domingo, 23 de agosto de 2009

Vacunas y verano: a propósito de un caso


¿Cuándo los médicos saben lo suficiente sobre los hipotéticos beneficios de una intervención médica como para recomendar su uso?
¿Cuándo la información disponible sobre los efectos adversos es suficiente para determinar que los beneficios superan a los riesgos?
Si existen dudas, ¿deberían los médicos pasarse de prudentes o de arriesgados?



Estas preguntas se encuentran en el centro de lo que es el proceso de toma de decisiones clínicas y abren el editorial del JAMA de esta semana firmado por Charlotte Haugh.Señala que el proceso de toma de decisiones es especialmente ambiguo y complejo en aquellas intervenciones que pretenden prevenir enfermedades que podrían suceder en el futuro,particularmente si afectan a personas sanas ( más aún si son jóvenes)
Estos días de vacaciones he podido disfrutar del inmenso placer de ir a Baiona en bicicleta con mi sobrina de 18 años, gracias a las draconianas recomendaciones de sus especialistas.El verano pasado no lo hubiera podido hacer : las 9 de la mañana es una hora demasiado temprana para dar una vuelta en bici si se tienen 18 años y una se acostó tarde. Pero en este último año, mi sobrina acudió por vez primera en su vida en tres ocasiones a la urgencia del hospital: la primera, tras un episodio de confusión: fue etiquetada de migraña (porque su madre tenía antecedentes de cefaleas); la segunda se reiteró el diagnóstico ( ya había antecedentes); la última fue atendida por una crisis comicial para la que tras los correspondientes estudios por TAC y Electroencefalografía se inició el correspondiente tratamiento anticomicial con reglas estrictas de horarios de sueño y despertar: no trasnochar, madrugar.
"Casualmente" en las tres ocasiones en que acudió a urgencias había recibido, en las 48 horas previas, la administración de una dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH).Pero nadie , según consta en las historias clínicas de urgencias, le preguntó nunca si había recibido alguna vacuna . Es más, según me cuenta ella cuando lo refirió le tranquilizaron diciendo que “eso no tenía nada que ver”.La vacuna era segura y no tenía efectos secundarios.
Sin embargo, en el mismo número del día 19 de agosto de JAMA Slade y cols (de los US Centers for Disease Control and Prevention) publican un trabajo en el que describen los eventos adversos ocurridos en los 2 años y medio siguientes a la administración de la vacuna cuatrivalente HPV registrados a través de la red VAERS, una red de declaración voluntaria de efectos adversos. Y aunque la mayor parte de estos efectos son leves, se producen un porcentaje no desdeñable de efectos graves e incluso muertes. En opinión de Slade "solo estudios controlados, sistemáticos y prospectivos permitirían determinar la magnitud de los efectos adversos de la vacunación". Esos estudios no se han realizado hasta la fecha. Como comentaba El Supositorio el domingo pasado en su excelente revisión sobre los ensayos clínicos de la vacuna A/H1N1, el buen trabajo requiere tiempo. Y llevamos muy poco desde el inicio de la vacunación contra el VPH para asegurar cualquier cosa.
Sin embargo, la cultura dominante en autoridades, gestores y médicos es que las vacunas son tan inocuas como el agua. De hecho, ni se plantean a la hora de realizar una anamnesis. No me atrevería yo a decir que mi sobrina da paseos en bici temprano en la mañana este año con el pesado de su tío por haberse vacunado del VPH. Pero como comenta Haugh en el JAMA, es tan difícil como asegurar que su crisis comicial no ha sido causada por la vacuna.
¿Es solo debido a la casualidad, esta aparente amnesia respecto a los efectos de las vacunas?

4 comentarios:

  1. money make the world go round, the world go round, the world go round...
    el problema es que el business de las farmaceuticas se haga con los presupuestos generales del estado obtenidos de nuestros impuestos.
    salu2

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  2. Creo firmemente que en el único campo donde un colectivo humano puede mover "montañas" es el sanitario. Ejemplos como el que planteas nos demuestran que la investigación una vez que ha salido al mercado un medicamento (o vacuna) no es bien recibida o ni siquiera planteada por la administración o la industria farmacéutica, ... pero tenemos ejemplos de un capital activo enorme y una red fuerte potenciada por los blogs. Gracias por iluminarnos

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  3. Interesante post y muy buena la referencia de JAMA. Creo que el principio de precación debe estar más presente en nuestras decisiones terapeuticas y sobre todo preventivas. Estas interesantes reflexiones nos ayudan , a los médicos , a tenerlo presente.Inquietante la coincidencia de la sintomatología con cada una de las dosis vacunales de tu sobrina. Ciertamente en adultos los antecedentes vacunales no los tengo siempre presentes , creo que con las adolescentes debería ser de obligado recuerdo.
    Felices vacaciones.

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  4. Este mundo está lleno de casualidades y con la vacuna del papiloma no va a ser menos.
    Voy a contarles otra casualidad más. Mejor dicho, dos casualidades. Y es que casualmente mi hija con la primera dosis de vacuna ingresó en urgencias con fiebre muy alta y a los pocos días casualmente otra vez a urgencias por vértigos, mareos y pérdidas de conocimiento. Con el tiempo se recuperó, y como todas las vacunas son inocuas, y la del papiloma aunque siendo nueva, por supuesto también, recibió la 2 dosis. Y también casualmente después de esta 2ª dosis volvió a enfermar, también casualmente de nuevo con vértigos, mareos y pérdidas de conocimiento, pero casualmente peores, y también por casualidad con parálisis, y volvió a ingresar por casualidad en el hospital.¡Qué casualidad!, también casualmente al igual que les ha sucedido a otras chicas españolas y del mundo cuando se han puesto esta vacuna. Y es que ya se sabe, que el mundo entero está lleno de casualidades, de muchas casualidades. El juego de la casualidad en este caso tiene 3 partidas, mi hija ha jugado ya 2, pero no va a jugar la 3ª. No queremos que se juegue su joven vida.

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