sábado, 1 de agosto de 2009

¡También la adolescencia se debe prevenir?


"Tao cedo passa tudo quanto passa ¡
Morre tao jovem ante os deuses quanto
Morre ¡ Tudo é tao pouco ¡
Nada se sabe, tudo se imagina.
Circunda-te de rosas, ama, bebe
E cala. O mais é nada.
Ricardo Reis (Fernando Pessoa)

La prevención es prestigiosa. Pocas palabras están tan intrínsecamente unidas al concepto de “el bien”. Superado el refrán de “más vale prevenir que curar”, la vida se ha convertido en una inmensa actividad preventiva: se previenen los atascos, los incendios ( con nulo éxito), las divorcios o el fracaso escolar. El reportaje central de “Vida y Artes” de El Pais de hoy lleva por título “ la adolescencia se puede prevenir”.El descubrimiento del día por tanto, parece ser la conversión de la adolescencia en enfermedad ( ya pasó con la menopausia), susceptible de incluirse en la CIE 11 a la vuelta del verano.
Como dogma de nuestro tiempo la prevención apenas tiene inconvenientes; y si los tiene, se silencian o minimizan...Cunde la idea de que las vacunas no tiene efectos secundarios. Apenas sabemos de los efectos adversos de la vacuna contra el papilomavirus, otra de las medidas preventivas mantenidas por las administraciones contra viento y marea.Ante la alarma creada por la nueva gripe, todos los servicios sanitarios andan preparando la campaña de vacunación masiva contra la gripe H1N1. Pero ¿ es la vacuna la panacea que resolverá la pandemia? ¿Serán eficaces, efectivas y seguras? Andreu Segura alertaba ayer , también el Pais: “ Hay que tener más información sobre la inmunización. Debemos probar aún que efectos tiene. Las vacunas no son un milagro…”
El editorial de Atención Primaria de este mes de julio llama de nuevo a la acción: …” De una vez por todas , las administraciones públicas han de pasar a la acción y convertir el discurso de la prevención de la enfermedad y la promoción de Salud en una realidad cotidiana que impregne la actividad de los centros de salud y de los profesionales.”
Sería absurdo no reconocer la efectividad de determinadas preventivas (especialmente las medidas de prevención cuaternaria que tan claramente señalaron Gervas y Pérez Fernandez). Pero el entusiasmo desmedido por la prevención que nuestra sociedad abraza ( como señalaba Welch en el JAMA), podría llevarnos a convertirnos en el perfil de persona con bajo riesgo de cardiopatía coronaria que reflejaba el imprescindible Skrabanek ( Sofismas y Desatinos en Medicina, Ed Doyma. Madrid 1989):
un funcionario municipal afeminado o un embalsamador carente por completo de imaginación y sin empuje,ambición ni espíritu competitivo; un individuo que jamás se habría impuesto una meta; un hombre con poco apetito que subsiste a base de frutas y verduras condimentadas con aceite de maíz o de ballena, que desesta el tabaco, la radio, la televisión y los coches, con cabello abundante y aspecto enclenque y poco atlético a pesar del constante ejercicio que practica para fortalecer sus endebles músculos. Su renta es baja, así como su presión arterial y su nivel en sangre de glucosa, ácido úrico y colesterol. Habría tomado ácido nicotínico, piridoxina y un tratamiento anticoagulante a largo plazo después de haberse sometido a una castración profiláctica.

2 comentarios:

  1. a lo mejor tiene cada vez más sentido cambiar al paradigma salutogénico, hablar de promoción más que de prevención. prevenir se centra en la enfermedad, por lo que se sesga su visión, ya que a veces el que mira los baches en la carretera cae en ellos con más frecuencia de lo deseable y lo deseado (cuando enfocamos nuestro objetivo en algo tendemos al mismo tiempo a hacerlo nuestro centro de atracción y terminamos como las polillas en la luz). la idea de la promoción, aunque a los clínicos nos parezca alejada, tiene varias ventajas, puede ampliarse a la población en general, busca modificar estilos de vida, y podría asumirse incluso por las políticas sanitarias sin mucho coste de transición. quizá el hándicap (que creo comparte con la prevención en gran manera) es la ausencia de evidencias claras y globales. mucho de lo que hacemos es por que creemos que... parece lógico... o como parece evidente no nos planteamos si realmente lo es.
    sobre lo de la adolescencia como enfermedad... medicalizar lo natural es negocio, y no sólo para las farmacéuticas, y si sumamos la envidia por lo que ya no podremos disfrutar de nuevo ("la juventud es algo precioso, es una lástima que sólo la tengan los jóvenes, que no saben como disfrutar de ella...") hará que no sólo les culpabilicemos en lo moral, sino que ahora en lo médico tambien.
    salud

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  2. Gracias de nuevo Fidel.El problema tal vez esté en las promesas excesivas de los sistemas sanitarios, que generan expectativas excesivas, que producen promesas excesivas de nuevo en un círculo incremantal e infinito. Desde mi punto de vista,tal vez tan sesgado como equivocado, existe un riesgo creciente de garantizar una vida feliz a través de las herramientas y avances de los sistemas de salud. Y esa garantía es falsa. Buen verano.

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