martes, 28 de junio de 2011

Malas noticias para Mr. Potato

“Comer poco, andar mucho, dormir sobre duro,
levantarse con los pájaros y con estos acostarse,
Era su regla de vida”
(Sobre Hipócrates.
Historia de los Griegos. Indro Montanelli)



En estos tiempos de verano, en que perder peso se convierte en una obsesión recurrente, y todo tipo de charlatanes promocionan sus dietas, ante el entusiasmo del personal, puede ser interesante leer el mayor estudio sobre ganancia de peso , dieta y estilos de vida realizado hasta la fecha. Lo publicaron hace solo unos días un grupo de investigadores de Harvard (con Dariush Mozaffarian como primer firmante) en New England.
Evalúan tres cohortes diferentes seguidas a lo largo de hasta 20 años de un total de 120.877 personas, todas ellas inicialmente libres de padecer obesidad o enfermedades crónicas que pudieran confundir los resultados.
La primera conclusión es que la tendencia inevitable ( al menos en Estados Unidos), es a engordar progresivamente a menos que uno luche activamente contra ello: una media de un kilo y medio cada cuatro años, lo que acababa implicando un aumento total de peso de 7.6 kilos al cabo de 20 años. Parece claro también que las mujeres tenían una mayor tendencia a ganar peso. Por supuesto el rango es amplio ( afortunadamente no todo el mundo acaba como un tonel), pero el estilo de vida americano ( y posiblemente el nuestro por sus cada vez mayores similitudes con aquel) tiene una tendencia natural a fomentar el engorde. De hecho el consumo de calorías entre 1971 y 2004 aumentó en Estados Unidos en un 22% en mujeres y un 10% en hombres.
Respecto al tipo y contenido de la dieta, se señalan claramente los principales malvados responsables de nuestro rechoncho aspecto: a la cabeza de todos el Señor Patata, en sus diversas modalidades: la peor, las patatas fritas, seguidas de las chips ( las de bolsa de chiringuito),pero sin que se libre ninguna de sus modalidades de preparación. Ello ha generado un indignado movimiento de defensa de tan distinguido personaje por parte de sus amigos de Toy Story. A este peligroso delincuente le siguen las bebidas azucaradas de cualquier tipo, y la carne ( donde poco importa si está cruda o pasada). En el lado bueno de la dieta, resplandecen  los consumos altos de verduras, cereales y frutas, destacando como grandes triunfadores las nueces y los yogures (no parece que el estudio esté patrocinado por Danone). Según los autores el efecto favorable de estos alimentos puede ser debido tanto a sus propiedades inherentes, como sobre todo al desplazamiento que su consumo genera de productos menos saludables. El efecto del yogur podría deberse  a cambios en la flora intestinal (algo no demostrado aún).
Como era previsible  el ejercicio se asociaría negativamente a la ganancia de peso (aunque el efecto no parece ser considerable, y además algunos de los estudios sobre ello son poco consistentes) ,mientras que dormir poco ( menos de 6 horas de media) o mucho ( más de 8) y ver televisión, se asocia positivamente ( no se mide, aun, el efcto de estar horas y horas ante la pantalla del ordenador).
El efecto de tabaco y alcohol sobre la ganancia de peso es de suficiente complejidad como para evitar generalizaciones: aunque dejar de fumar se asocia inicialmente a ganancia de peso, el efecto podría ser transitorio, y además los beneficios de abandonar el hábito superan ampliamente los que pudiera producir una leve ganancia de peso.
Frente a la idea clásica de que para perder peso no hay más que comer menos y hacer más ejercicio, la cuestión de la ganancia o pérdida de peso parece ser algo más complicada: de hecho, el trabajo señala la necesidad de nuevos estudios que analicen el papel del hambre, la saciedad, o el metabolismo antes de sacar conclusiones.
Parece en cualquier caso importante ,que más que hacer malabarismos en el mes previo a ponerse en cueros, conviene mantener ciertas tendencias a lo largo de los años, aunque algunas de ellas cuesten mucho. En especial parece claro que el modelo de alimentación cada vez más dominante ( el americano centrado en Burgers y McDonalds) solo lleva a acabar convertidos en vacas. Lucir modelitos sin barrigas repulsivas y disfrutar comida basura en envases de plástico no parecen ser muy compatibles.

2 comentarios:

  1. Muy emocionante la carta de Juan y Mercedes.
    Ellos tambien son gigantes.

    miguel melguizo jiménez

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  2. Tienes razón Miguel. Son gigantes
    Un abrazo

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