jueves, 18 de julio de 2013

Tapando el sol con un dedo

“A oferta feita pelo governo do Brasil aos médicos de Portugal não atrairá uma quantidade significativa de profissionais e representa um esforço de Brasília para "tapar o sol com a peneira"
Jose Manuel Silva. Presidente da Ordem dos Medicos de Portugal


En 2011 emigraron 1.378 médicos españoles; en el año 2012 se marcharon 2.405; y en lo que va de año otros 2.000. En apenas dos años y medio, la pérdida de profesionales altamente cualificados es  mayor que el conjunto de médicos que eligen plaza MIR cada año. Sin embargo parece que al paciente que sufre semejante hemorragia ( el Sistema Nacional de Salud) , ésta no le preocupa lo más mínimo. Es más, facilita que la herida se haga más grande.
Si en los últimos años buena parte de los atunes de Barbate han sido degustados en Japón, en los próximos años una proporción no desdeñable de médicos especialistas en medicina familiar y comunitaria, acabarán trabajando en zonas dispersas de Brasil, resultado de la ofensiva declarada de captación que está llevando a cabo el gobierno brasileño. Desde la presentación de la campaña “Mais médicos para Brasil” por parte de la Presidenta brasileña Dilma Rousseff el pasado 8 de julio, las autoridades brasileñas han desplegado una decidida campaña de venta de su iniciativa, para la que no han escatimado esfuerzos: desde presentaciones de la campaña en cinco ciudades españolas ( Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga y Santiago de Compostela), a la presencia del secretario de Gestión del Trabajo y Educación en salud de dicho gobierno, culminando con una recepción al efecto por parte del propio embajador de Brasil en España. Todo ello con la colaboración inestimable de las autoridades sanitarias españolas. Un proceso similar al que se produciría si el Flamengo se presentara en la Masía o Valdebebas dispuesto a llevarse en furgones a las jóvenes promesas del fútbol español. Lo sorprendente en esta caso no sería que lo intentara el Flamengo, sino que el Madrid o el Barça les cedieran las instalaciones para el proceso de información y recogida.
Nada más lejos de mi intención de poner límites a que cada persona busque el trabajo que más le interese, esté donde esté. Pero el veneno oculto del regalo del gobierno brasileño tiene tres importantes componentes.
El primero estriba en que las condiciones no son nada ventajosas, como ya comentamos. La oferta brasileña no permite acabar siendo un médico de familia con todos los derechos , como suele ocurrir a los médicos que deciden trabajar en Reino Unido o Dinamarca. Si un médico de familia piensa en organizar un proyecto vital en un país tan maravilloso como es Brasil debe saber que la oferta de aquel gobierno es solo por tres años, prorrogables a otros tres como máximo, sin ninguna ventaja en el proceso de homologación. Eso sí al acabar el periodo se les otorgará ( a especialistas en medicina de familia vía MIR) un bonito diploma de ejercicio en atención básica, que obviamente no servirá de nada allí ni aquí, pero quedará vistoso en el vestíbulo. Las zonas ofertadas pertenecen a regiones lejanas de los grandes polos de atracción brasileños, zonas suburbanas y del interior, a menudo despobladas, altamente inseguras y  en ocasiones accesibles solo por río o helicóptero, y con muy escaso equipamiento para realizar una atención adecuada ( según informaba Acta Sanitaria a menudo carecen de ECG o suturas).  El sueldo ofertado es de alrededor de 3400 euros limpios al mes en 12 ( no 14) pagas a cambio de una jornada semanal de 40 horas. Como prueba de que allí también cuecen las habas de la improvisación no está decidido ni el sistema de supervisión ( el especialista español será tutorizado por un médico local) ni la acreditación,  ni los recursos.
El segundo componente tiene que ver con la maniobra de distracción de los verdaderos problemas del sistema de salud de Brasil. La campaña de marketing del gobierno de Russeff es brillante. Transmite la imagen que tanto predica de potencia emergente , capaz de captar profesionales muy cualificados de otros países. Pero las sospechas de que sea una simple operación electoral son crecientes. Esconde y oculta la deficiencia en infraestructuras de un país inmensamente rico, pero enormemente desigual, la ausencia de atención básica en muchos municipios, el menosprecio a sus propios médicos de familia y la ausencia de una política explícita de fortalecimiento de la atención primaria.En Brasil menos del 10% de las plazas de formación de especialistas son destinadas a la medicina de familia
Por último, en la oferta se esconde un componente venenoso aún más dañino, el que tiene que ver con ese silencio de los corderos que paulatinamente se va instalando en nuestra sociedad. La aceptación de cualquier situación ignominiosa, simplemente porque es un mal menor..En algún momento habrá que acabar con esta hipocresía de considerar que hay condiciones , ofertas, requisitos que yo no aceptaría , pero están bien para ti, parado, empleado precario, pobre.Es de vergüenza colectiva que a todos los niveles ( gobierno, comunidades autónomas, empresas, instituciones) demos por inevitables situaciones que nosotros no estaríamos dispuestos a aceptar pero que son las únicas posibles ( aparentemente) para los que no tienen  la suerte que tenemos nosotros.

2 comentarios:

  1. !Qué gran verdad! Todo parece indicar que esta campaña corresponde más a una estrategia electoral populista y como dice Juan Gervas es como llevar cocineros a zonas de ambruna. Felicidades por el blog

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  2. Sólo quiero abundar un poco en ese silencio de corderos al que te refieres. Me parece especialmente preocupante lo que apuntas, esa normalización de lo ignominioso a tal punto que no sólo es aceptado por quienes no son influidos por ello sino también por quienes lo padecen. Conozco casos de compañeros que están felices, literalmente, por haber encontrado un trabajo aunque sea basado en contratos mensuales, aunque suponga una docilidad máxima ante mediocres, y que expresan con la mayor naturalidad que “es lo que hay” o que “algo es mejor que nada”.
    Ése quizá sea el gran problema que tenemos en nuestro país: pensar que algo, aunque sea algo ignominioso, es peor que una nada digna. Un problema no sólo estético sino también ético porque tal vez sólo desde esa nada cruel fuera posible la postura rebelde, base de cualquier acción realmente transformadora.
    La barbarie neoliberal no sería posible sin ese individualismo tan feroz como estúpido por acomodaticio y que sólo concibe al otro como parte de un mismo rebaño.
    Claro que también es cierto que digo esto desde una posición de seguridad laboral, si cabe hablar de ella en estos tiempos. No descarto que yo también me acomodara a lo que critico. Hay que verse en el caso concreto.

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