domingo, 5 de agosto de 2012

El país del futuro

Un gran amigo y colega me comentaba recientemente que los estados de bienestar que hemos conocido en Europa posiblemente sean luces que agonizan, difícilmente viables además en los grandes países del mundo, los que están llamados a liderar la economía mundial en esta centuria (China, India, Brasil, Rusia).
Es evidente que no hay país de nuestro entorno que no esté procediendo a un desmantelamiento sistematizado de sus sistemas nacionales de salud, ya sea por convicción ( Alemania, Reino Unido)  o por obligación ( Grecia, Portugal, España). Y así mismo no es descabellado pensar que un modelo de solidaridad social como el representaron los estados de bienestar serían muy difícilmente aplicables cuando el volumen de población sea enorme, aunque solo sea por las ingentes dificultades en gestionarlo.
Sin embargo Brasil es una demostración de que otro mundo es posible. Con una población cercana a los 200 millones de habitantes ( cuatro veces la española y tres la británica) y una extensión 20 veces mayor que España, lleva unos cuantos años construyendo un sistema único de salud, que cubre ya a la mitad de una población enormemente dispersa, heterogénea y ( a menudo) inaccesible.
Tuve el privilegio de asistir esta semana al VI Seminario Internacional de Atençao Básica organizado por el Ministerio de Saude de Brasil y al que asistieron más de 1500 porfesionales mayortariamente brasileños. En él, el Secretario de Saude del Ministerio, Helvecio Miranda Magallhaes reiteró que Brasil es el único país del mundo con más de 100 millones de habitantes que aspira realmente a una asistencia universal y gratuita. Justo lo contrario de lo que recomiendan Fondo Monetario Internacional, Unión Europea o Banco Mundial.
Por supuesto los problemas a los que se enfrenta Brasil son enormes: 3,2 billones de consultas al año, 48,5% de la población con exceso de peso, 30% de la población con problemas relacionados con el consumo de alcohol, y una epidemia creciente de crack que incide especialmente en la población más joven. Con una evidente escasez de médicos ( 1.83 por cada 1000 habitantes frente a 2.74 de Gran Bretaña o 3.96 de España).
El eje de la reforma es el fortalecimiento de la atención primaria: la inversión en atençao básica ha pasado de 9, 7 a 13,36 billones de reales ( de 50.000 a 65.000 millones de dólares) de 2010 a 2012.
Cinco son las directrices fundamentales del modelo de Atençao Básica:
1.- Adscripción territorial a las Unidades de atención básica que permitan planificación y programación de intervenciones intersectoriales con impacto en salud a través de la intervención sobre determinantes y desigualdades.
2.- Posibilitar el acceso universal y gratuito a servicios resolutivos de alta calidad que actúen como puerta de entrada al sistema.
3.- Desarrollar relaciones de vínculo y responsabilidad mutua entre equipos y comunidades , garantizando la continuidad y longitudinalidad de la atención
4.- coordinación de las diferentes redes existentes
5.- Estimular la participación de los pacientes
En definitiva una forma de sistema que tuvimos y comenzamos a perder.
En la primera de las mesas redondas del citado Seminario el profesor Gastao Wagner , profesor de Medicina Preventiva de UNICAMP describió los efectos secundarios que implica la aplicación del gerencialismo en los sistemas sanitarios: la peligrosa asunción de que las personas y sus padecimientos pueden ser gestionadas como si fueran piezas de una máquina; la falacia de protocolizar cualquier actividad humana. Insistió en los riesgo de la privatización de los servicios públicos.
En definitiva, “ como pensar en el tercer milenio en mido de esta plaga contemporánea que desconfía de los trabajadores”, y para lo cual solo los gobiernos no conseguirán nada si la sociedad civil no interviene.
El gran Stefan Zweig , quien murió muy cerca de Rio de Janeiro, la ciudad que albergó  este Seminario, creía que Brasil era el país del futuro. El tiempo parece darle la razón

2 comentarios:

  1. Probablemente los sistemas de sanidad universal no sean viables si mantenemos la misma deriva de los últimos tiempos. Pero tengo la convicción de que con una organización adecuada no hay razón para que no propsperen en países como Brasil, China o India. Creo que Brasil sin ir más lejos está apostando en este sentido, desarrollando una asistencia "básica", que no elemental, fuerte y resolutiva. Lo que se resuelve en atención primaria no llega al hospital, a las consultas hospitalarias, a las urgencias, ni a una planta de hospitalización, con el coste que ello implica. Se debería reforzar el papel de otros profesionales sanitarios que pueden realizar por mucho menos dinero una buena parte de las tareas con las que se carga al médico de primaria. Dejar de inventar y tratar enfermedades imaginarias y centrarnos en las intervenciones que realmente han demostrado una ganancia en salud que hace que la inversión merezca la pena. Invertir más en salud pública. En fin, lo contrario de buena parte de las intervenciones que se realizan en España y otros países de nuestro entorno, y que son las que convierten una conquista social fundamental como un sistema universal de salud en inviable. La sistemas universales de salud son viables, son el futuro y no el pasado como quieren hacernos creer. Pero eso si, con una estructura, funcionamiento y prioridades muy distintas a las actuales.

    Un saludo

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  2. Muchas gracias Sergio. Coincido plenamente contigo en el análisis.Los sistemas nacionales de salud son viables, como lo fueron en el pasado, pero a condición de que hagan lo que realmente tienen que hacer, y no deriven hacia una asistencia orientada a la satisfacción del cliente como si fueran el Corte Inglés. Son los partidarios de este último modelo los más interesados en acabar con aquel.
    Es ciertp que Brasil es un ejemplo de que al menos es posible avanzar en la senda del universalismo, partiendo de un sistema muy fragmentado y en buena medida privatizado. Lo contrario que nosostros. Un saludo cordial

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