Si usted ha contestado la encuesta habrá obtenido un resultado entre 13 ( si puntuó siempre 1) y 91 ( si siempre eligió el máximo). Sumando las puntuaciones, si obtuvo más de 65 puntos puede considerarse un Maximazer con todos los honores. Si por el contrario solamente alcanzó 40 puntos o incluso menos pertenece a la tranquila casta de los Satsfechos. Schwartz distribuyó su encuesta entre varios cientos de personas, obteniendo un rango entre 25 y 75, con una media de 50. Sin querer entrar en estudios serios en las dos últimas promociones de nuestro Máster en salud Pública ya comentado predominan las puntuaciones altas.. Prefiero no comentar mi puntuación , aunque por mi tendencia permanente a hacer listas, especialmente musicales ( como el protagonista de la estupenda novela de Nick Hornby High Infidelity), es fácil de sospechar. Según Schwartz ser Maximazer es, en cierta manera, una forma de pensar, un estado mental. “Si tu objetivo es alcanzar el máximo nunca estarás satisfechos con las limitaciones que impone la realidad”. Los “Satsfacers” por el contrario, no es que no aspiren a lo mejor, pueden tener también estándares elevados. Pero a diferencia de los anteriores una vez que los alcanzan se dan por satisfechos.Cruzando los resultados obtenidos con la “Escala de Maximización” frente a otros cuestionarios relacionadas con satisfacción general, las personas con resultados altos en maximización experimentaban menos satisfacción con la vida, eran menos optimistas, y tenían mayores tasas de depresión. Schwartz considera que el axioma de nuestro tiempo se basa en la ecuación elección-libertad-bienestar. Si uno puede elegir entre muchas alternativas, demuestra un ejercicio pleno de su libertad, lo que consecuentemente le producirá un mayor bienestar. Pero un permanente ejercicio de elección, desde que uno se levanta hasta uqe se acuesta, además de agotador, puede resultar paralizante. No hay que olvidar el conocido dicho de " a la parálisis por el análisis” con el que se suele castigar a tantos eruditos de cualquier tema, para el que siempre encuentran razones que desaconsejan la actuación por falta de información.
Sin embargo, tengo la impresión de que cunde en la gestión el predominio de líderes “Maximazers”, exigentes de sí mismos y de los demás hasta extremos inauditos: “ hay que hacerlo todo, hacerlo ya, hacerlo perfecto,…”. Todo es prioritario, nada es secundario, no se admiten graduaciones de calidad en lo realizado. Luego, la realidad es tozuda, y va por otra parte.
Permitir establecer niveles razonables de cumplimiento, concretar las prioridades y el nivel de exiegencia en ellas, centrarse en los objetivos claves, además de una buena estrategia gestora, puede también ser conveniente para mantener la salud mental en un mundo tan complicado como el que nos ha tocado vivir
High ¿Infidelity??? No dudo que fuera su idea, pero la expresó en una línea más puritana.
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