismo, sino que a pesar de los lastimeros llamados a la importancia de la Atención Primaria (AP) cuando ha habido que sacrificar alguna parte del sistema todos los ojos convergen en el primer nivel, que para esto del financiamiento siempre es el último.

En esas detalladas gráficas de Juan Simó una comunidad llama poderosamente la atención, y es Andalucía. En ella el gasto per cápita en Atención Primaria estaba entre un 5 y un 10% por encima del gasto per cápita medio en AP en 2002. Pero con el inicio de la crisis acaba por reducir su gasto per cápita en AP hasta un 15% por debajo de la media nacional: una caída total de más de un 17%, mantenido en el periodo 2008-2013. En aquellos años de fuego todas las declaraciones de la Consejería de Salud de Andalucía hablaban de la AP como centro del sistema, y se presumía de tener la mejor AP del mundo. Mientras tanto las inversiones eran para trasplantes espectaculares y bancos de células madre con fichajes estrellas. De aquellos olvidados polvos se fueron forjando los lodazales actuales. Obviamente no todo es responsabilidad de los políticos sanitarios de aquellos años, pero allí si se empezó a fraguar el ninguneo sistemático de la Atención Primaria: “semáforos” que castigaban la más mínima demora, reducción continuada de autonomía profesional, dependencia hospitalaria con la creación de áreas integradas dirigidas desde el hospital, y un sistema de gestión de personal que fomentaba la precariedad, los contratos por horas, el desprecio más absoluto por la longitudinalidad. Allí se fue fraguando el malestar actual que determina que ante cualquier miserable oferta de trabajo los gestores solo obtengan un No por respuesta .¿Quién era la máxima responsable de Andalucía en materia sanitaria en aquellos años? María Jesús Montero, quien ocupó la cartera de salud entre 2004 y 2013 para ocupar a continuación la de Hacienda de la misma comunidad hasta 2018. Montero es la actual Ministra de Hacienda. Pensar encontrar en una persona con tales antecedentes una mínima priorización para la AP en el sistema sanitaria es otra buena intención para empedrar el cielo.

Esperar la llegada de un partido que cambie las cosas en nuestros 17 servicios de salud en Atención Primaria es esperar a Godot. No va a aparecer. Por desgracia, la Atención Primaria no va a encontrar apoyo político para recuperar la dignidad de su trabajo. No interesa, no preocupa, no importa a los señores diputados y senadores que acuden a sus seguros privados cuando necesitan atención. Estamos solos en esto. Cuanto antes lo tengamos claro mejor, porque nadie hablará de la Atención Primaria cuando estémuerta. 

Imagen tomada con autorización de Juan Simó

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